Un artículo de la Dra. Sacramento Pinazo-Hernandis y la Dra. Celia Carrascosa-Sánchez, del grupo de investigación BestAging

En este primer cuarto de siglo XXI, gracias a los avances sociales y sanitarios, la esperanza de vida ha aumentado y ha producido un incremento de la población mayor a nivel mundial. Cada vez se dispone de más investigaciones que estudian el envejecimiento poblacional, analizan las variables que predicen un buen envejecer y realizan intervenciones adaptadas y centradas en la persona.

Sin embargo, hay un gap en el conocimiento disponible de las necesidades de cuidados que tienen las personas mayores LGTB, comparadas con la población mayor general. A menudo, las personas LGTB son infrarrepresentadas en los estudios sobre el envejecimiento y demencia o se invisibilizan como grupo.

Hace pocos días (21 de septiembre) se celebraba el Día Mundial del Alzheimer. La OMS calcula que más de 55 millones de personas (8,1% de las mujeres y 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, y esta cifra aumentará a 78 millones en 2030 y a 139 millones en 2050. Es una enfermedad que produce un deterioro irreversible, pero es necesario conocer cómo prevenirla para mejorar el bienestar de las personas afectadas y sus familiares.

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A menudo, las personas LGTB son infrarrepresentadas en los estudios sobre el envejecimiento y la demencia o se invisibilizan como grupo

El Informe Mundial del Alzheimer 2023 llevaba como subtítulo: “¿Cómo reducir el riesgo de demencia? Nunca es demasiado pronto, nunca es demasiado tarde”. El 65 % de los equipos profesionales sanitarios y asistenciales creen erróneamente que la demencia es una parte normal del envejecimiento.

El último Informe Mundial del Alzheimer 2024 (“Cambios globales en las actitudes hacia la demencia”) se acaba de publicar y ofrece una perspectiva de las actitudes hacia la demencia, y cómo han cambiado los conocimientos, las percepciones y los comportamientos hacia la demencia en los últimos cinco años.

El informe profundiza en los resultados de una encuesta internacional analizada por la London School of Economics and Political Science con 40.000 respuestas de personas con demencia, cuidadores, profesionales sanitarios y asistenciales y población general de más de 166 países.

El informe destaca cómo las diferentes comunidades e individuos experimentan y abordan el estigma de la demencia, subrayando la urgente necesidad de hacer frente al estigma y la discriminación que existe en torno a la demencia en todo el mundo.

Algunos de los resultados del informe indican que: el 88% de las personas que viven con demencia dicen haber experimentado discriminación. El 80% de las personas en general cree que la demencia es una parte normal del envejecimiento (en 2019, era el 66%).  Más del 58% de la población cree -de manera incorrecta- que la demencia está causada por un estilo de vida poco saludable.

Más de una cuarta parte de las personas a nivel mundial cree -de manera incorrecta- que no hay nada que se pueda hacer para prevenir la demencia (cifra que ha pasado del 20% en 2019, al 37% en 2024). Además, en el citado informe, el 60% de los profesionales de la salud y el 52% de personas entrevistadas de diferentes países estaban de acuerdo con la frase: “Los profesionales de salud ignoran a las personas con demencia”.

En las personas LGTB existe una mayor prevalencia de diversos problemas físicos, sufridos a lo largo del tiempo y también problemas relacionados con la salud: problemas que se relacionan con los estilos de vida (por ejemplo, conductas sexuales de riesgo, tabaquismo), con el bienestar psicológico (por ejemplo, problemas de salud mental) o problemas de salud relacionados con la terapia hormonal o con las barreras para el acceso a los cuidados de salud, discriminación, soledad y exclusión social. Todos estos factores pueden ir asociados a un mayor riesgo de padecer síntomas de demencia.

Sin embargo, en el caso de las personas mayores LGTB con demencia, pocos estudios muestran las necesidades específicas de este grupo poblacional, como puede ser sufrir una triple discriminación: ser LGTB, ser mayor y tener demencia (Asti et al., 2024).

Así lo confirman también otros autores que señalan que las personas mayores LGTB tienen mayor riesgo de desarrollar demencia que la población general debido a la prevalencia de problemas de salud y factores de riesgo como: depresión, VIH, tabaquismo, inactividad física, problemas cardiovasculares, consumo de alcohol e hipertensión (Livingston et al., 2020).

Ante esta situación, muchas personas mayores LGTB tienen miedo a perder la libertad de mostrar su orientación sexual o identidad de género, o a ser forzadas a vivir de un modo diferente al que desean por ser LGTB, mayores y con demencia. Tienen miedo a no poder tomar decisiones sobre su vida y sus relaciones.

En este sentido, Putney et al. (2018) mostraron que los temores a cómo serán tratado en los servicios de atención médica o en relación a la demencia, pueden conducir a la ocultación de la identidad y una angustia psicológica, incluida la ideación suicida en la población mayor LGTB.

Muchas personas mayores envejecen en situación de vulnerabilidad a causa de factores diversos como problemas de salud o de funcionalidad, o por variables socio-estructurales o económicas. En general, los resultados de las investigaciones muestran que las personas LGTB reportan más sentimientos de soledad que las heterosexuales.

