/p>La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha anunciado la puesta en marcha de un estudio estatal para averiguar si las personas mayores de 90 años con alguna enfermedad cardiovascular reciben tratamientos óptimos para prevenir una nueva complicación cardiovascular, y si el hecho de que los reciban o no depende de su situación funcional o cognitiva.
“Se trata de averiguar si los pacientes que tienen una demencia reciben menos tratamientos preventivos para la enfermedad cardiovascular que los que no la tienen”, explica el Dr. José María Mostaza Prieto, coordinador del Grupo de Riesgo Vascular de la SEMI.
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Las enfermedades vasculares siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país y en los países de nuestro entorno debido principalmente al envejecimiento de la población

El anuncio del comienzo de este estudio se ha realizado en el marco de la XIII Reunión de Riesgo Vascular, celebrada recientemente en Valladolid. Esta cita, en la que participaron más de 200 expertos, sirvió también para conocer los resultados de un estudio ya finalizado sobre los pacientes con fibrilación auricular ingresados en los servicios de Medicina Interna.
Según revela este informe, cada vez se trabaja mejor en los hospitales españoles y, si hace unos años, los pacientes mayores apenas recibían tratamiento para prevenir el ictus, actualmente están siendo anticoagulados de forma adecuada, lo que contribuye a la prevención de ataques cerebrovasculares.
Otro de los temas en los que se incidió en la XIII Reunión de Riesgo Vascular de la SEMI fue en el concepto de ‘edad vascular’. Los expertos allí reunidos estuvieron de acuerdo en señalar que, a pesar de que este concepto no está del todo integrado en las explicaciones que los profesionales dan a los pacientes, resulta muy importante ya que un paciente de 60 años, por su estilo de vida puede tener, por ejemplo, una edad vascular de 75 años.
Para calcular la edad vascular de una persona, se evalúan los posibles factores de riesgo del individuo (si tiene colesterol, si fuma, etc.) y, con ello, se extraen datos porcentuales que indican la probabilidad que tiene un paciente de sufrir enfermedades cardiovasculares.