Un artículo de Alex Sainz de Vicuña, Responsable de marketing en Wayalia

El paso de los años va asociado, irremediablemente, con el deterioro progresivo (físico y cognitivo) del cuerpo. Esta situación supone que, en mayor o menor medida, el grado de dependencia de las personas ancianas irá en aumento, y las limitaciones para seguir con las actividades cotidianas también se verán incrementadas. Esta realidad puede empujar a los mayores a una época de pasividad y sedentarismo, muy nocivo para la salud y diametralmente opuesto a un envejecimiento activo.

Stop sedentarismo

El sedentarismo es un estilo de vida, marcado por un nivel de actividad y movimiento reducido, que puede acarrear muchos problemas de salud. Problemas que aparecen ya no solo durante la tercera edad, también durante la juventud o edad adulta, por lo que cambiar esta forma de concebir la vida es prioritario. Pero ya en plena vejez, es importante esforzarse en salir de la área de confort y encontrar otras fuentes de motivación.

Para garantizar una vejez digna, activa y positiva, es muy importante abandonar estos hábitos que pueden ser muy contraproducentes para las personas mayores y abrazar un estilo de vida saludable. Más allá de tener una dieta rica y equilibrada, es muy importante mantener una rutina activa, con ejercicios y actividades físicas, y mentales, que son el primer paso para tener un envejecimiento de calidad y aprovechar al máximo todas las etapas de la vida.

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Ejercicios como pasear, hacer sentadillas o movimientos de brazos son muy beneficiosos para la salud de las personas mayores

Ejercitar el cuerpo

Con el objetivo de alcanzar un envejecimiento activo, aumentar el movimiento con ciertas actividades y ejercicios, es la mejor manera de hacerlo. Establecer una rutina efectiva, en consonancia con la cuidadora o persona que se encargue de apoyar al mayor, con ejercicios que estimulen esta actividad es prioritario.

Ejercicios como pasear, hacer sentadillas, movimiento de brazos, etc. son muy beneficiosos para la salud y, siempre que se hagan atendiendo a las posibilidades de cada uno, pueden reportar notables mejoras en cuanto a movilidad y calidad de vida. Además, se tratan de actividades que perfectamente se pueden realizar en casa, o en la calle, sin necesidad de gasto económico o una infraestructura determinada. Hechos que facilitan la posibilidad de llevar a cabo estos ejercicios físicos. Piedra angular para alcanzar un envejecimiento activo.

Ejercitar la mente

Asociar el cuerpo y la mente es la única manera de entender la vejez. Tan importante es estimular el cuerpo con ejercicios, y algunas pautas beneficiosas, como necesario es estimular la cabeza. Con el fin de potenciar cognitivamente el cuerpo para no perder ciertas habilidades y encarar esta etapa de una manera plenamente activa.

Hay muchas maneras de tratar de incrementar la capacidad cognitiva de una persona mayor, ejercicios para provocar una concentración superior y, a su vez, buscar la potenciación de la memoria. Incitar al anciano a recordar ciertas cosas, pasajes de su pasado más lejano o de su pasado más cercano, recordar qué se ha comido, qué actividades se han realizado a lo largo del día, etc.

Lo más importante es buscar, sin generar frustración, que se apliquen y se concentren para tratar de responder a las preguntas que se les vaya planteando. Pequeños retos que lograrán estimular tanto cognitivamente, como anímicamente, a los mayores.

Claves para un envejecimiento activo:
dieta rica, satisfacción personal y actividad regular

“El proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen” es, según la OMS, el envejecimiento activo. Por lo que existen muchas variables a tener en cuenta para lograr este grado de bienestar en la tercera edad.

En resumen, no se puede concebir una satisfacción plena sin la adecuación transversal de hábitos saludables que desencadenarán en el envejecimiento activo y en el empoderamiento de los mayores. Tener una alimentación adecuada, ejercitar el cuerpo y la mente y adoptar hábitos de vida saludables, son los principales retos a los que deben hacer frente las personas que quieran adoptar una nueva forma de vivir y envejecer con total dignidad.