Un artículo de la Dra. Carmen Feliz Muñoz, Medico Geriatra,
Directora de la Residencia de Psicogeriatría del Complejo Asistencial Benito Menni (CABM), de Hermanas Hospitalarias, perteneciente a HCM

La estimulación multisensorial (EM) o Snoezelen se engloba dentro de las terapias no farmacológicas más utilizadas en personas con demencia y trastorno de conducta asociado, aunque no es exclusiva de estos, utilizándose en otros grupos etarios y con distintas patologías.

Es una terapia que permite el desarrollo de funciones cognitivas, emocionales, motoras y psicosociales, con beneficios en distintos ámbitos como son la comunicación, la actividad física y la expresión emocional. Favorece la percepción de sensaciones y el aprendizaje, promueve la interacción con el entorno, toma de conciencia de sensaciones y percepciones, facilita la comunicación, proporciona sensación de bienestar, incrementa el tiempo de atención y concentración, disminuye la apatía, la agresividad y las conductas disruptivas.

Algunos autores definen esta terapia como un despertar sensorial, que favorece la comprensión a través de estímulos y actividades significativas, y partiendo siempre de las necesidades básicas de la persona, así como de su desarrollo real.

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La Estimulación Neurosensorial Snoezelen permite el desarrollo de funciones cognitivas, emocionales, motoras y psicosociales

La EM fue desarrollada a finales de los setenta por Ad Verheul y Jan Hulsegge, en personas con discapacidad, descubriendo los múltiples beneficios que obtenían las personas cuando se les exponía a estímulos sensoriales de forma recurrente y en un espacio destinado para ello. La expresión snoezelen, un término formado a partir de dos vocablos neerlandeses –snuffelen y doezelen–, que significan “impregnarse de sensaciones” y “relajarse” o “dormitar”.

Los sentidos permiten percibir el entorno y a nosotros mismos, comunicarnos y recibir información. Además, activan el cerebro y lo fortalecen generando aprendizaje y conocimientos. La vista, el tacto, el oído, el olfato y el gusto son sentidos; también lo son el sentido del equilibrio, la percepción del calor, la percepción de las diversas partes de nuestro cuerpo o el sentido del dolor. Los sistemas sensoriales pueden ayudarnos a conectar con la realidad, siendo a esto a lo que se denomina estimulación sensorial, estimulación multisensorial o Snoezelen, y pretende estimular los sentidos de la persona.

Esta terapia puede desarrollarse tanto en salas Snoezelen, como en espacios convencionales con carros de estimulación multisensorial. Las salas multisensoriales se acondicionan con el objetivo de promover la experiencia sensorial, de buscar la satisfacción, el bienestar y el descanso. En ellas, se realizan sesiones de entre 30 y 40 minutos de manera individual o en grupos pequeños.

Además, el espacio se encuentra equipado con distintos objetos e implementos para trabajar las áreas de estimulación neurosensorial.  Se utilizan los distintos sentidos, el sistema auditivo mediante sonidos, el gustativo con alimentos dulces y salados, el olfativo mediante aromaterapia, el visual mediante luces, imágenes y colores, el tacto mediante distintos materiales que ofrecen distintas texturas y el vestibular mediante el movimiento.

Las demencias constituyen un grupo de enfermedades neurodegenerativas, con un aumento de la prevalencia en el ámbito institucional sobre todo en las que llevan asociados síntomas psicoconductuales como son  alucinaciones, delirios, agitación o agresividad. Lo que conlleva un empeoramiento de la calidad de vida de las personas con demencia, sobrecarga en los cuidadores y mayor riesgo de complicaciones. Alrededor del 75% de los mayores institucionalizados tiene algún tipo de trastorno psiquiátrico y cerca de un 40% tienen prescritos fármacos antipsicóticos, con la importancia de los efectos secundarios de estos.

Los beneficios obtenidos con la estimulación neurosensorial son:

  • mejora de la conducta y el humor
  • disminución de la apatía
  • atenuación de las alteraciones conductuales
  • disminución de la ansiedad
  • mejora del equilibrio

En distintos estudios se considera la EM como un tratamiento no farmacológico útil en el manejo de síntomas neuropsiquiátricos como son la agitación, la ansiedad, el vagabundeo y la severidad de la demencia en pacientes de edad avanzada en estadios moderado a muy severo de demencia, sin establecer una diferencia significativa frente a otras terapias no farmacológicas como la musicoterapia. Si bien, las terapias de estimulación sensorial han dado datos de mejoría más significativas en síntomas como la agitación en casi todos los estudios realizados.

La evidencia actual es que las terapias no farmacológicas en ámbitos residenciales mejoran la comunicación con las personas con demencia, ayudando a mejorar la compresión de sus necesidades y reducir los síntomas graves de agitación durante la intervención. Experiencia que venimos desarrollando en la Residencia Psicogeriátrica Benito Menni con personas con demencia avanzada y GDS entre 5 y 7.