Un artículo de Atenzia
El imparable envejecimiento poblacional trae consigo nuevos desafíos como el consecuente aumento en los casos de demencia. Y en este escenario, la estimulación y rehabilitación cognitiva tienen un papel clave en la prevención y paliación de los efectos de este tipo de patología.
Según Naciones Unidas, en 2021 había 761 millones de personas mayores de 65 años en todo el mundo. En 2050, se prevé que haya más del doble: unos 1.600 millones de personas superarán esta edad para entonces. En paralelo a este fenómeno, también se espera un considerable aumento del número de casos de demencia en los próximos años. En la actualidad, cerca de 36 millones de personas padecen esta enfermedad; una cifra que podría triplicarse en 2050.
Las previsiones en el caso concreto de España no son más esperanzadoras: España se ha convertido en el segundo país europeo que más ha envejecido desde 2012, solo por detrás de Portugal, y se estima que será uno de los países más envejecidos del mundo en el año 2050. Además, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), nuestro país es uno de los que presenta mayor proporción de casos de Alzheimer, la forma más común de demencia: un 5% de los mayores de 65 años y un 40% de los mayores de 90 años lo padecen.
Unos datos que no hacen sino ratificar la necesidad de poner el foco en los importantes desafíos que este envejecimiento poblacional trae consigo, y aún más especialmente en el caso de España.
Prevención y detección precoz: claves en el tratamiento de la demencia
La demencia, que afecta a las capacidades cognitivas como la memoria o el razonamiento e incide en el normal desempeño de las actividades diarias y las relaciones sociales, no tiene en la actualidad tratamiento curativo. Por este motivo es de vital importancia la prevención y la actuación en las primeras fases de la enfermedad.
En este sentido, estudios como Dementia prevention, intervention and care (The Lancet, 2017) apuntan a que un tercio de los casos de demencia podrían prevenirse con la adopción de hábitos saludables. El cambio en el estilo de vida podría así reducir el riesgo de los nueve factores identificados con un potencial impacto en el desarrollo de la enfermedad.
Entre estos factores se encuentran algunos asociados además al desarrollo de enfermedades cardiovasculares (sedentarismo, hipertensión, obesidad o tabaquismo) y otros asociados a la falta de estimulación social o cognitiva.
Parece evidente, pues, que la adopción de hábitos saludables como el ejercicio físico o una buena alimentación son claves para tratar de evitar el desarrollo de este tipo de patologías. Pero especialmente significativo es el impacto de la estimulación cognitiva tanto en su prevención como en paliar y frenar los síntomas en los primeros estadios de la enfermedad.
¿Por qué funciona la estimulación o rehabilitación cognitiva?
La estimulación y rehabilitación cognitiva buscan, en cada caso, reforzar y recuperar alteraciones de las funciones cognitivas. Además, se ha demostrado las grandes ventajas de ejercitarlas permitiendo incluso generar una reserva cognitiva que ayude a mejorar el pronóstico de aquellas patologías que cursen con algún tipo de daño cerebral.
¿Por qué es esto posible? En primer lugar, porque las capacidades cognitivas son adquiridas y no innatas lo que nos permite ejercitarlas y mejorarlas a diario. Por otro lado, debemos esto a la neuroplasticidad, ya que nuestro sistema nervioso central es capaz de modificar su propio funcionamiento y organización. Así, con un entrenamiento adecuado a nosotros y nuestras necesidades, la rehabilitación nos permitirá mejorar, restaurar o compensar, en aquellos casos en los que el daño cerebral no permita revertir la pérdida, las capacidades cognitivas.
De esta forma, gracias a sus resultados probados con evidencia científica, la estimulación cognitiva ha ido ganando peso en los últimos años dentro de las terapias no farmacológicas en la prevención y el tratamiento de la demencia y otras patologías con afección cerebral.
Programas como Nos Gusta Hablar También Online, NGHTO, impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza y gestionado por Atenzia, son una buena prueba de su eficacia en la mejora de las capacidades cognitivas. La reducción de la soledad y el incremento de las competencias digitales son grandes indicadores del éxito del programa, pero no los únicos: los ejercicios que, a través de la gamificación, permitían a los participantes ejercitar y mejorar diferentes áreas cognitivas como el cálculo, la atención o la memoria, permitieron un incremento cognitivo general del 15%.
Datos que demuestran que, el acompañamiento y supervisión profesional en remoto de las personas que participan en este tipo de programas, son claves para conseguir una mayor adecuación de los ejercicios, una mayor constancia y, por lo tanto, mejores resultados.
Fruto de esta reflexión nace Activa-Mente, un servicio de telerehabilitación que ofrece planificación y acompañamiento profesional y personalizado pensado para personas mayores que quieran ejercitar sus capacidades cognitivas o personas con patologías que cursan con déficit cognitivo. Además, la telerehabilitación permite extender este tipo de planes a perfiles que, en otras circunstancias, tendrían más complicado seguir un plan de estas características, como personas con movilidad reducida.
En definitiva, la estimulación y rehabilitación cognitivas, y más concretamente aquella que se hace en remoto, permite una mejora y recuperación de las capacidades cognitivas y un acceso general para personas en diferentes situaciones, ubicaciones y perfiles para conseguir reducir el impacto de la demencia. Es el momento de desarrollar nuevos planes en esta línea. Prevenir hoy para evitar mañana.