Un artículo de Laura Castro Martínez, Fisioterapeuta Colegiada,
Presidenta de la comisión de terapia acuática del Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de Madrid
El envejecimiento es un proceso natural e inevitable que afecta a todas las personas a medida que avanzan en edad. Con el paso de los años se experimenta una disminución gradual de ciertas capacidades físicas y cognitivas. Estas disminuciones pueden variar ampliamente de una persona a otra debido a factores genéticos, de estilo de vida y de salud. Algunas de las áreas en las que los adultos mayores pueden experimentar una disminución de capacidades incluyen:
- Función física: El envejecimiento asociado a una falta de actividad física provoca una disminución en la masa y fuerza muscular, flexibilidad y resistencia. Esto puede llevar a una disminución de la movilidad y la capacidad para realizar actividades físicas.
- Función cognitiva: La función cognitiva también puede verse afectada con la edad. Esto puede incluir una disminución en la velocidad de procesamiento mental, la memoria a corto plazo y la atención. Algunas personas pueden experimentar problemas de memoria a largo plazo, como la pérdida de memoria asociada a otras enfermedades degenerativas (Alzheimer).
- Visión y audición: Muchas personas experimentan una disminución en la agudeza visual y auditiva. Esto puede afectar la capacidad para leer, conducir y participar en conversaciones.
- Salud cardiovascular: El riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta con la edad, lo que puede tener un impacto significativo en la capacidad de una persona para realizar actividades físicas y mantener un estilo de vida activo.
- Salud ósea: La densidad ósea tiende a disminuir con la edad (acompañado de pérdida de masa muscular), lo que aumenta el riesgo de fracturas y caídas.
- Salud mental: La salud mental también puede verse afectada en la vejez. La depresión y la ansiedad son problemas comunes y tienen un impacto negativo en el bienestar general.
Es importante destacar que aunque el envejecimiento conlleva cambios en estas capacidades, no todas las personas experimentan las mismas disminuciones ni al mismo ritmo. Un estilo de vida saludable que incluye una dieta equilibrada, ejercicio regular, actividad mental y socialización puede ayudar a mantener y mejorar muchas de estas capacidades en la vejez.
La Terapia Acuática, también conocida por Fisioterapia Acuática o Hidroterapia, es una forma de tratamiento dentro de la Fisioterapia que utiliza el agua como medio terapéutico para promover la rehabilitación y ayuda a mejorar la salud y el bienestar de las personas. Hay evidencia científica con numerosos estudios y testimonios que respaldan la efectividad de la Terapia Acuática en adultos mayores, lo que la convierte en una opción terapéutica fundamentada.
Se puede considerar una alternativa a la terapia farmacológica en aquellas patologías que lo permitan. La Terapia Acuática ofrece una variedad de beneficios físicos y emocionales para los adultos mayores, ayudándoles a mejorar su calidad de vida.
Algunas consideraciones importantes de la Terapia Acuática en la población general son:
- Reducción del estrés en las articulaciones: A medida que las personas envejecen, las articulaciones tienden a volverse más vulnerables a lesiones y dolor. El agua proporciona un medio de bajo impacto que reduce la presión sobre las articulaciones, lo que es especialmente beneficioso para personas con afecciones articulares (artritis, artrosis, etc.).
- Mejora de la movilidad y flexibilidad: La flotación en el agua facilita el movimiento permitiendo una mayor amplitud de movimiento, reduciendo la rigidez muscular y mejorando la función articular.
- Fortalecimiento muscular: Realizar ejercicios en el agua permite realizar ejercicios resistidos sin cargar en exceso las articulaciones.
- Mejora de la función cardiovascular: La presión hidrostática es una propiedad del agua consigue que estimula la circulación sanguínea y circulación linfática, y mediante la actividad física en agua estimulamos la capacidad pulmonar y la salud cardiovascular en general.
- Alivio del dolor: El agua proporciona un ambiente de bajo impacto que reduce la presión sobre las articulaciones, lo que puede ayudar a aliviar el dolor asociado con afecciones como la artritis o la fibromialgia.
- Mejora del equilibrio y la coordinación motora: La inestabilidad natural del agua acompañada de turbulencias estimula reacciones de equilibrio y mejora la coordinación mientras se desplazan en el agua, lo que, sumado a la tonificación muscular, ayuda a prevenir posibles caídas que son una preocupación en esta población.
