Un artículo de Grupo Los Nogales
El envejecimiento activo es una de las prioridades de Los Nogales para el cuidado de nuestros residentes, debido a los beneficios físicos y cognitivos que brinda. Con el auge del envejecimiento activo, en nuestras residencias nos comprometemos a fomentar la actividad entre nuestros mayores mediante terapias especializadas, supervisadas por nuestro equipo de fisioterapeutas.
Pablo Pérez del Río, fisioterapeuta en Los Nogales Santa Eugenia, destaca que «el envejecimiento activo es un término acuñado hace ya décadas, sobre el que se ha ido avanzando en los últimos años. Como fisioterapeuta, siempre he considerado motivador el concepto de dar vida a los años». Pabló ha compartido cuáles son los principales pilares del envejecimiento activo y la importancia del ejercicio físico y las relaciones sociales.
Los principales pilares del envejecimiento activo
El envejecimiento activo se está trabajando y avanzando mucho en los últimos años. Como fisioterapeuta, siempre he considerado motivador que «más allá de la edad, debemos mantener nuestra dignidad, capacidades y deseos, con apoyo, protección y seguridad».
La base fundamental para potenciar el envejecimiento activo en Los Nogales es continuar con la participación del colectivo en todos los aspectos referentes a su salud, vida social, cultural y economía, ya que son los principales pilares del proceso. En consecuencia, todo ello genera una mejora notable en su calidad de vida, contribuyendo a la promoción de la salud y, por tanto, suponiendo un impacto preventivo.
Ejercicio físico
Debemos continuar realizando ejercicio físico adaptado al estado y necesidades. Es importante realizar tanto actividades aeróbicas como de fuerza a fin de conseguir mejores resultados. Caminar a diario unos 30 minutos, acudir al gimnasio a realizar clases grupales, nadar, practicar un entrenamiento libre, o incluso aprovechar los parques geriátricos son opciones recomendables, ya que fomentan la actividad física y la interacción social. Asimismo, en Los Nogales trabajamos para mantener una dieta sana y equilibrada, junto con unas buenas rutinas de descanso.
Estas acciones influyen de forma positiva en distintos aspectos de nuestra salud: tanto psicológicos como cognitivos y funcionales. Con las pautas adecuadas se previenen e incluso mejoran distintos síndromes metabólicos como la hipercolesterolemia, la hiperglucemia y la hipertensión arterial.
Vida social
Es habitual encontrar una disminución notable en las relaciones sociales y familiares en edades avanzadas. Pese a que pueden ser causadas por distintos aspectos, se deben favorecer y fomentar mediante la integración del colectivo en la comunidad a través de actividades significativas, creación de entornos adecuados y la solidaridad intergeneracional.
Tanto la vida social como el ámbito cultural pueden ir de la mano: acudir a un museo, al teatro o sencillamente pasear por un parque que nos resulte relajante con una persona que nos escuche y nos aporte, hace que nos sintamos acompañados y mantengamos nuestra mente activa. Es un aspecto tan importante para la salud como el ejercicio físico.
Por todo ello es imprescindible que todos los agentes implicados tomen parte, no solo los sectores habituales como el sistema sanitario y los servicios sociales, sino también la educación, el trabajo, la vivienda, el transporte, y el desarrollo rural y urbano, ya que, su acción es determinante para garantizar la calidad de vida de toda la ciudadanía, independientemente de su edad.
El envejecimiento activo supone pues mantener la actividad en un sentido global, no únicamente con la concepción de realizar acciones sino de una implicación responsable en el cuidado de su propia salud (desarrollar hábitos de vida saludables, mantenerse física y mentalmente activos), así como una inserción participativa en la sociedad (relacionarse con otras personas, asociarse, ser parte presente en la vida de la comunidad).