Un artículo de Sanitas Mayores

El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida están incrementando la prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas en España. Según cifras de la Alianza Española de Enfermedades Neurodegenerativas, se estima que más de un millón de personas en nuestro país viven con alguna de estas afecciones. Estos trastornos afectan principalmente al cerebro y al sistema nervioso y son particularmente comunes entre las personas mayores.

Geriatricarea- vínculo entre la masa muscular magra y la enfermedad de Alzheimer enfermedades neurodegenerativas
A pesar de que vivir con una enfermedad neurodegenerativa no es fácil, existen varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los afectados

Estos trastornos, que incluyen el Alzheimer, el Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), provocan una pérdida progresiva de las células nerviosas. Cuando estas células se deterioran o mueren, las funciones que controlan comienzan a fallar, lo que impacta de forma negativa en funciones como la memoria, el pensamiento y el movimiento.

El principal factor de riesgo para desarrollar una enfermedad neurodegenerativa es la edad avanzada, debido a que a medida que envejecemos, nuestras neuronas se vuelven más susceptibles al daño. Sin embargo, existen otros factores a tener en cuenta como la genética o llevar un estilo de vida poco saludable.

En este contexto, aunque vivir con una enfermedad neurodegenerativa no es fácil, existen varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de estas personas:

  • Estimulación cognitiva: mantener el cerebro activo es crucial. Actividades como juegos de memoria, lectura, aprendizaje de nuevas habilidades o el uso de tecnologías diseñadas para estimular la mente pueden ser de gran ayuda.
  • Ejercicio físico: la actividad física regular adaptada a las capacidades del individuo es fundamental. Caminar, practicar yoga o realizar ejercicios suaves no solo mejoran la movilidad y el tono muscular, sino que también son esenciales para ralentizar el deterioro físico asociado a trastornos como el Parkinson o el Alzheimer. Además, el ejercicio ayuda a mantener la flexibilidad y el equilibrio, lo que reduce el riesgo de caídas, comunes en estas condiciones.
  • Dieta saludable: seguir una dieta equilibrada, rica en antioxidantes, frutas, verduras y ácidos grasos omega-3 es esencial para las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas. Estos nutrientes, presentes en alimentos como el pescado, los frutos rojos y las verduras de hoja verde, pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo y la inflamación en el cerebro, dos factores que contribuyen al deterioro neuronal en condiciones como el Alzheimer y el Parkinson.
  • Apoyo emocional: contar con el respaldo de amigos, familiares y grupos de apoyo puede marcar una gran diferencia en cómo los pacientes y sus cuidadores enfrentan la enfermedad.

Enfrentar una enfermedad neurodegenerativa es un reto importante tanto para los pacientes como para sus seres queridos, pero con un enfoque adecuado es posible mejorar su bienestar diario. Un abordaje integral que combine el tratamiento médico con el cuidado emocional, físico y cognitivo es clave para mantener la calidad de vida y favorecer la autonomía, incluso en las etapas más avanzadas de estas enfermedades.