Un artículo de Claudia Brizuela Ledesma,
Terapeuta Ocupacional de Cognitiva Unidad de Memoria Goya
La Terapia Ocupacional, entendida como una disciplina que interviene en los adultos mayores, posee una capacidad transformadora que promueve un envejecimiento saludable.
Los modelos terapéuticos propios de esta disciplina son variados y cada uno se distingue del resto en algún aspecto característico, pero la gran mayoría están influidos por un abordaje centrado en la persona, con el que
se resalta la singularidad del individuo y la actuación del terapeuta caracterizada por un modo de relacionarse a través del compromiso y el comportamiento empático. Esta descripción parece definir la actuación del TO en cualquier tipo de intervención, pero interesa resaltar las características propias, cuando abordamos a un adulto mayor.
¿Cuáles son esas particularidades del abordaje de terapia ocupacional en la población de las personas mayores?
Los adultos mayores atraviesan importantes cambios respecto a su condición física y mental, también se producen transformaciones respectos a sus roles tanto en la sociedad como en el entorno familiar. En esta etapa de la vida se pueden producir pérdidas importantes de seres queridos y de otros tipos como a nivel laboral y social. La terapia ocupacional en este caso interviene asegurando que la persona se adapte a esta nueva realidad marcada por los cambios y las posibles pérdidas.
La esencia de esta intervención es la ocupación elegida como un medio terapéutico que permitirá el cambio. A través de las ocupaciones, las personas mayores se benefician de distinta manera, la actividad les permite ganar un tiempo productivo, reforzar capacidades físicas y cognitivas, mejorar su estado de ánimo y asegurar su autonomía.
La terapia ocupacional como modelo ocupacional promueve una vida activa que lucha contra la influencia de algunos factores negativos como son el sedentarismo, la soledad y el sentimiento de vacío existencial. A través de las actividades podemos modificar estos males, volviendo las rutinas como tiempos productivos, generando sentimientos que fortalecen y favorecen un ánimo positivo y dándole significado a nuestro existir.
También es posible mejorar aspectos físicos de los adultos mayores durante la ejecución de diferentes actividades, como puede ser la destreza manual, la coordinación visomotora, la postura, la fuerza muscular y otras tantas capacidades que integran la condición física del adulto mayor.
Las ocupaciones requieren también de la participación de nuestras capacidades cognitivas, intervienen en las distintas fases de ejecución de una tarea y su nivel de participación depende del grado de complejidad que presenten las actividades desempeñadas. De esta manera, la elección de las actividades se convierte en un aspecto fundamental y que se lleva a cabo teniendo en cuenta una gran variedad de aspectos entre los que se incluye su nivel de resolución según el estado de sus capacidades cognitivas.
Con frecuencia la pérdida de roles en los adultos mayores ocasiona aislamiento que puede llevar a estados de ánimo negativos. La terapia ocupacional intenta revertir esta situación, a través de la implementación de actividades que permitan encontrar nuevas ocupaciones, según sus intereses y habilidades y en las que encuentre la posibilidad de adquirir nuevos roles que le devuelvan identidad, autoestima y lo alejen de la situación de aislamiento.