/p>>Un artículo de envejecimientoenred – Departamento de Población CSIC

El último informe de la UE sobre envejecimiento en Europa [Informe sobre el Envejecimiento 2015. Proyecciones económicas y presupuestarias para los 28 Estados miembros de la UE (2013-2060)] pone de relieve el imparable proceso demográfico que vive el viejo continente y que, en el caso español, se manifiesta en una cifra que habla por sí sola: en 2060 habrá más personas mayores de 80 años que jóvenes entre 0 y 14 años.
Se prevé que el gasto público total derivado del envejecimiento aumente en 1,4 puntos porcentuales del PIB entre 2013 y 2060 en la UE, hasta alcanzar el 27% en 2060, con grandes diferencias de un país a otro.

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El gasto público total derivado del envejecimiento puede aumentar en la UE en 1,4 puntos porcentuales del PIB entre 2013 y 2060

La población europea aumentará el 4% (de 507 millones en 2013se parará a 523 millones en 2060). El tamaño de la población no sólo se espera que sea mayor en medio siglo, sino que también será mucho más vieja que ahora. A destacar que los 28 socios de la UE pasarán de tener cuatro trabajadores por cada persona mayor de 65 como actualmente, a dos empleados por cada jubilado en 2060.
¿Qué consecuencias destaca la comisión Europea este cambio de la estructura de edad de la población?
Para empezar que Europa tendrá que destinar más euros para hacer frente al envejecimiento de sus ciudadanos. El gasto podría representar como decimos el 26,6% del PIB, cuando actualmente es de un 2%.
Además, como recuerda el Banco Mundial, las poblaciones más envejecidas tienden a ahorrar menos, lo que deja entrever que estos cambios demográficos podrían tener consecuencias en la inversión y la acumulación de capital, dos factores que incluyen en el crecimiento económico.
¿Cuáles son los datos que destaca la comisión para España?
Por un lado, para el año 2016 habrá menos personas, perdemos medio millón, y nos quedaremos rozando los 46 millones. Viviremos más tiempo, los hombres alcanzarán una esperanza de vida de 86 años y las mujeres de 90, y por tanto habrá más personas mayores. Si hoy día el 5,6% son mayores de 80 años, en el 2060 lo serán casi el 15% de la población, mientras que un 13% tendrán entre 0 y 14 años.
Respecto a la proyección del coste del envejecimiento en España, el gasto público relacionado en % del PIB será algo menor, del 25,4% actual al 24,6% esperado para 2060.
España se encuentra entre los ocho países de la UE en los que bajará el gasto público relacionado con el envejecimiento de la población de aquí a 2060, debido a la reforma de las pensiones y a la caída de los pagos en educación (por la reducción de la población juvenil) y en prestaciones por desempleo. No subirán los gastos en pensiones, pero sí lo harán los gastos en sanidad y en cuidados de larga duración, sin embargo.
Según destaca la Comisión Europea, en la mayoría de los países, las recientes reformas en las pensiones han tenido un impacto positivo visible al contener las dinámicas de gasto público.
¿Y se consideran suficientes estas reformas?
Varios ministros de Finanzas europeos han declarado recientemente que son insuficientes para contener el gasto. De hecho, por ejemplo, el primer ministro sueco ha manifestado que sus ciudadanos deberían prepararse para jubilarse más allá de los 75 años si desean mantener su generoso estado de bienestar.
La Comisión mantiene este desafío entre sus prioridades. Así, la mitad de los gobiernos nacionales han contado con recomendaciones relacionadas con su sistema de pensiones. La estrategia para poder soportar un Estado parece basarse en tres pilares: reducir el endeudamiento público, aumentar las tasas de empleo y productividad, y reformar las pensiones, la sanidad y los sistemas de dependencia. En el caso de las pensiones, el objetivo es incrementar la edad efectiva de jubilación, y vincular el retiro y las pensiones a la esperanza de vida.
En el caso de España, la reforma de las pensiones de 2013 ha ayudado a contener la presión a largo plazo en el gasto, gracias al factor de sostenibilidad, un ajuste automático basado en cambios en la esperanza de vida. Pero Bruselas ha indicado que nuestro país necesita progresar más en la efectividad del gasto en el sector sanitario, conteniendo el gasto farmacéutico, mejorar el sistema de dependencia y, sobre todo, digerir la alta deuda pública.