Un artículo de Lydia Elguea,
Coordinadora de la Sección de Geriatría del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón

El envejecimiento poblacional que sufren los países desarrollados es uno de los mayores triunfos de la sociedad, y al mismo tiempo presenta un gran desafío económico y social. Para lograr un envejecimiento saludable se deben promulgar políticas de prevención de enfermedades y programas de educación para la salud durante todo el ciclo vital.

Los profesionales sanitarios tenemos el reto de preservar la salud y mantener la funcionalidad más allá de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) defiende que “la salud del anciano se mide en términos de función”, es decir, de la capacidad que tenemos las personas de realizar las actividades básicas de (ABVD), instrumentales (AIVD) y avanzadas de la vida diaria (AAVD)1.

Geriatricarea Ejercicio Terapeutico
El ejercicio terapéutico individualizado y adaptado es una herramienta clave para la prevención de los grandes síndromes geriátricos

En este aspecto, es innegable el papel del fisioterapeuta en la atención de los adultos mayores, tanto en actividades de prevención, como en el mantenimiento y tratamiento de las posibles disfunciones o patologías que se presenten en ésta etapa de la vida y que puedan repercutir en nuestra capacidad de movimiento.

Fisioterapia y ejercicio terapeutico: nuestra mejor herramienta

El ejercicio terapéutico individualizado y adaptado a las necesidades de cada persona, realizado de manera regular, constituye una de las mejores herramientas que tenemos los fisioterapeutas para la prevención de los grandes síndromes geriátricos y lograr un envejecimiento saludable.

Por un lado, en el proceso fisiológico de envejecer la practica regular de ejercicio físico multicomponente, es decir, la combinación de ejercicio aeróbico, de fuerza, de flexibilidad y de coordinación – equilibrio, ayuda a mantener la masa muscular y ósea, la función cognitiva, la salud cardiovascular y la función respiratoria.

Las recomendaciones de los principales organismos de salud (OMS y Asociación Americana del Corazón) hablan de 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado (caminar 30 minutos/5 días a la semana) en cualquier persona mayor de 65 años, y si la persona ya es activa la recomendación pasa a ser de 75 minutos de actividad vigorosa a la semana (trotar o correr 15 minutos/5 días a la semana), todo ello acompañado de 2 días a la semana de trabajo de fuerza, equilibrio y flexibilidad1,2.

Por otro lado, el ejercicio terapéutico ayuda en la prevención y tratamiento de los grandes síndromes geriátricos, los cuales se caracterizan por cuadros clínicos que se producen como consecuencia de diferentes enfermedades con una alta prevalencia en la tercera edad3. De manera que:

  • Ayuda y previene el síndrome de inmovilización, es decir, de la pérdida de la capacidad para desplazarse. La inmovilidad puede estar provocada por diversas causas como patologías osteoarticulares (artrosis), patologías cardiovasculares (infarto de corazón, etc..) o patologías neurodegenerativas (Parkinson, etc…).
  • Previene la inestabilidad y las caídas: gracias al mantenimiento de la masa muscular y ósea. Además, si ya existe una inestabilidad que predispone a sufrir caídas, el ejercicio terapéutico es la principal herramienta para el tratamiento de ésta.
  • Previene la fragilidad del anciano, a través del mantenimiento de la masa muscular y de la masa ósea.
  • Previene el deterioro cognitivo. Los programas de ejercicio terapéutico llevados a cabo con regularidad han demostrado ser eficaces en la prevención del deterioro cognitivo. Ayuda en la incontinencia urinaria: a través del fortalecimiento del suelo pélvico y musculatura abdominal cuando la causa de la misma sea ésta.

Además del ejercicio terapéutico, los fisioterapeutas contamos con diferentes herramientas como son la terapia manual (estiramientos, movilizaciones, masaje), y terapias a través de agentes físicos, eléctricos y mecánicos como son la aplicación de frío y calor, electroterapia, hidroterapia, etc…

Pero sin duda, la clave del éxito tanto en la prevención como en tratamiento de las disfunciones del organismo es la valoración individualizada de cada persona que realizamos los fisioterapeutas, siempre poniendo en contexto con las esferas clínicas, psicosociales, afectivas cognitivas de la persona. Es por ello, que el trabajo interdisciplinar con otros profesionales de la salud adquiere una importancia superlativa en el abordaje integral de los adultos mayores de 65 años.

Bibliografía

  1. Envejecimiento y salud [Internet]. Who.int. [citado el 4 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ageing- and-health.
  2. Heart.org. [citado el 4 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://www.heart.org/en/healthy-living/fitness/fitness-basics/aha-recs-for- physical-activity-in-adults.
  3. Menéndez Colino R, Mauleón Ladrero MC, Condorhuaman Alvarado P, González Montalvo JI. Aspectos terapéuticos de los grandes síndromes geriátricos. Tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Indicaciones. Medicine [Internet]. 2017;12(46):2743–54. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.med.2017.12.002