Un artículo de Jonathan Franco Vanegas, MD, PhD
Médico especialista en Medicina Interna, Hospital de Bellvitge.
Doctor en Medicina, Circulo de enfermedades crónicas, Universidad de Barcelona.
Director médico, Hospital Socio Sanitario Duran i Reynals.
Médico Internista en Meditelier, Clínica Mi Tres Torres
y Jessica Juliá Palacios,
Dietista-Nutricionista, Universidad de Barcelona
Máster, especialista en Nutrición clínica, Universidad Rovira i Virgili.
Nutricionista en Meditelier, Clínica Mi Tres Torres
Análisis para un envejecimiento sano
Mi especialidad es la Medicina Interna, la cual es una especialidad poco conocida por la población. A efectos prácticos, nos encargamos de los diagnósticos difíciles (enfermedades raras), además de urgencias médicas complejas (las más graves) y por supuesto de la “cronicidad”. Este último término, personalmente, es el que más me apasiona de mi especialidad, a efectos prácticos es el envejecimiento y sus enfermedades.
Cuando cumples más y más años se suman enfermedades crónicas, tales como la hipertensión arterial, diabetes, infartos al corazón, etc. Y en la medicina actual se ha contemplado mucho el término de “alargar supervivencia”, pero más medido en número de años, que en calidad de esos años.
Tras mucho tiempo de visitar pacientes mayores, con múltiples enfermedades y consumo excesivo de medicamentos, me cuestioné la manera en la que se enfoca la medicina en las últimas décadas, donde parece que vamos dos pasos por detrás. Mejoramos el número de años, cronificando con medicamentos e intervenciones, pero llegamos a la vejez con mucho deterioro a nivel funcional y cognitivo, por esto, las medidas preventivas para “envejecer bien”, son mi nueva pasión, y por esto quiero compartir unos consejos para empezar un proceso de envejecimiento saludable.
La vejez es la más inesperada de todas las cosas que le sucede a los seres humanos
El envejecimiento es un fallo progresivo de los procesos metabólicos del cuerpo, lo que lleva a los órganos a iniciar un deterioro con pérdida de función, eso sí, a diferente ritmo tanto en velocidad como en tiempo. Existen varias teorías que explican el envejecimiento (radicales libres, neuroendocrina, telomerasas, desgarro, oxidación, metilación, glicación, etc.), y a través de estas vías son los primeros avances en la medicina anti-envejecimiento, siendo los siguientes consejos los más aceptados a día de hoy.
Como principios generales debemos tener una dieta saludable y con enfoque “hormonalmente correcto”, consumir dosis óptimas de antioxidantes comprobados científicamente, mejorar el rendimiento físico, principalmente con ejercicio aerobico y de flexibilidad, además de una exposición intermitente a nivel hormonal, y entre más temprano en edad, menos deterioro en la vejez (algunos casos desde los 30 años ya son candidatos).
– Dieta
La comida que comes es probablemente el medicamento más poderoso que encontraras. Pero para usar este medicamento correctamente, debes aplicar las reglas hormonales sobre los alimentos, que no han cambiado en los últimos 40 millones de años y es poco probable que cambien pronto.
Se está acostumbrado a hablar de “dieta”, más no de “nutrientes”. A continuación, se mencionan los nutrientes que habría que tener mayor énfasis, así como debería ser la distribución de los macronutrientes: hidratos de carbono, lípidos y proteína.
El requerimiento de hidratos de carbono debe ser entre 45-65% de la energía total, prevaleciendo los complejos, como los cereales integrales.
También es importante seguir la recomendación de la RDI (Recommended Dietary Intake), que establece una recomendación mínima de 130 g/día, para poder mantener la función cerebral.
De lípidos se sugiere entre 25-35%. Siendo fundamental el consumo de omega 6, 3, y no se debe sobrepasar del 10% de grasa saturada. Y de proteínas se establece entre el 10-25%, aumentando el consumo de proteína vegetal, mientras que, de origen animal, se debe incrementar carnes magras, especialmente pescado, así como huevo y disminuir las carnes rojas, procesadas y embutidos.
Otros dos puntos fundamentales son el agua y la fibra. Del primero, las necesidades hídricas son de 30 ml/kg/día, considerando un promedio de 1 ½- 2 ½ litros/día. Este requerimiento se modificará según calor ambiental, situación clínica, toma de fármacos como diuréticos o laxantes, etc. En tanto, el segundo, se recomienda de promedio, consumir 30 gr en el varón y 21 g en la mujer.
– Ejercicio
La actividad física regular es clave para prevenir el deterioro funcional, cognitivo y además retrasa la aparición de enfermedades cardíacas y neurológicas. Si las personas pensamos que fumar es “malo”, está demostrado científicamente que no hacer actividad física tiene un impacto similar a fumar un paquete de cigarrillos al día. Por lo tanto, la piedra angular es mantener una actividad física regular, de manera general, 3 a 4 días a la semana, una media de 30 minutos de ejercicio aeróbico es más que suficiente.
– Suplementos
Está demostrado que algunos agentes anti-envejecimiento son la vitamina A, C, E, selenio, glutatión, coenzima Q10, ácido alfa lipoico y carnosina. Algunos complementos tienen todos en una sola presentación, sin embargo, es vital individualizar cada caso, ya que existen condiciones genéticas, alergias o enfermedades de base, que puede contraindicar alguno de los agentes. Por esto mismo, una consulta médica antienvejecimiento, siempre será la opción ideal para empezar el proceso.
– Hormonas
Existen varias presentaciones de compuestos hormonales que con los años vamos perdiendo. Estos compuestos pueden estar en presentaciones de tabletas, inyectables o cremas tópicas. El objetivo del reemplazo hormonal es llevar nuevamente las células al nivel de la juventud. Una vez más, la manera correcta de realizarlo es con una evaluación completa y bajo supervisión de un médico especializado en anti-envejecimiento.
– Futuro
El futuro (en algunos casos más presente que futuro), está en procedimientos y/o medicamentos que incluyen la manipulación de genes, el aumento de utilización de células madre (embrionarias y adultas) y el suministro dirigido a nutrientes y medicamentos mediante nanotecnología.
Como reflexión personal, considero que los cambios socio-demográficos, la era de la información y los avances tecnológicos, que son grandes y cambian a una velocidad enorme, nos lleva a una generación del “todo rápido”. Queremos crecer rápido a nivel personal, profesional, científico, con cambios enormes y muchas veces superficiales.
El mejor antídoto contra la vejez existe hace millones de años, y son un equilibrio entre la salud física y mental, siendo la primera necesario una buena dieta, ejercicio y control médico con suplementos especiales, y la segunda, la construcción de relaciones personales y familiares de calidad, que nos sigan motivando y haciendo “envejecer bien”.