- Estímulo social: La terapia acuática brinda oportunidades para la interacción social, lo cual es importante para una buena la salud mental.
- Bienestar emocional: El entorno relajante del agua puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que tiene un impacto positivo en la salud mental del adulto mayor. La sensación de libertad de movimiento y feedback de mayor control motor y las posibilidades físicas dentro del agua aportan a una mejoría en la autoestima.
- Mejora de la calidad de vida: En general, la terapia acuática ayuda a mantener una vida activa, fomenta la independencia y autonomía personal y promueve hábitos saludables.
La actividad en agua es una excelente forma de mantenerse activo y saludable, especialmente en adulto mayor, ya que el agua proporciona resistencia y soporte, lo que reduce el impacto en las articulaciones y ayuda a recuperar la fuerza, la flexibilidad y la mejora el sistema cardiorrespiratorio.
Podremos encontrar una alternativa a terapias farmacológicas por diferentes motivos:
- Estimulación cognitiva: La actividad acuática puede proporcionar una forma de estimulación cognitiva. Los ejercicios en el agua pueden requerir atención, coordinación y memoria para recordar una secuencia de movimientos, lo que puede ayudar a mantener y mejorar las funciones cognitivas.
- Reducción del estrés y la ansiedad: El agua y el entorno acuático suelen ser relajantes para muchas personas. La práctica regular de actividades acuáticas puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en la función cognitiva.
- Práctica regular de ejercicio físico: El ejercicio en el agua puede ser más suave para las articulaciones que el ejercicio en tierra firme, lo que lo hace adecuado para personas con deterioro cognitivo que pueden tener limitaciones físicas. El ejercicio regular también está relacionado con la mejora de la función cognitiva y la prevención del deterioro cognitivo.
- Socialización: Participar en actividades acuáticas en grupo proporciona oportunidades para la socialización. Mantener una vida social activa es importante para la salud mental y puede ayudar a mantener la mente activa.
- Rutina y hábito saludable: Mantener una rutina regular que incluya actividades acuáticas es beneficioso para las personas con deterioro cognitivo porque la estructura y la previsibilidad pueden ayudar a reducir la confusión y la ansiedad.
Por tanto, la Terapia Acuática ofrece una amplia gama de beneficios físicos, emocionales y sociales para los adultos mayores, lo que la convierte en un programa terapéutico valioso en la promoción de la salud y el bienestar en esta población.
Es importante asegurar unas condiciones óptimas en el agua para una intervención segura y efectiva. Algunas de las condiciones clave que deben considerarse son:
- Temperatura del agua
La temperatura del agua es un factor crítico en la Terapia Acuática. La temperatura recomendada se encuentra en el rango de 32°C a 34°C (90°F a 94°F), lo que ayudará a relajar la musculatura y facilitará el movimiento articular. Sin embargo, la temperatura específica puede variar según las necesidades individuales y la condición médica. - Profundidad del agua
La profundidad del agua debe ajustarse a las necesidades de la persona y el tipo de ejercicio terapéutico. A menudo se utiliza agua hasta el pecho para permitir el movimiento controlado y la flotación. - Accesibilidad
Es importante que la piscina utilizada para la terapia acuática sea accesible para todos, incluidas las personas con discapacidad o movilidad reducida. Deben contar con rampas, barandillas y otros dispositivos de asistencia según sea necesario. - Limpieza y desinfección
- El agua debe mantenerse limpia y desinfectada para prevenir infecciones y mantener un entorno seguro. Las piscinas de terapia acuática deben cumplir con las regulaciones de salud y seguridad en cuanto a la calidad del agua.
- Equipo y dispositivos
Se pueden utilizar dispositivos y equipos especializados de flotación, como chalecos, tablas de flotación y otros, para realizar ejercicios terapéuticos en el agua. - Protocolo de seguridad
Se deben respetar los protocolos y normas de seguridad propios de cada instalación acuática.
La Terapia Acuática tiene un enfoque terapéutico individualizado (se encuadra dentro de un programa de rehabilitación física) y juega un papel muy importante en la prevención. La elección de la actividad o ejercicio en agua debe adaptarse a las necesidades y capacidades individuales de la persona. Por lo tanto, es esencial trabajar con un profesional de la salud especializado que pueda diseñar y adaptar adecuadamente el programa de Terapia Acuática y con ello garantizar la seguridad y la efectividad del tratamiento.