Un artículo de Tunstall
En Tunstall, desde hace años, apostamos por incorporar la terapia ocupacional en los servicios de teleasistencia que gestionamos como una medida proactiva y preventiva en beneficio de las personas usuarias. Cada vez, más instituciones están incorporando esta figura en todo tipo de servicios de atención social.
La terapia ocupacional es una disciplina sociosanitaria cuyo principal objetivo es garantizar que la persona usuaria mantenga su autonomía e independencia en las actividades diarias. Para lograrlo se usan las mismas actividades diarias como una herramienta.
Este enfoque es particularmente relevante en el ámbito de la teleasistencia, un servicio destinado a personas mayores con o sin discapacidad o dependencia. La teleasistencia ofrece la posibilidad de pedir ayuda desde el hogar, mejorando la seguridad, protección y, en consecuencia, la calidad de vida de las personas usuarias.
El papel del terapeuta ocupacional
En el marco de los servicios de teleasistencia que gestionamos existen diversas áreas en las que la figura del terapeuta ocupacional juega un papel fundamental. Estas incluyen la prevención de caídas, la gestión de riesgos en el hogar y hacer el servicio lo más accesible posible. En cada una de estas áreas, los terapeutas ocupacionales son esenciales para garantizar la seguridad y bienestar de las personas usuarias.
La principal función del/de la terapeuta ocupacional dentro del servicio es recomendar el uso de productos de apoyo o la eliminación de barreras arquitectónicas, con el objetivo de que las personas usuarias puedan vivir de manera segura y lo más autónoma posible en sus hogares.
Además, también realizar evaluaciones y asesoramientos especializados para así poder adaptar los hogares o sus hábitos y reducir de este modo riesgos de caídas o accidentes dentro del hogar.
Prevención de caídas: un enfoque integral
Las caídas son una de las principales razones por las que las personas usuarias solicitan asistencia a través del pulsador. Por ello, el departamento de terapia ocupacional lleva a cabo dos tipos de actuaciones para abordar este riesgo.
En primer lugar, se adopta un enfoque preventivo mediante la organización de talleres que fomentan el ejercicio físico entre las personas usuarias, promoviendo el fortalecimiento muscular y los buenos hábitos para prevenir caídas.
En segundo lugar, se aplica un enfoque de seguimiento mediante visitas domiciliarias. Durante estas visitas, se identifican las causas subyacentes de las caídas y se proporcionan recomendaciones personalizadas para reducirlas, con el fin de prevenir el síndrome post-caída.
Así mismo, es crucial que los/las terapeutas ocupacionales enseñen a las personas usuarias a utilizar adecuadamente los productos de apoyo, como bastones y andadores, para mejorar su movilidad y reducir el riesgo de caída.
Por otro lado, a parte de las caídas, existen otros riesgos significativos dentro del hogar, como incendios, escapes de gas o CO, intoxicaciones o atragantamientos. Los/las terapeutas ocupacionales tienen un papel importante en la identificación de estos peligros y el asesoramiento sobre hábitos seguros para prevenirlos.
Además, ofrecen recomendaciones prácticas, como la instalación de alarmas con temporizadores en la cocina o la modificación de texturas de los alimentos para evitar el riesgo de atragantamiento.
En resumen, la integración de los/las terapeutas ocupacionales en el servicio de teleasistencia no solo mejora la seguridad y la autonomía de las personas usuarias, sino que también contribuye a la creación de un entorno más accesible y adaptado a sus necesidades.
