Un artículo de Cristina Fernández Barros,
logopeda del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia
Podría parecer que estos tres conceptos no tienen demasiada conexión, pero la realidad es que los problemas en la nutrición pueden aparecer en la vejez y pueden necesitar de la intervención de logopedia para contrarrestar las consecuencias.
Se estima que entre el 13 y el 35% de personas mayores independientes presentan algún problema de disfagia (imposibilidad o problemas para tragar) y la mayoría no es consciente ni busca tratamiento. Además, se estima que hasta el 60% de las personas mayores sanas o sin quejas relacionadas con la nutrición, presentan hipotonía en la musculatura encargada de realizar las funciones de deglución y masticación.
Asimismo, alrededor del 60% de las personas mayores institucionalizadas, presenta disfagia y por lo tanto, puede peligrar su nutrición y su hidratación, lo que tendrá consecuencias sobre la calidad de vida y la supervivencia. De hecho, en las personas mayores con disfagia, más de 55% presenta riesgo de desnutrición. (Gastroenterology Research and Practice, 2011).
La presencia de patología asociada, como puede ser el caso de enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o Alzheimer, provocan que las cifras de disfagia, y como consecuencia de desnutrición, aumenten hasta los rangos de 82-84%. En los casos de daño cerebral adquirido (tras un TCE o un ACVA), diferentes estudios demuestran que la presencia de desnutrición está relacionada con una recuperación más larga y una tasa de mortalidad mayor. (Management of patients with stroke, SIGN, 2010).
Aunque las causas de la desnutrición abarcan desde una mala alimentación, trastornos alimentarios o falta de disponibilidad de los alimentos, para poder relacionar estos conceptos con la logopedia, nos centraremos en las causas que incluyen ciertas afecciones que impiden que una persona coma y los problemas para digerir alimentos o absorber nutrientes de los alimentos.
Debemos tener en cuenta que la falta de una sola vitamina en la dieta puede provocar desnutrición por lo que, desde la prevención, la logopedia trabajará para que la nutrición se encuentre en valores medios para el grupo de edad y trabajará con la especialidad en nutrición para equilibrar la presencia de todos los nutrientes en la dieta. (MedlinePlus).
Las personas atendidas en logopedia que presentan desnutrición pueden presentar síntomas diversos pero los más destacados serán la fatiga y la pérdida de peso. De hecho será la pérdida de peso, notoria y rápida la que servirá de alerta ante un problema tanto de disfagia como de nutrición.
Una persona que presenta disfagia y desnutrición, se presupone que presentará alteraciones en la eficacia de la deglución. Este aspecto engloba alteraciones en la musculatura orofacial que impidan 1) la realización de un buen sellado labial, 2) que repercutan en la progresión del bolo desde la cavidad oral hasta el estómago dejando residuo a nivel oral y/o faríngeo que dificulte su manejo y limpieza y/o 3) la deglución fraccionada o lo que es lo mismo, varias degluciones para tragar el bolo alimenticio.
Además, podrá presentar alteraciones en la seguridad de la deglución, presentando 1) tos antes, durante o tras la deglución, 2) cambios en la voz tras la deglución (voz húmeda) y 3) cambios en la frecuencia cardíaca y saturación de oxígeno tras la deglución (signo de penetración y/o aspiración de alimento a la vía aérea).
La solución pasará por el trabajo en equipo. La especialidad de nutrición buscará reponer los nutrientes que faltan mediante un plan adaptado a la persona de suplementación o tratamiento de los síntomas en la medida de lo necesario mientras que la logopedia por su parte, será la encargada de tratar las afecciones subyacentes que han llevado a la persona, en este caso, persona mayor, al estado de desnutrición.
Sin tratamiento, la desnutrición puede ocasionar discapacidad mental y física, enfermedad y posiblemente la muerte. Puesto que ingerir una dieta bien equilibrada, ayuda a prevenir la mayoría de las formas de desnutrición, la logopedia ayudará en este proceso adaptando la dieta de la persona mayor a sus dificultades en deglución y masticación, en caso de que fuese necesario y trabajará sobre la musculatura y las funciones de forma directa para recuperar las capacidades perdidas. (Ashworth A. Nutrition, food security, and health, 2020.)
El pronóstico dependerá de la causa de la desnutrición. Aunque la mayoría de las deficiencias nutricionales se pueden corregir, debemos tener en cuenta la causa subyacente, ya sea una enfermedad crónica como un estado agudo o el simple envejecimiento normal que puede causar alteraciones, como comentaba con anterioridad en los procesos deglutorios y masticatorios normales de la persona mayor, pueden condicionar la nutrición de forma permanente.
Tratar las alteraciones presentes, hará contrarrestar la deficiencia nutricional pero puede no resolverla. El seguimiento por la especialidad de nutrición y por medicina de familia mediante controles periódicos, será primordial para mantener el estado de nutrición, a expensas de la acción conjunta con la logopedia. (Ziegler TR, Malnutrition: assessment and support, 2020).
En conclusión, la nutrición y la vejez pueden verse enfrentadas llegado el momento y la logopedia actuará como un agente preventivo y corrector de las posibles alteraciones que puedan ocasionar dicho enfrentamiento.
Sobre la autora
Cristina Fernández Barros (n°colegiada 15/0099) es diplomada en Logopedia por la UDC (Universidade da Coruña) en 2007, máster en atención temprana, postgrado en disfagia orofaríngea y especialización en motricidad orofacial.
Gerente de un centro privado, Latexo Logopedia, en el rural de Galicia desde el 2020, con amplia formación y experiencia tanto en el ámbito clínico como hospitalario.