La osteoporosis es una enfermedad esquelética que padecen más de dos millones y medio de personas en España, y una de sus principales consecuencias es la fractura de cadera, que tiene una mortalidad del 30% al año de producirse. Además, la osteoporosis es una enfermedad clínicamente silenciosa que solo se manifiesta cuando aparecen las fracturas, por lo que es importante que la población conozca sus causas y consecuencias.
Se estima que las mujeres padecen tres veces más fracturas que los hombres, lo que convierte al sexo femenino en más propenso a estas lesiones. La edad es un claro elemento asociado a ellas pues a mayor edad, mayor riesgo. Además, existe una mayor propensión de padecer una lesión en mujeres que tengan antecedentes familiares.
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Las mujeres padecen tres veces más fracturas de cadera que los hombres

Es frecuente que a medida que se progresa en edad los riesgos sean mayores. Así, por cada 100.000 personas, cerca de 100 sufren una fractura de cadera en un año. Si nos referimos a mayores de 80 años, casi un 3% la han sufrido. Estas cifras son aún más altas si se analiza a la población anciana que habita en instituciones residenciales. Se calcula que en España se producen cada año unas 30.000 fracturas de cadera.
Y tal y como destaca el doctor César Pérez, especialista en traumatología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja, «las consecuencias de las fracturas de cadera son enormes, puesto que reducen la autonomía personal, empeoran la calidad de vida de los pacientes y aumentan la mortalidad«.
Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture, aunque se pueden reunir en dos grandes grupos: de un lado, la resistencia del hueso; de otro, la energía aplicada a éste para que se rompa. Y es que, como comenta el doctor César Pérez, «la resistencia del hueso está determinada fundamentalmente por la masa ósea, es decir, por la cantidad de hueso de buena calidad, que tiene que ver con la densidad mineral que contiene».
Se estima que en la tercera década de la vida se llega al máximo nivel de masa ósea y que de ahí en adelante se pierde paulatinamente hasta la menopausia, en el caso de las mujeres, y sobre los 70 años en los hombres, cuando la pérdida es mucho más acentuada. Mientras mayor sea la reserva, más resistencia tendrá el hueso en el momento de recibir golpes.
En las personas mayores, tan importante como la calidad del hueso son los golpes que recibe. Por eso, las caídas son un factor esencial en el riesgo de padecer fracturas de cadera. «Los ancianos se caen por muchas causas, desde las alteraciones para caminar, la visión defectuosa o la falta de equilibrio, hasta los accidentes producto de barreras arquitectónicas como las escaleras sin pasamanos, los desniveles del suelo o la escasa iluminación de noche en las viviendas», apunta el doctor Pérez.
Según el tipo de fractura, el estado del paciente y su situación funcional previa, se lleva a cabo un tipo determinado de intervención quirúrgica, a fin de dar solidez y estabilidad a esa articulación y lograr recuperar la marcha del paciente. De acuerdo a las mencionadas características se utilizarán diferentes tipos de técnicas para obtener el mejor rendimiento posible, ya sea con placas, clavos y prótesis parciales o totales de la cadera.
La prevención resulta fundamental en el tratamiento de esta patología, apuntan los especialistas de Quirónsalud. En el caso de la osteoporosis puede ser prevenida con anterioridad, lográndose una buena reserva de calcio en los huesos.
Si ya se está en una edad avanzada, la osteoporosis puede ser diagnosticada a través de métodos como la radiografía, la densitometría ósea o la ecotomografía ósea. Una vez diagnosticada, existen varias alternativas terapéuticas que ayudan a detener la pérdida de calcio y, en algunos casos, a restituir parte de lo perdido. El calcio, los difosfonatos, la vitamina D, las hormonas femeninas y la calcitonina son algunos de los medicamentos que el especialista tiene como alternativas para estos casos.
También se pueden prevenir las caídas, y de hecho hay estudios que señalan que cerca de un tercio puede ser evitado, lo que representaría una significativa disminución en las fracturas.
Una de las medidas más eficaces para prevenir una posible fractura de cadera es mantener una adecuada actividad física, acorde con la edad y las características de cada persona. Los especialistas recomienda, en general, dar paseos de 30 minutos al día como mínimo, ya que esto mantiene en buen estado a los músculos y permite a las articulaciones no perder sus rangos de movilidad. También es importante llevar una buena y equilibrada alimentación, puesto que la desnutrición es otro elemento de riesgo para prácticamente todas las enfermedades, así como para las fracturas y para la mejor recuperación de los operados.
Además, si el paciente es propenso a las caídas, a pesar de haber intentado modificar todas sus posibles causas, desde Quirónsalud recomiendan emplear protectores de cadera, que son aparatos especiales que se ajustan a la ropa interior, a la altura de la cadera, y que amortiguan el golpe, haciendo que el impacto real al hueso sea menor y, por lo tanto, ayudan a disminuir la probabilidad de fracturarse.