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Un artículo de Alba González Jiménez,
Técnico Superior en Audiología Protésica en Audika

Envejecer es parte del ciclo natural de la vida. A medida que las personas envejecen, su cuerpo experimenta cambios que afectan tanto a su calidad de vida como a su salud auditiva. Mantener una buena audición a lo largo de los años permite que los mayores disfruten de los sonidos y también mejora su vida social y emocional. Es importante cuidar la salud auditiva para mantener un bienestar integral y así tener un envejecimiento activo.

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Y es que la capacidad de escuchar y comunicar, efectivamente, es esencial para sostener en el tiempo la conexión con amigos, seres queridos y la sociedad en general. La buena salud auditiva permite participar activamente en conversaciones, disfrutar de eventos sociales, asistir a reuniones familiares y sociales, y participar en actividades grupales.

La actividad social ayuda al envejecimiento activo

Las personas mayores con buena audición tienden a estar más involucradas en actividades sociales, un hecho que puede contribuir de forma positiva a su bienestar emocional. Esta interacción social, que viene favorecida por la capacidad de mantener una comunicación más efectiva, ayuda a prevenir la soledad y el aislamiento, factores que pueden tener un impacto negativo en la salud física y emocional de las personas mayores.

Mantener una buena salud auditiva implica realizar revisiones auditivas periódicas con profesionales especializados y estar pendiente de cualquier síntoma.

Sin embargo, para conseguir un envejecimiento activo, también es fundamental mantener un estilo de vida saludable con actividad física y cuidando la alimentación. Tener un estilo de vida activa y una alimentación variada ayuda a preservar la audición, ya que, hay alimentos como las frutas y verduras o alimentos con ácidos grasos omega-3 que están relacionados con un menor riesgo de padecer pérdida auditiva.

Además, una buena salud auditiva favorece que la sensación de seguridad de las personas mayores aumente dado que les permite percibir todos los sonidos del entorno, como puede ser el teléfono, una alarma o el sonido de un coche. Un hecho que ayuda a evitar accidentes o situaciones en las que las personas mayores se pongan en riesgo.

Una seguridad que contribuye a la independencia y a la autonomía en el día a día de las personas mayores, sin tener que depender de la ayuda de terceros.

La pérdida auditiva y su relación con otras enfermedades

La pérdida auditiva es una condición común entre las personas de edad avanzada, la cual puede estar relacionada con otras enfermedades vinculadas con el envejecimiento.

Tener un estilo de vida activo y cuidado puede ayudar a evitar la aparición, por ejemplo, de la demencia. Y es que, según apuntan diversos estudios, una la pérdida auditiva no tratada puede implicar un mayor riesgo de desarrollar demencia o enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo, como puede ser la aparición del Alzheimer.

Una situación que viene originada por la falta de estimulación auditiva, la cual puede afectar de forma negativa a la salud cerebral y la función cognitiva. Al mantener una buena audición se estimula el cerebro y se promueve una mayor actividad cerebral.

Investigaciones recientes demuestran que puede haber una cierta correlación también con otras enfermedades, como la hipertensión arterial u otros problemas cardiovasculares, que pueden agravarse en personas con pérdida auditiva no tratada.

Otro ejemplo es la diabetes. Según las conclusiones del estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., las personas diabéticas tienen el doble de posibilidades de desarrollar pérdida auditiva, independientemente de su edad.