Un artículo de Mª Teresa Sánchez,
médico de la residencia y centro de día Can Boada
Los síndromes geriátricos son el conjunto de cuadros originadas por la conjunción de enfermedades frecuentes en mayores de 65 años y que se incrementan en mayores de 80 años. Estos síndromes provocan cambios físicos y psicológicos y originan incapacidad funcional y social que causan un deterioro en la calidad de vida de las personas que los padecen y un aumento de la dependencia de terceros, con el consiguiente descenso de la autoestima del paciente.
La edad avanzada, el deterioro de funciones básicas de la vida diaria, de las funciones cognitivas y la presencia de enfermedades crónicas son algunos de los factores que provocan la aparición de los síndromes geriátricos que, en ocasiones, pueden prevenirse y tratarse si disponemos de un diagnóstico precoz. Los síndromes geriátricos son:
- Inmovilidad
Causada por patologías osteomusculares, cardiacas, respiratorias, neuropsiquiatricas, efecto secundario de fármacos, obstáculos físicos, hospitalizaciones, etc. Es incapacitante y genera dependencia. Provoca debilidad muscular, alteraciones urinarias y de circulación sanguínea, infecciones respiratorias, depresión, inestabilidad y caídas, desnutrición, aislamiento social, dependencia e ingresos residenciales.
Para su prevención y tratamiento se recomienda mantener la actividad física con ejercicios adecuados a la edad y patología de la persona, fisioterapia o terapia ocupacional, revisión de fármacos que afecten al sistema neurológico o motor y el uso de andadores o muletas para la deambulación.
- Inestabilidad y caídas
Las enfermedades cardiacas, respiratorias, óseas o musculares son la causa principal. También pueden deberse a factores extrínsecos como el calzado, obstáculos (alfombras), escaleras y al uso de determinados fármacos.
Provocan fracturas, traumatismos y un temor creciente del paciente a la perspectiva de caerse de nuevo. Para prevenirlas se recomienda realizar las revisiones de vista, audición, pies, calzado… el ejercicio físico y mantener una dieta adecuada. Es recomendable que la persona mayor no se precipite al hacer las cosas, vigile en escaleras en la disposición de alfombras, etc.
- Incontinencia urinaria
Las principales causas pueden ser las infecciones genitourinarias, el deterioro cognitivo o el uso de determinados fármacos. Las infecciones, úlceras cutáneas, caídas o la depresión y la pérdida de autoestima pueden ser la manifestación de este síndrome.
Existen medidas que pueden ayudarnos a prevenirlo: realizar ejercicio (incluido el del suelo pélvico), ajustar mediación diurética o sedativa y evitar el estreñimiento. Como tratamiento, es básico reforzar el suelo pélvico y existen medidas farmacológicas o quirúrgicas que pueden ser recomendables. A nivel paliativo, se incluye el uso de colectores y absorbentes.
- Deterioro cognitivo
Afecta seriamente la calidad de vida de las personas (física, emocional y socialmente). Su máximo exponente son los síndromes demenciales. La edad avanzada (por encima de los 80 años, el 25% de la población puede tener este problema) y las enfermedades del sistema nervioso central (Alzheimer, accidentes vasculares cerebrales, Parkinson…) son sus causas principales. Se manifiesta con alteraciones de conducta y carácter , sueño, ansiedad, depresión…
El tratamiento dependerá de la causa subyacente del trastorno. Puede incluir medicación, terapia cognitivo-conductual o trabajos de estimulación cognitiva. Los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y nutrición adecuada, pueden ayudar a prevenir y reducir síntomas.
- Fragilidad
La edad avanzada, la concurrencia de varias patologías de forma simultánea y la polimedicación pueden provocar una disminución de la fuerza y resistencia del cuerpo, causando graves problemas de salud, dependencia e incluso la muerte. La actividad física, la alimentación saludable y el control correcto de las enfermedades de la persona mayor pueden ayudarnos a prevenirla.