Un artículo de Mayte Vázquez Resino,
Psicóloga Sanitaria y Psicogerontóloga
“Lo que la mano hace, la mente lo recuerda”
María Montessori
Introducción
Somos muchos los terapeutas que utilizamos el Método creado por María Montessori para niños en edades adultas, ya sea sin deterioro cognitivo, para mantener funciones y en pro de un envejecimiento saludable, o con demencias avanzadas, obteniendo muy buenos resultados en su aplicación, pero ¿cuál es el eje principal de su éxito? No es uno, son varios y es nuestro objetivo desarrollarlos brevemente.
Pilares básicos que sustentan la terapia Montessori en personas mayores
El uso de los materiales atractivos y habilidades de forma autónoma (independencia), la no corrección y control en los errores, la concentración, no juzgar, el ambiente preparado y adaptado a la idiosincrasia e identidad personal, la seguridad, la motivación, la aceptación y el respeto son algunos de los principios que sirven como base para ralentizar el deterioro cognitivo, disminuyendo al mismo tiempo síntomas conductuales y emocionales asociados a las demencias, como pueden ser agitación, impulsividad, distimia, frustración, apatía, etc., aumentando por ende la autonomía y calidad de vida de dichas personas.
Uno de los objetivos del terapeuta ocupacional es observar y registrar, no solo los déficits y carencias de las personas, sino también sus fortalezas, capacidades, habilidades, gustos y todo ello que ha conformado su estilo y experiencia vital, de manera que ahora se pueda adaptar a las actividades de participación.
Por ello, el Método Montessori es un modelo centrado en la persona, en sus gustos y preferencias, con el objetivo de conseguir un correcto desarrollo en su aplicación, ejercitando con ello autonomía, compromiso, individualidad y seguridad, todas ellas virtudes que forman parte de la psicología positiva.
Aptitudes cómo pueden ser las idóneas para el desarrollo en la vida cotidiana, higiene, cuidado personal, coordinación, motricidad, desarrollo de los sentidos, desarrollo del lenguaje, lecto-escritura, conceptos matemáticos simples, entre otros, forman parte de esa transversalidad que también caracteriza a dicho Método y la globalidad de la persona como un todo, complementando de esa manera otras terapias.
No podemos dejar en este apartado de señalar la importancia que la psicología humanista ejerce en este Método, donde se trata al paciente como persona, respetando su individualismo y su proactividad en su realización, es decir que la ejecución de las tareas tengan significado y sentido en elación con su idiosincrasia personal.
En los espacios adaptados Montessori se cuida mucho la comunicación positiva, tanto verbal como no verbal. Es un lenguaje adaptado, sin infantilizar y la forma de dirigirse a las personas, siempre es respetuosa y afectuosa, se enseña a hablar con respeto, evitando los ruidos y a ser cuidadoso con los materiales y el entorno
El ambiente que se crea es el del respeto, empatía y paciencia, permitiendo trabajar los vínculos, los límites y los acuerdos en un ambiente armonioso, un clima en el que impera el amor.
El personal y terapeutas que guían a los mayores, se muestran sensibles, empáticos, accesibles y cordiales, por lo que deben hacer un gran trabajo interno previo, de modo que puedan garantizar ese ambiente psicológico positivo.
¿Por qué desarrollar la terapia Montessori en personas mayores?
La terapia Montessori constituye más que una serie de actividades, de juegos o de aprendizajes, incluso es más que una terapia ocupacional, ya que constituye un modelo de filosofía de vida.
Dicha filosofía tiene su origen en la doctora, educadora y pedagoga italiana María Montessori (1870-1952) como legado de pedagogía infantil, sin embargo, y como ya hemos apuntado, es fácilmente adaptable al ciclo vital de las personas mayores al tener como finalidad la manipulación e interacción de diversos materiales y objetos, creando juegos que ayudan no sólo a aprender y desarrollar curiosidad sino a estimular y preservar las funciones sensoriales, cognitivas y motoras en dicha etapa, y por ende, fomentando su autonomía y funcionalidad.
En la actualidad los programas de actividades desarrolladas para personas con demencia, en algunos casos tienden a verse como infantiles, en otros casos son repetitivos y caen en la monotonía, desidia y desmotivación y en la mayoría de las ocasiones no se adaptan “fielmente” al grado de deterioro o fase en la que se encuentra la persona.
Las actividades de intervención con personas con demencia deberían integrar tanto actividades de estimulación cognitiva con cierto grado de dificultad mientras sea posible como oportunidades para poder interaccionar de forma satisfactoria con su entorno físico y social, prestándole la mayor importancia a los objetivos que tengan significado y formen parte de su entramado cultural y experiencial, para el paciente.
