Un artículo de Victoria Eugenia Criado Montoya,
Odontólogo-Periodoncista y profesora de la Cátedra de Periodoncia de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela

Enfermedad periodontal: periodontitis

La enfermedad periodontal (EP) es una enfermedad inflamatoria que afecta a las estructuras de soporte de los dientes (periodonto), constituido por la encía, el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar.1 Cuando afecta sólo a la encía se denomina gingivitis y  si la inflamación se extiende más allá de ésta, se llama periodontitis, que es el resultado de interacciones complejas entre la biopelícula dental y los mecanismos de defensa del huésped; las bacterias y sus productos como los lipopolisacáridos, inducen una respuesta inflamatoria intensificada del huésped, que destruye el periodonto y, en última instancia, conduce a la pérdida dental.


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Procesos inflamatorios como el generado por la periodontitis contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer

Al ser responsable de desarrollar discapacidad, deterioro del habla, baja autoestima y disminución de la calidad de vida, la P se ha convertido en un importante problema de salud pública que sobrecarga el sistema sanitario mundial.1

La periodontitis (P) ha sido considerada tradicionalmente como una patología inflamatoria crónica de origen multifactorial, que tiene como factor etiológico primario una biopelícula de origen bacteriano altamente organizada en un nicho ecológico favorable para su crecimiento y desarrollo.2

La ruptura del equilibrio (disbiosis) entre la agresión bacteriana, de origen fundamentalmente anaerobia, y las defensas del huésped, sumada a la presencia de diversos factores de riesgo (genética, tabaco, determinadas condiciones sistémicas como la diabetes), una higiene bucal inadecuada y/o falta de visitas periódicas al odontólogo, permiten el desarrollo de la periodontitis.2

Ésta es la enfermedad inflamatoria no transmisible más común en humanos a nivel mundial, afectando sólo en su forma más grave al 8% de la población adulta.3 En 2010, se informó que 3.9 mil millones de personas en todo el mundo tenían enfermedad periodontal, con una prevalencia de periodontitis leve del 35%, y de periodontitis moderada a severa del 11%.4 Según El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC), la periodontitis se considera una pandemia mundial.5

Enfermedades neurodegenerativas

Entendemos por enfermedades neurodegenerativas, al conjunto de enfermedades y trastornos caracterizado por la degradación progresiva de las neuronas que forman parte de nuestro sistema nervioso hasta que mueren, provocando una serie de efectos o repercusiones de gravedad variable; que, a su vez, pueden generar la pérdida avanzada de las facultades mentales y/o físicas para hacer frente a las demandas de la vida diaria e, incluso, llevar a la muerte por un paro cardiorrespiratorio, (una de las causas de fallecimiento más frecuentes en este tipo de afecciones), necesitando de soporte externo y de diferentes grados de ayuda.6

Las causas de este tipo de trastornos o enfermedades pueden ser múltiples, existiendo un gran número de factores que puede influir en su aparición. Su origen va a depender en gran medida de la enfermedad neurodegenerativa de la que estemos hablando; sin embargo, en la mayor parte de los casos, las causas concretas de la aparición de estas patologías son desconocidas.

Entre las posibles etiologías que se sospechan para algunas de ellas, se encuentran las enfermedades virales aún no curables, que afectan al sistema nervioso, así como la presencia de alteraciones en el sistema autoinmune que atacan a las propias células del cuerpo, traumatismos y/o accidentes cerebrovasculares (en el caso de la demencia vascular). También se observa un exceso de algunos elementos como los cuerpos de Lewy, las placas de beta-amiloide o los ovillos neurofibrilares en algunas demencias.

En este sentido, dentro de este tipo de enfermedades las más conocidas son las que se engloban dentro del conjunto de las demencias como la Enfermedad de Alzheimer (EA), o bien, las patologías que las provocan como: la Enfermedad de Parkinson, Esclerosis Múltiple, Corea de Huntington, Ataxia de Friedreich, y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Se estima que hacia el 2050 más de trece millones de personas padecerán de la EA en el mundo; esto significa que el índice de mortalidad por esta afección se incrementará.6

Relación entre la periodontitis y las enfermedades neurodegenerativas

Se han descrito diferentes mecanismos para explicar la interacción entre la periodontitis y algunas enfermedades neurodegenerativas, especialmente el Alzheimer: 

  1. Bacteriemias producidas por el paso de bacterias subgingivales a la circulación sistémica, a través del epitelio ulcerado del saco periodontal, pudiendo causar infecciones en otras partes del organismo.
  2. Diseminación de mediadores inflamatorios y productos bacterianos a la circulación sistémica, por la pared ulcerada de los sacos periodontales, desencadenando una respuesta inflamatoria a nivel sistémico.
  3. Colonización e infección del tracto respiratorio inferior en individuos con factores predisponentes, principalmente por aspiración directa.7

Un estudio reciente mostró que las personas con lesiones cerebrales tenían una mayor prevalencia de inadecuados parámetros de salud bucal y periodontitis.8 El cerebro, que se pensaba que no tenía respuestas inmunitarias, o que estaba disminuido debido a su estado de «privilegio inmunológico», puede sufrir diferentes procesos inflamatorios que contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, como la activación del complemento y la expresión de citocinas y quimiocinas.9

De hecho, la inflamación se considera el vínculo entre la periodontitis y la enfermedad de Alzheimer. Asimismo, la presencia de células gliales activadas que producen niveles significativos de citoquinas inflamatorias es un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.10