Las personas adultas mayores LGTB se han visto sometidas a lo largo de sus vidas a una serie de estresores sociales que pueden afectar negativamente a su bienestar, como los problemas económicos, falta de red social, discriminación, sentimiento de soledad y aislamiento social, que ocasionan una mayor prevalencia de problemas de salud mental (sintomatología depresiva, ansiedad, ideación o comportamiento suicida, etc.).

Sin embargo, se han realizado pocas investigaciones sobre el envejecimiento de las personas LGTB en España y las vivencias de soledad y exclusión social. En la tesis doctoral de Celia Carrascosa, Estresores sociales y salud mental en personas adultas mayores LGTB: generatividad y participación social como recursos psicosociales, pudimos observar relación entre el sentimiento de soledad y la discriminación en personas adultas mayores LGTB con un diseño transversal con metodología mixta.

Además, existe un tipo de demencia denominada demencia por VIH. La demencia asociada al VIH, que se caracteriza por un deterioro cognitivo progresivo debido a la infección del cerebro por el virus de la inmunodeficiencia humana, a diferencia de casi todas las otras formas de demencia, tiende a presentarse en personas más jóvenes.

En las personas con VIH la demencia también puede deberse a otros trastornos, como los linfomas e infecciones que las personas con VIH pueden contraer con mayor probabilidad porque su sistema inmunitario está debilitado (infecciones oportunistas), como la meningitis.

La demencia se presenta en el 7-27% de las personas con VIH en fase avanzada, pero el 30-40% pueden presentar formas leves de demencia asociada al VIH.

A nivel mundial, la OMS incide en que la demencia es la séptima causa de mortalidad y una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. El pasado año en España murieron 13.172 personas por enfermedad de Alzheimer y 21.084 por demencia. Barret et al (2015) estimó que en la actual cohorte de personas mayores LGTB a nivel mundial existen 1,3 a 4,1 millones de personas mayores trans que podrían desarrollar Alzheimer y morir por esta enfermedad.

Como se comentaba, existen factores de riesgo de la demencia que son modificables y que podrían prevenirse hasta en un 40%, pero muchas personas mayores, sobre todo personas mayores trans, tardan mucho en recibir los cuidados que precisan (Manca et al, 2024; Cousin et al, 2021) y, por ello, pueden desarrollar problemas de salud que podrían ser prevenibles: por ejemplo, podrían tener chequeos de salud cada cierto tiempo, y así prevenir la hipertensión.

Algunos estudios han mostrado que las terapias de reemplazo hormonal pueden producir problemas de salud posteriores. Las mujeres mayores trans con terapia de reemplazo de estrógenos experimentan una reducción en la materia gris del hipocampo (Seiger et al., 2016). Otros estudios encontraron tasas más altas de ansiedad, depresión y soledad en mujeres trans (Hajek et al., 2023).

Otros autores como Flatt et al. (2018) examinaron el deterioro cognitivo subjetivo y su asociación con factores de riesgo de demencia y otros factores de salud física y psicosocial en adultos mayores LGBT de 50 años o más (N=210). Encontrando que casi el 25% presentaban deterioro cognitivo.

Las personas racializadas, con síntomas depresivos o con deterioro funcional tenían más probabilidades de desarrollar demencia, por lo que concluyeron que la depresión y el deterioro funcional deben tenerse en cuenta al evaluar el deterioro cognitivo y la demencia en adultos mayores LGBT y que es necesario realizar más investigaciones sobre el deterioro cognitivo y el riesgo de demencia en adultos mayores LGBT.

En España, el informe elaborado por la Federación Estatal LGTBI+ (2019) “Mayores LGTB: Historia, lucha y memoria”, encontró que los síntomas de depresión/ansiedad afectan a un 32% de personas mayores de 65 años LGTB, fundamentalmente a mujeres cis y mujeres trans; un porcentaje tres veces mayor que el de la población general con estos grupos de edad, que señalan que la depresión/ansiedad afecta a un 10%. Además, encontraron un porcentaje alto de tabaquismo, 23-26% (superior al 8% en el total de población).

Un 67% de las personas participantes consideró que el proceso de envejecimiento conlleva aún mayores dificultades en las personas LGTB, por la falta de adecuación de los recursos (52%) y soledad y/o aislamiento (38%). Y a esto se une la percepción de trato inferior en los servicios sociales y/o sanitarios, y el bajo porcentaje de personas mayores que revelan a los profesionales de salud y/o servicios sociales su condición LGTB.

Además, muchas personas mayores LGTB que viven con demencia podrían experimentar presión por parte de los miembros de su familia para adaptarse a la heteronormatividad.

Por estas razones, es importante reconocer la variedad de necesidades que tienen las personas LGTB que envejecen y los problemas específicos que tienen algunas de ellas como las personas trans y, especialmente, aquellas con diagnóstico de demencia.

Por todo ello, el informe de FELGTB instaba a una mejora en la atención y el cuidado de las personas mayores LGTB y su inclusión en las políticas públicas centradas en la vejez, tales como la formación y sensibilización de los profesionales sociosanitarios en materia de diversidad sexual, y de género y familiar.

Bibliografía

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