Un artículo de Èrika Roura, Psicóloga, y de Montse Vallès, Educadora social, del Centro residencial Pla de Martís
De las terapias no farmacológicas relacionadas con el envejecimiento sano, el deterioro cognitivo leve y las demencias, la estimulación cognitiva es la que tiene un mayor acuerdo empírico (Ruiz-Sánchez, 2012).
La estimulación cognitiva con la gente mayor es una intervención con el objetivo principal de mantener el nivel cognitivo de la persona. Se diferencia de la rehabilitación cognitiva en el hecho que esta busca restaurar, compensar o sustituir las funciones afectadas, mientras que la estimulación quiere potenciar o mantener las capacidades preservadas.
Son terapias no farmacológicas que utilizan ejercicios para estimular o compensar los diferentes dominios cognitivos:
- memoria
- gnosias
- funciones ejecutivas
- praxias
- lenguaje
- cognición social
- atención
- orientación
Tanto en un envejecimiento normal, como en un envejecimiento con demencias u otros trastornos neurodegenerativos, se da una ralentización o empeoramiento de las funciones cognitivas, por lo cual, todas las personas atendidas se pueden beneficiar de estas terapias.
Es interesante ver cómo compensar las pérdidas sufridas, en principio no recuperables con las personas con demencias u otros trastornos degenerativos. La neuroplasticidad hace referencia a la capacidad de crear nuevas conexiones neuronales, ya sea por nueva información, para recuperarse de un mal, etc.Cuando las personas nos hacemos mayores es gracias a la neuroplasticidad que se evita que el deterioro cognitivo sea más rápido. Por este motivo las personas que realizan rehabilitación cognitiva pueden incrementar su reserva cognitiva, puesto que se introducen en una nueva forma de aprendizaje (Castillo et al., 2021).
Las personas mayores que sufren estas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, se pueden ver beneficiadas de varias terapias cognitivas no farmacológicas, tanto las más globales, como terapia de orientación a la realidad, terapia de reminiscencia o programas de psicoestimulación, como otros de más específicas para rehabilitar la memoria, como el entrenamiento de la memoria explícita, la técnica del recuerdo demorado, aprendizaje sin error o entrenamiento de la memoria procedimental. (Francés et al., 2003).
La terapia de orientación a la realidad proporciona a la persona gran orientación en tiempo, espacio y persona porque ésta pueda comprender mejor aquello que lo rodea, potenciando la sensación de control y autoestima.
La terapia de reminiscencia es una manera de ir al recuerdo para dar valor y reconocimiento en la vida de cada cual. Es el proceso de evocación narrativa de la memoria remota, la cual contiene información almacenada a lo largo de toda la vida. Consiste en explicar recuerdos de tiempos pasados incluidos en la historia de vida.
Las principales características de la reminiscencia, se basan a dar a conocer y valorar episodios y acontecimientos destacables de nuestro recorrido vital, utilizando la evocación de los recuerdos para dar valor a las historias vividas, valorando y respetando la singularidad de cada persona, favoreciendo la escucha y el reconocimiento de cada cual.
Las personas mayores con deterioro pueden tener dificultades para recordar, o para expresar recuerdos, temas como la música, el cine, el baile, los oficios… pueden facilitar el recuerdo.
Acceder a partir de una lectura, una noticia, una canción…. provocando la conversación, reconduciendo para recuperar informaciones relevantes, dando pie al hecho que los participantes puedan intervenir, ayuda a facilitar la proximidad, a reforzar la identidad, a mejorar la autoimagen y la autoestima. La persona que conduce la actividad tiene que establecer una relación empática, próxima, se tiene que mostrar auténtica, sólo de este modo conseguirá una relación recíproca de igual a igual.
Mediante el recuerdo podemos conseguir muchos beneficios como: reducir la apatía y la inquietud, aligerar la depresión. Estimular la interacción social, nos ayuda a mantener la identidad y aumentar la satisfacción, mejorando el estado de ánimo, y ayudamos a aumentar la dignidad de la persona. También nos sirve para atribuir orden y significado a las experiencias pasadas.
Los programas de psicoestimulación constan de talleres de musicoterapia, lenguaje, cálculo, atención/concentración o mantenimiento de las actividades de la vida diaria.
El entrenamiento de la memoria explícita consiste a facilitar a la persona residente maneras de memorizar la nueva información de manera más elaborada para que la impronta *mnèsica sea superior, así como la mejor manera de recuperar y manipular mentalmente la información. También se hace referencia a estímulos multimodales (recordar tanto el tacto como la forma, la palabra, el sonido, etc.).
La técnica del recuerdo demorado consiste en hacer yendo recordar la información cada cierto espacio corto de tiempo, que despacio, se va incrementando. Si comete algún error, el tiempo de intervalo se reduce en la mitad.
El aprendizaje sin error parte que las personas con MI muchas veces aprenden un error y lo repiten continuamente sin recordar la información correcta. Por este motivo se intenta que aprendan la información intentando evocar el más pequeño número de errores.
Hay diferentes programas para entrenar la memoria procedimental que se concentran en aspectos más motores de la vida diaria, como ahora la ducha o la comida.
También hay que destacar los programas por ordenador, como por ejemplo el SmartBrain que sirve para hacer psicoestimulación cognitiva con personas con demencias donde se fomenta su autonomía.
Si bien todas estas técnicas se pueden ejercer en grupo o de manera individual, es importante adaptarse a las necesidades cognitivas, emocionales y físicas de cada una de las personas atendidas.
Referencias bibliográficas:
Castillo, G., Fernández, B., & Chamorro, D. (2021). Neuroplasticidad: ejercicios de estimulación cognitiva para retrasar los efectos de la enfermedad del Alzheimer. Libro de Artículos Científicos en Salud Edición, 202.
Francés, I., Barandiarán, M., Marcellán, T., & Moreno, L. (2003). Estimulación psicocognoscitiva en las demencias. In Anales del sistema sanitario de Navarra (Vol. 26, No. 3, pp. 383-403). Gobierno de Navarra. Departamento de Salud. https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1137-66272003000500007&script=sci_arttext
Ruiz-Sánchez de León, J. M.. (2012). Estimulación cognitiva en el envejecimiento sano, el deterioro cognitivo leve y las demencias: estrategias de intervención y consideraciones teóricas para la práctica clínica. Revista de logopedia, foniatría y audiología, 32(2), 57-66. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0214460312000332