Un artículo de Sara Plaza y Antonio Izquierdo,
enfermeros del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM)

La inactividad física es determinante en el estado cardiovascular. La resistencia insulínica y la sarcopenia contribuyen al deterioro cognitivo y la depresión. Estas situaciones conllevan un potencial deterioro en la autonomía en el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), así como un mayor riesgo de caídas.

Además, la inactividad es el principal factor de riesgo de fragilidad. La fragilidad es un estado previo a la dependencia que supone mayor vulnerabilidad y aumenta el riesgo de resultados sanitarios adversos (ingresos, caídas, mortalidad…), por ello se hace necesario detectar de forma precoz esta situación especialmente desde atención primaria, con el fin de prevenir y/o revertirla lo antes posible.

Los beneficios de la actividad física en el adulto mayor están ampliamente documentados en la literatura científica. Específicamente en fragilidad, la práctica de actividad física se asocia a una disminución de mortalidad, enfermedades crónicas, institucionalización y deterioro funcional y cognitivo.

En concreto, los programas de ejercicio físico multicomponente, que se describen como aquellos que combinan ejercicios de resistencia, flexibilidad, equilibrio y fuerza, son la intervención más eficaz para retrasar la discapacidad y otros eventos adversos y han demostrado su utilidad en la prevención de caídas, deterioro cognitivo y depresión.

Programa de ejercicio físico multicomponente Vivifrail

El Programa Multicomponente de Ejercicio Físico Vivifrail, liderado por Mikel Izquierdo, intenta proporcionar los conocimientos necesarios para la prescripción de ejercicio físico en la prevención de la fragilidad y el riesgo de caídas en ancianos. Tal y como describen en su página web, se trata de un proyecto referente internacional de intervención comunitaria y hospitalario para la prevención de la fragilidad y caídas en las personas mayores que se enmarca en la Estrategia de Promoción de la Salud y Calidad de Vida en la Unión Europea. En España, está siendo diseminado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, así como por diferentes entidades autonómicas.

Este programa se viene desarrollando desde el año 2021 de forma adaptada en el CS Pavones de Madrid, liderado por el equipo de Enfermería del centro. Una de las claves de la figura de la enfermera en esta actividad reside en que es dicha profesional quien realiza una primera valoración y en función de las patologías o comorbilidades del paciente y de su estado funcional se le incluye o no en el programa. Además, los enfermeros realizan las sesiones de entrenamiento y el seguimiento de los participantes, actuando de apoyo durante toda la actividad.

Pueden incluirse en el programa los mayores de 70 años con un Índice de Barthel entre 90-100 puntos que, tras explicarles la actividad, estén interesados en participar. En consulta de Enfermería, se comprueba que no existen contraindicaciones para realizar este tipo de ejercicio, lo cual supondría un criterio de exclusión (enfermedad aguda o descompensada, cirugía reciente y/o deterioro cognitivo). Además, se recogen datos sociodemográficos y antropométricos, antecedentes médicos y datos de la actividad física previa al programa.  Se realiza el Índice de Barthel y la batería SPPB (Short Physical Battery Test)

Según el resultado de SPPB se entrega un pasaporte de ejercicio físico multicomponente siguiendo el protocolo establecido en el programa Vivifrail, ya que los ejercicios varían si el paciente es frágil, prefrágil o robusto.

Cada pasaporte consta de cinco días de ejercicio físico semanales.  Tres días no consecutivos los pacientes acuden al centro de salud a sesiones guiadas por enfermeras y enfermeros del centro de una hora de duración, durante 12 semanas, en los que se realiza en grupo la rueda de ejercicios que corresponde a cada pasaporte. Los dos días restantes se realiza de forma individual el ejercicio cardiovascular (caminar) adaptado a las indicaciones de cada pasaporte.

Resultados observados desde el inicio de la actividad

Cabe destacar la alta implicación de los profesionales del centro y la adherencia de los participantes en la actividad, de tal modo que actualmente se va a iniciar la quinta edición de la misma.

Al finalizar el periodo de 12 semanas, en general, los pacientes manifiestan una mejoría en su capacidad física y funcional. Desde el equipo de Enfermería siempre se intenta fomentar que continúen realizando los ejercicios en su domicilio para mantener y seguir mejorando su forma física.

También destacan la mejoría en su estado anímico, ya que se promueve la sociabilización entre los participantes al realizarse en pequeños grupos. Además, se crea con los profesionales un vínculo de confianza y cercanía diferente y más distendido que el que se puede generar en la consulta.

La Atención Primaria de Salud y en concreto el profesional de Enfermería en este nivel asistencial, es una pieza clave para prevenir y/o revertir los procesos de fragilidad, prefragilidad y dependencia ya que conocemos a nuestra población y el entorno de la misma, lo que nos sirve de herramienta para poner en marcha terapias no farmacológicas como el ejercicio físico que aportan grandes beneficios tanto a nivel individual como familiar y comunitario.

Bibliografía:

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• Izquierdo M, Casas-Herrero A, Zambom-Ferraresi F, Martínez-Velilla N, Alonso Bouzón C, Rodríguez-Mañas L. Programa multicomponente de ejercicio físico para la prevención de la fragilidad y el riesgo de caídas ViviFrail. Guía práctica para la prescripción de un programa de entrenamiento físico multicomponente para la prevención de la fragilidad y caídas en mayores de 70 años. España: Vivifrail; 2017.