Un artículo de Miaudífono
Las enfermedades neurodegenerativas son un conjunto de trastornos que afectan al cerebro y al sistema nervioso. Aunque cada una tiene características únicas, todas comparten un rasgo común: el deterioro progresivo de las células nerviosas. Este daño va más allá de simples olvidos o dificultades para encontrar las palabras adecuadas; puede influir en la forma en la que las personas se mueven, hablan, piensan y recuerdan, impactando profundamente en nuestra vida diaria.
Enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson son dos de las más conocidas. El Alzheimer, por ejemplo, suele empezar afectando la memoria, pero puede llegar a modificar la personalidad y las habilidades cognitivas. El Parkinson, por su parte, afecta principalmente el movimiento, provocando temblores y dificultades para coordinar el cuerpo.
Sin embargo, ambas enfermedades tienen un impacto que va mucho más allá de estos síntomas visibles ya que derivan en una pérdida gradual de autonomía que afecta tanto a quienes las padecen como a sus seres queridos. A nivel global, millones de personas conviven con estas condiciones, y el riesgo de desarrollarlas aumenta considerablemente con la edad.
Aquí es donde entra un factor que a menudo se pasa por alto: la pérdida auditiva. Según un estudio publicado en The Lancet, la pérdida de audición en personas mayores de 60 años puede aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar demencia, una de las consecuencias más temidas del deterioro neurodegenerativo. Este descubrimiento subraya la importancia de cuidar nuestra audición, ya que no se trata sólo de evitar molestias, sino de prevenir complicaciones más graves a largo plazo.
A medida que las personas envejecen, el cuidado integral de la salud, que incluye la audición, podría marcar la diferencia en cómo se envejece y en la calidad de vida.
La sordera como factor de riesgo
Este estudio de The Lancet, evidencia sobre la existencia de 12 factores de riesgo que podríamos evitar o prevenir a lo largo de nuestra vida para reducir las posibilidades de desarrollar demencia. Al evitar algunos de ellos, como el tabaquismo, la falta de ejercicio, el aislamiento social y la depresión, se podrían prevenir hasta el 40% de los casos de demencia. Entre estos factores, la pérdida auditiva merece una atención especial, ya que puede tener un impacto considerable en la salud cognitiva.
La pérdida auditiva relacionada con la edad afecta a hasta un 40% de las personas mayores de 65 años y a un sorprendente 80% de quienes tienen más de 80 años. Aunque es bastante común, a menudo no se le da la importancia que realmente tiene. El estudio muestra que tratar la pérdida auditiva podría reducir los nuevos casos de enfermedades neurodegenerativas entre un 7% y un 9%. Esta cifra subraya la necesidad urgente de prestar más atención a la salud auditiva.
Es muy importante que tanto los profesionales de la salud y las personas empiecen a ver la pérdida auditiva como un verdadero riesgo para la demencia. Detectarla y tratarla a tiempo, por ejemplo, con audífonos, no solo ayuda a ralentizar el deterioro mental, sino que también mejora notablemente la vida diaria de las personas mayores.
Signos de demencia y pérdida auditiva
Los signos de demencia pueden variar mucho según la causa pero algunos síntomas comunes son bastante reconocibles. Estos incluyen:
- Pérdida de memoria: olvidar cosas recientes, como nombres, lugares o conversaciones.
- Dificultad para encontrar palabras: tardar en recordar o usar palabras incorrectas durante una conversación.
- Desorientación: perderse en lugares que conocías bien o tener problemas para seguir instrucciones y recordar fechas importantes.
- Cambios en el comportamiento: notar que te sientes más irritable, ansioso, deprimido o apático.
- Dificultad para hacer tareas cotidianas: como cocinar, conducir o trabajar.
- Cambios en la personalidad: perder interés en actividades que solían gustarte o cambiar tus hábitos sociales.
La pérdida auditiva también puede ser un indicador importante:
- Menos participación en conversaciones: te involucras menos en las charlas o te sientes apartado en reuniones.
- Problemas para oír bien: sentir que las personas no vocalizan o pedir que te repitan lo que dicen.
- Evitar las llamadas telefónicas.
- Incomodidad con el ruido: sentirte incómodo en lugares con mucho ruido de fondo.
- Necesidad de subir mucho el volumen de la televisión o la radio.
En caso de sentir estos síntomas, es importante acudir a un profesional.
Prevención contra el deterioro cognitivo (revisiones auditivas y audífonos, ventajas de usar audífonos)
Aunque no existe una cura para las enfermedades neurodegenerativas, podemos tomar medidas para reducir el riesgo y mejorar la salud cerebral. Una de las acciones más importantes es cuidar nuestra audición:
- Revisiones auditivas regulares: visitar al otorrino de forma periódica es fundamental para detectar cualquier pérdida auditiva a tiempo y recibir el tratamiento adecuado.
- Uso de audífonos: los audífonos no sólo amplifican el sonido, sino que también estimulan el cerebro y pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.
- Vida social activa: mantener relaciones sociales y participar en actividades estimulantes puede ayudar a proteger el cerebro.
- Dieta saludable y ejercicio: una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico son fundamentales para la salud cerebral.
La pérdida auditiva es más que un problema de audición. Está estrechamente relacionada con la salud cerebral y puede ser un factor de riesgo para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Cuidar de la audición y llevar un estilo de vida saludable, puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida.