/p>El consumo de frutas y verduras y la escolarización retrasan la aparición del deterioro de la función cognitiva en personas mayores en poblaciones desfavorecidas, tal y como queda reflejado en las conclusiones del estudio “Envejecimiento y salud en personas mayores de la ciudad de Sao Paulo” (en sus siglas en inglés, SPAH), publicado por María Pastor, profesora del Departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
geriatricarea proyecto SPAH
Los resultados de este estudio sugieren que la pobreza tiene un efecto adverso sobre la salud mental de poblaciones desfavorecidas

En el proyecto SPAH se han estudiado a 2.000 personas de 65 años o más que residían en favelas o zonas con el menor índice de Desenvolvimiento Humano para el año 2003. Estas generaciones representan a aquellos que nacieron antes de 1940, cuya esperanza de vida en Brasil era de 41 años o incluso menor en las áreas rurales, de donde procedía la mayoría de esta población. Los participantes de este estudio son, por tanto, aquellos que sobrevivieron a la alta mortalidad infantil de la época y que han enfrentado duras y adversas condiciones socio-económicas durante toda una vida.
El estudio ha encontrado una elevada prevalencia (el 8%) que tenían deteriorada su función cognitiva entre la población que presentaba mayores tasas de analfabetismo y/o menos años de estudios, menores rentas per cápita, mayores tasas de sedentarismo y que, con mayor frecuencia, incumplían las recomendaciones de la OMS para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas sobre el consumo de frutas y verduras (≥ 400 gramos/ día).
Los resultados indican que aquellos participantes que cumplían las recomendaciones de la OMS se asociaron a un 47% menos de prevalencia de deterioro cognitivo. Es más, en esta población con elevadas tasas de analfabetismo y sedentarismo, el efecto protector de estas recomendaciones se multiplicaba si, además de cumplirlas, los participantes poseían uno o más años de estudios y/o en su vida cotidiana eran físicamente activos.
Según los autores del estudio es muy posible que lo observado en este estudio pueda generalizarse a una población mayor que viva en otras áreas urbanas marginales de Brasil y, también, a otras poblaciones de personas mayores de la periferia urbana en países de bajos y medios ingresos.
Los resultados de este estudio sugieren que la pobreza, en general, tiene un efecto adverso sobre la salud mental de poblaciones desfavorecidas y que las políticas públicas que tengan como objetivo preservar una buena salud mental en estas poblaciones deberían tener entre sus objetivos la inclusión de la promoción de la salud y de la educación como pilares fundamentales.
En este estudio han participado, además, los profesores del Departamento de Psiquiatría y Medicina Preventiva de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) Marcia Scazufca y Paulo Rossi Menezes, quienes han trabajado en una red internacional de investigadores que desarrolla un instrumento para el diagnóstico de demencia y deterioro cognitivo para ser usado en poblaciones sin alfabetizar en países de ingresos bajos y medios.