Un artículo de Susana Antolín Villegas, Terapeuta Ocupaciona
Coordinadora del Servicio Ocupacional Hermanas Hospitalarias Centro Sociosanitario Palencia
La estimación multisensorial o Terapia Snoezelen es una de las terapias no farmacológicas que está adquiriendo gran relevancia en el tratamiento para abordar las diferentes problemáticas que presentan las personas mayores.
Surge en los años 70 y usa la expresión snoezelen, cuyo origen está en la unión de dos palabras holandesas –snuffelen y doezelen–, que significan, respectivamente, “impregnarse de sensaciones” y “relajarse” (Hulsegge y Verheul, 1987). En la década de los 90 comenzó a valorarse por la comunidad científica su uso a nivel terapéutico y de ocio, llegando a España en torno al año 2000.
Snoezelen parte de la idea de que el entorno está lleno de sensaciones producidas por diferentes estímulos, la luz, el olor, el sonido, el gusto… a los que accedemos a través de los sentidos y que, por tanto, es necesario potenciar todas estas entradas sensoriales.
Se trata de un entorno accesible física y cognitivamente, que busca proporcionar a la persona vivencias agradables que fomenten su bienestar emocional y su relajación, a la vez que disminuir el nivel de conductas disruptivas y, en general, de sensaciones poco satisfactorias ( Cid y Camps , 2010).Dotado de elementos que proporcionan estímulos y provocan el despertar de los sentidos, busca favorecer la comprensión del medio y de uno mismo, la interacción entre la persona, la tarea y el ambiente, e invita a la exploración.
La forma más primaria que tenemos de interactuar con nuestro medio, es a través de los sentidos y el movimiento.
Esta terapia multisensorial se relaciona con en el modelo de integración sensorial de Anne Jean Ayres (1974), basado en la idea de que nuestro cerebro se encarga de organizar las sensaciones que recibe de la propia persona y de su entorno, para poder utilizar el cuerpo de una forma eficaz y generar conductas adaptativas y de aprendizaje en su contexto.
Las personas mayores presentan una reducción de las capacidades, tanto a nivel funcional como cognitivo o sensorial provocando una limitación en su desempeño ocupacional.
Es a través de las salas Snoezelen que se proporciona a la persona experiencias sensoriales y personales a las que, debido a sus características, no tienen acceso o éste es limitado, para alcanzar unos objetivos individualizados al perfil sensorial de cada persona, además de facilitar la comunicación y la aparición de conductas adaptadas.
Existen tres tipos de salas:
- La sala blanca: La más común. Su objetivo principal es, a través del descubrimiento y la espontaneidad, conseguir la relajación y la estimulación sensorial.
- La sala negra: Se caracterizan por el uso de luz UV. Facilitan el aprendizaje, la búsqueda de la sorpresa y el movimiento.
- Sala de Aventura: El objetivo es favorecer el desarrollo sensorial y cognitivo de forma paralela al desarrollo motor. Es a través de acciones motoras con materiales de diferentes texturas, colores y olores, que la persona experimenta.
Los elementos que podemos encontrar en una sala Snoezelen no siguen un criterio estandarizado, depende del tipo de sala, los objetivos que se vayan a trabajar y del profesional que los desarrolle:
Visuales: fibras ópticas, rueda de efectos, columna de burbujas, espejos, proyector… Táctiles: paneles de texturas, piscina de bolas, tubos de burbujas, cojín táctil, paneles táctiles que activan luces o sonidos…
Vestibulares: cama de agua, columpios y hamacas…
Propioceptivos: material con vibración, colchonetas de vibromasaje, cochones de agua, puffs, mecedoras, mantas con peso…
Olfativos: difusor de aromas, pelotas con olor, juegos de aromas…
Oído: paneles musicales, instrumentos, música ambiental, cama de agua con vibración al compás de la música.
Encontramos muestras de la efectividad en la aplicación de estímulos en personas con déficits cognitivos, haciéndonos ver que se trata de una terapia positiva que mejora la calidad de vida de estos pacientes incrementándose la autonomía, control emocional y la reacción a diferentes estímulos sensoriales. Aunque también hay afirmar que no todas las personas responden de manera positiva (Marante Moar, 2015).
“Nada hay en el intelecto que no haya pasado por los sentidos”. Aristóteles