Un artículo de Sanitas Mayores
El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de fecundidad han provocado que la proporción de personas mayores de 60 años esté aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. De hecho, y según datos de la OMS, la población mundial mayor de 60 años va casi a duplicarse y pasará de 900 millones a 2.000 millones en 2050, consolidándose como el 22% del total.
Si bien es cierto que el envejecimiento de la población puede considerarse un éxito del desarrollo de la sociedad, también lo es que constituye un gran reto para la misma, que debe adaptarse a ello y hacer frente a los futuros problemas derivados. En este sentido, uno de los efectos secundarios va a ser la prevalencia de las enfermedades asociadas con la edad, entre las que destacan patologías de deterioro cognitivo como la pérdida progresiva de la memoria, Alzheimer, Parkinson o demencia senil, entre otras.
El principal problema de estas enfermedades es que afectan, además de a la persona que la sufre, a todo su entorno familiar y su comunidad, que no siempre sabe cómo abordarlas. De hecho, según el estudio ‘Retos y preocupaciones de los cuidadores de personas que viven con Alzheimer’ de Sanitas Mayores, nueve de cada diez cuidadores de personas que viven con Alzheimer confirman que no cuentan con la formación necesaria para cuidar a su familiar.
Este informe también pone de manifiesto las principales preocupaciones de los cuidadores, entre las que destacan la sobrecarga mental o física que supone velar de estos pacientes, el coste económico que pueden suponer los cuidados y la falta de adaptación del hogar a las nuevas necesidades de la persona enferma. Así, cuatro de cada diez cuidadores declaran que necesitarían ayuda externa para poder cuidar adecuadamente a su familiar.
Por todo ello, es evidente que, en la actualidad, se hace más crucial que nunca el desarrollo de técnicas para prevenir, retrasar y combatir los efectos del deterioro cognitivo y de las enfermedades neurodegenerativas, con el objetivo de asegurar la calidad de vida tanto de los mayores afectados, como de su entorno.
A este respecto, está demostrado que el uso por parte de los mayores de la tecnología cotidiana contribuye positivamente a retrasar y templar este tipo de enfermedades que afectan al cerebro humano. Realizar tareas sencillas en un ordenador, por ejemplo, permite trabajar procesos cognitivos variados como la velocidad de reacción, la inhibición de respuestas o la evitación de distracciones.
Los smartphones y las tablets, que pueden suponer un manejo más fácil para las personas mayores, ofrecen ventajas similares que ayudan al desarrollo de áreas como la atención, las funciones ejecutivas y la memoria. Igualmente, existen múltiples apps creadas específicamente para la estimulación cognitiva de los mayores con juegos mentales que permiten trabajar con habilidades como el razonamiento, la concentración, la inteligencia espacial, la observación, la decisión o la capacidad de hacer varias cosas a la vez.
Por lo tanto, un correcto uso de las TIC facilita el establecimiento de conexiones neuronales y genera cambios positivos a nivel neurofisiológico manteniendo el cerebro activo y en pleno funcionamiento. En cualquier caso, es importante que los dispositivos electrónicos que utilicen los mayores, así como las acciones que realicen con ellos, estén personalizados, es decir, que se adapten a las personas mayores, y no a la inversa.
En un mundo de constante digitalización, es imperativo hacer uso de la tecnología avanzada para afrontar los retos de salud que nos depara un futuro con una población cada vez más envejecida. Sin embargo, siguen existiendo grandes barreras que impiden el acceso de los adultos mayores a las nuevas tecnologías, principalmente relacionadas con el desconocimiento. Ante ello, es fundamental motivar y guiar a los mayores a que cada vez se sientan más familiarizados y formen parte de este nuevo paradigma con la tecnología como uno de sus principales protagonistas.
3 Comments
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Muy interesante. Sabéis si será muy caro? Estoy investigando un poco sobre estas tecnologías para mis familiares un poco más mayores.
1) Acabo de leer en esta misma newsletter con el título: «Las nuevas tecnologías pueden disminuir el deterioro cognitivo. Su aplicación en Centros de Día» de Sara Saiz Bailador (referencia o/y enlace: https://www.geriatricarea.com/2020702/19/las-nuevas-tecnologías-pueden-disminuir-el-deterioro-cognitivo-su-aplicacion-en-centros-de- dia/).
La autora cita varias aplicaciones. Encuentro el artículo muy interesante y útil.
2) creo que es en esta misma newsletter en donde se puede encontrar información sobre la app STIMULUS «App profesional de estimulación cognitiva».
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