El método Montessori se puede adaptar en base al estadio o fase de deterioro cognitivo detentada por el mayor, por lo tanto los objetivos variarán de un estadío a otro. En el estado leve/moderado el objetivo principal será mantener una independencia funcional, hacer que no pierda la interacción con el medio y ambiente que le rodea e intentar en la medida de lo posible retardar los cambios conductuales provocados por el avance del deterioro.
En personas con una demencia moderada/grave los objetivos se centran en mantener y mejorar las habilidades básicas de la vida diaria, estimular cognitivamente a través de actividades que motiven y sean de gusto para el paciente. Otro objetivo primordial en esta fase consistirá en fomentar la curiosidad del paciente.
Finalmente, en el último estadio, en el severo, los objetivos se centrarán en la estimulación de los cinco sentidos (oído, vista, olfato, gusto y tacto), asociando el estímulo con la memoria afectiva, trasmitiendo emociones positivas, lo que ayudará a producir en la persona una mejora del estado de ánimo y una reducción de los trastornos conductuales.
Características de las actividades y materiales Montessori en mayores como terapia ocupacional
María Montessori elaboró un material didáctico específico que constituye el eje fundamental para el desarrollo e implantación de su método. Están ideados a fin de captar la curiosidad y guiarlo por el deseo de aprender. Para conseguir esta meta han de presentarse agrupados, según su función, de acuerdo con las necesidades innatas de cada persona. Hay material, sobre todo el de matemáticas, que debe trabajarse en un orden determinado.
Progresan de lo simple a lo complejo y de lo concreto a lo abstracto, ya que es la forma en la que evoluciona la mente infantil, en los mayores el fin es a la inversa. Los materiales y actividades se agrupan por áreas de trabajo:
- Sensorial (gusto, olfato, tacto, vista y oído)
- Vida práctica
- Matemáticas
- Lenguaje
- Educación cósmica y ciencia
Para que una actividad sea considera una actividad Montessori, al menos debe cumplir las siguientes características:
- Que sea una actividad autodirigida: la actividad estará motivada en realizarla y aprender de ella.
- La actividad debe de tener su propio control del error: la persona se da cuenta del error y aprende a corregirlo el solo.
- Una actividad Montessori busca involucrar los sentidos.
- La persona aprende haciendo.
- La actividad Montessori busca separar los conceptos para aprender a enfocarse en ese único concepto de forma independiente y de esta forma aprenderlo muy bien antes de ver varios conceptos juntos.
- Las actividades Montessori siempre buscan aportar independencia a la persona que lo realiza.
- Una actividad Montessori lleva consigo el fomento de la concentración y memoria y por ende estimulación cognitiva y aprendizaje.
Conclusiones
La metodología pedagógica puesta en marcha por María Montessori con niños se ha comenzado a aplicar a mayores con grandes beneficios. Hay ciertos aspectos de Montessori que son muy beneficiosos para las personas mayores y que se pueden aplicar tanto en residencias y centros de día como en el hogar familiar o centros de estimulación, preparados para ello.
Por lo que tenemos que plantearnos cuál sería el mejor abordaje a utilizar, y el Método Montessori (siempre adaptando aquellas actividades que nos resulten de mayor utilidad) nos puede resultar de muchísima utilidad, complementando o alternando con otros métodos y técnicas de Terapia Ocupacional.
Referencias bibliográficas:
Buiza, I., Etxeberria, J. J., Yanguas, V., Palacios, E., Yanguas, y Zulaica, A. (2004). Una alternativa de intervención para personas con deterioro cognitivo severo: el método Montessori. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 39 (supl. 2), 59-124.
Etxeberria, J. J., Yanguas, C., Buiza, A., Zulaica, N., Galdona, M. F., y González (2006). Programa de intervención conjunto familiar-paciente con deterioro cognitivo grave basado en las actividades del Método Montessori. En 48.° Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y 2° Congreso de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología. Comunicación. Pamplona.
Geriatricarea.com (2019). Terapia Montessori en mayores. Una filosofía del trato a la persona. Recuperado de https://www.geriatricarea.com/2019/10/19/terapia-montessori-en-mayores-una-filosofia-del-trato-a-la-persona/
Montessori, M. (1994). Ideas Generales sobre mi Método. Manual práctico. Clásicos CEPE.
The Montessori Foundation (s.f). (En: http://www.montessori.org/, consultado en Diciembre 2021)
Sobre la autora
Mayte Vázquez Resino es miembro del grupo de Buen Trato a las personas Mayores del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Voluntaria y miembro en activo del Equipo de Acción Específica de Personas con mayor vulnerabilidad (EAE + Vulnerabilidad) de “Grandes Amigos”.
Formadora y experta en intervención en desarrollo cognitivo y emocional, Mindfulness, Montessoriy Psicología Positiva en personas mayores.
www.linkedin.com/in/mayte-vázquez-resino-6a615336