Además del daño directo causado por las placas de b-amiloide y los agregados de tau, la respuesta inmune innata intenta eliminar estos agregados del cerebro, pero en cambio, agrava la neurodegeneración.11 12 A su vez, se ha detectado un aumento de citoquinas proinflamatorias en pacientes adultos mayores con enfermedad de Alzheimer y periodontitis.13

Incluso, bacterias periodontopatogénicas como:  T. denticola  y C. pneumoniae se detectaron en cerebros con enfermedad de Alzheimer post mortem, lo que sugiere que, además de mediadores inflamatorios, algunos patógenos periodontales pueden invadir el cerebro al cruzar la barrera hematoencefálica.14

Tras una revisión de la literatura actual, los estudios demostraron que los individuos con deterioro cognitivo y con otros tipos de demencia tenían un aumento de los parámetros clínicos de la periodontitis. De esta manera, se considera la posible relación entre la P y la EA, como resultado de la alta incidencia de bacterias periodontopatógenas causantes de un estado inflamatorio crónico de grado bajo (neuroinflamación).

Por tanto, se requieren más estudios que avalen el vínculo bidireccional entre la P y la EA, especialmente de casos y controles como de cohortes, ante la imposibilidad de realizar ensayos clínicos debido a consideraciones éticas. Además, se insta a los profesionales del área de la salud a considerar la asociación de estas patologías, e involucrarse cada vez más en el cuidado preventivo de la salud bucal.15 16 17

Conclusiones

La periodontitis se define como una enfermedad inflamatoria crónica multifactorial asociada a la disbiosis de la microbiota bucal, y está caracterizada por la destrucción progresiva del periodonto, conduciendo a la pérdida del diente. Por otro lado, el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, crónica, progresiva e irreversible, considerada la causa más común de demencia; un término que describe la pérdida de memoria y otras deficiencias de la capacidad cognitiva.

Los pacientes con P presentan un riesgo mayor de EA en comparación con los individuos periodontalmente sanos, pues se ha determinado que la EA conduce a la pérdida del autocuidado y, en las últimas etapas, puede llevar a la disminución de la función motora, generando dificultades en la higiene bucal; colaborando con el inicio de la periodontitis. Sin embargo, los resultados deben interpretarse con cautela dadas las limitaciones metodológicas encontradas.

Comprender la contribución de la P a la etiopatogenia de la EA sería de gran beneficio para la población adulto mayor de todo el mundo. Para futuras investigaciones, se necesitan estudios epidemiológicos con un mejor diseño metodológico, como pueden ser los prospectivos que utilicen la nueva clasificación de la periodontitis, que evalúa la severidad de ésta, para asociarla con los diferentes grados de EA en estudios longitudinales a largo plazo.

A pesar de la falta de una evidencia sólida sobre el efecto de la P en la EA, es de vital importancia mejorar la salud bucal de los sujetos con EA, y proporcionar la atención dental y periodontal regular. También es necesario el trabajo en equipo y la cooperación entre odontólogos y neurólogos, para garantizar una mejor atención al paciente.

Bibliografía:

1.- Papapanou PN, Sanz M, Buduneli N, Dietrich T, Feres M, Fine DH, et al. Periodontitis: Consensus report of workgroup 2 of the 2017 World Workshop on the Classification of Periodontal and Peri-Implant Diseases and Conditions: Classification and case definitions for periodontitis. J Clin Periodontol 2018;45 Suppl 20:S162–70.

2. -Pihlstrom BL, Michalowicz BS, Johnson NW. Periodontal diseases. Lancet. 2005;366:1809—20, http://dx.doi.org/10. 1016/S0140-6736(05)67728-8.

3.- Kassebaum NJ, Bernabe E, Dahiya M, Bhandari B, Murray CJ, Marcenes W. Global burden of severe periodontitis in 1990-2010: A systematic review and meta-regression. J Dent Res. 2014;93:1045—53, http://dx.doi.org/10.1177/ 0022034514552491.

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6.- Oscar Castillero Mimenza. Enfermedades neurodegenerativas: tipos, síntomas y tratamientos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/enfermedades-neurodegenerativas. Revisado en febrero 2018.

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10.- Kamer AR, Craig RG, Dasanayake AP, Brys M, Glodzik Sobanska L, de Leon MJ. Inflammation and Alzheimer’s disease: possible role of periodontal diseases. Alzheimers Dement 2008; 4:242e50.

11.- Gaur S, Agnihotri R. Alzheimer’s disease and chronic periodontitis: is there an association? Geriatr Gerontol Int 2015; 15:391e404.

12.- McGeer PL, McGeer EG. Inflammation, autotoxicity and Alzheimer disease. Neurobiol Aging 2001; 22:799e809.

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14.- Poole S, Singhrao SK, Kesavalu L, Curtis MA, Crean S. Determining the presence of periodontopathic virulence factors in short-term postmortem Alzheimer’s disease brain tissue. J Alzheimers Dis 2013; 36:665e77.

15.-García Vásquez A., Vidal Chávez S., Anccasi Zevallos M., Franco Quispe G., Ramos Perfecto D., y Mattos Vela,M.  Association between periodontal disease and Alzheimer’s disease. Bionatura 2023, 10.21931/RB/CSS.2023.08.04.26Available from: http://dx.doi.org/10.21931/RB/2023.08.04.26.

16.- Desta N. Pathophysiological association between periodontal disease and Alzheimer’s disease: Im portance of periodontal health in the elderly. J Oral Biosci. 1 Dec 2021;63(4):351-9.

17.- Aragón, F., Zea-Sevilla, M.A., Montero, J. et al. Oral health in Alzheimer’s disease: a multicenter case-control study. Clin Oral Invest 22, 3061–3070 (2018). https://doi.org/10.1007/s00784-018-2396-z.