Por Eva Lorenzo, Trabajadora Social y autora del blog Mi rincón de apoyo al cuidador

Antes de llevar a cabo cualquiera de las pautas que aquí os doy de acompañamiento en la marcha y cambios posturales me gustaría recordaros la importancia de consultar con un profesional, ya sea médico o fisioterapeuta, y a ser posible que os muestre como realizarlos de forma presencial. No a todo el mundo le vienen bien los mismos ejercicios, ni hacerlos de la misma manera y además, dependerá también de la patología que tenga vuestro familiar e incluso de vuestro propio estado de salud.
Para que la información sea mucho más completa, al final de cada apartado, os he puesto enlaces a vídeos en los que  se ven las diferentes técnicas y posturas de las que os hablo.
Como todos sabemos, el aparato locomotor proporciona el sostén necesario y permite la movilidad de nuestro cuerpo y del organismo. La movilidad no solo nos permite disfrutar de una mejor calidad de vida sino que además es esencial para una mejor salud y su conservación. 

geriatricarea Higiene Postural
La inmovilidad o la dificultad para llevarla a cabo puede llegar a provocar una serie de serias complicaciones

La inmovilidad o la dificultad para llevarla a cabo, puede llegar a provocar una serie de complicaciones:

  • Disminución de la fuerza y tono muscular.
  • Aumento del riesgo de infecciones y embolias.
  • Problemas a nivel respiratorio, urinario y/o digestivo…
  • Úlceras por presión.
  • Aumento de la osteoporosis u otros problemas de huesos.

La deambulación/marcha constituye una de las manifestaciones elementales del ser humano y una de las funciones vitales de la persona. Nos permite movernos, desplazarnos, es indicador de autonomía psicomotriz y va a condicionar nuestro estilo, forma de vida y relaciones sociales. Conservar la capacidad de la marcha implica el control del equilibrio en la posición estática y en movimiento. 
La marcha puede verse dificultada por diversas razones: enfermedades físicas o psíquicas, el propio proceso de envejecimiento o razones de tipo social. En gran número de ocasiones se hace necesario, o al menos aconsejable, la utilización de un medio auxiliar (bastón, muleta, andador etc.).
Las alteraciones de la marcha comportan un aumento del miedo a caminar y del riesgo de caída, así como una posible institucionalización de la persona en situación de dependencia. 
Acompañar a la persona en el desplazamiento durante la marcha va a favorecer su desplazamiento y le aportará la seguridad y el confort necesario. No obstante, y aunque parezca sencillo, debe implicar una buena comunicación por ambas partes y la puesta en funcionamiento de una serie de técnicas o pautas.
Objetivos de las técnicas de marcha:

  1. Conservar la capacidad de movilidad de las personas en situación de dependencia.
  2. Prevenir las complicaciones derivadas de la inmovilización y el sedentarismo.
  3. Mantener las capacidades de autonomía y de relación.
  4. Favorecer los componentes básicos de la marcha: equilibrio de pie y correcto traspaso de carga de un pie a otro.
  5. Proporcionar seguridad y confort.

Cuando la persona a la que se cuida no precisa ninguna ayuda y puede caminar de forma independiente, debe orientársele para que mantenga una postura erguida y relajada, acompañada del balanceo de sus brazos. Si existe tendencia a arrastrar los pies por el suelo, es preciso recordarle que debe levantarlos apoyando primero el talón y luego la punta.
Cuando la marcha es inestable y necesita de ayuda, el cuidador tiene a su disposición alguna de las siguientes técnicas que puede poner en funcionamiento en teniendo siempre en cuenta la situación de su familiar y/o la suya propia:
Técnica para la marcha guiada

  • Antes de empezar, explicar a la persona a la que cuidáis lo que vais a hacer y en qué os puede ayudar.
  • Colocarse al lado de la persona, ligeramente adelantado.
  • Mantenerse dentro de su campo visual: su familiar debe verle sin tener que girar la cabeza.
  • Ofrecerle el antebrazo para que se agarre.
  • Es recomendable que estabilicéis el agarre pegando el antebrazo al cuerpo.
  • Indicar a la persona que empiece a caminar.
  • Acompañar a la persona guiando el desplazamiento.
  • Favorecer el traspaso de cargas: el peso del cuerpo debe recaer en un pie y el otro de forma alternativa.
  • Adaptar al ritmo de la persona caminando con el pie del mismo lado.
  • Para realizar los giros durante la trayectoria, adecuar sus pasos a los de la persona para no romper el ritmo.

Técnica para la marcha guiada de bastón

  • Antes de empezar, explicar a la persona a la que cuidáis lo que vais a hacer y en qué os puede ayudar.
  • Colocarse al lado de la persona, ligeramente adelantado.
  • Mantenerse dentro de su campo visual: su familiar debe verle sin tener que girar la cabeza.
  • Ofrecer como apoyo el puño del bastón.
  • Sostener con una mano el bastón por algún punto de la caña.
  • Situar la otra mano sobre la parte baja de la espalda de la persona.
  • Indicar a la persona que adelante el bastón e inicie la marcha.
  • Acompañar simultáneamente esta acción.
  • Favorecer el traspaso de cargas de un pie a otro, a través del estímulo de la mano situada en la espalda. Su función será la responsable del desplazamiento.
  • Presionar con los dedos la parte superior de la pierna que tiene que avanzar.
  • La mano situada en la parte baja de la espalda será la responsable de su desplazamiento.
  • Para mayor seguridad el cuidador debe sostener el bastón durante la marcha.

Técnica para la marcha con andador

  • Antes de empezar, explicar a la persona a la que cuidáis lo que vais a hacer y en qué os puede ayudar.
  • Colocarse al lado de la persona, ligeramente adelantado.
  • Mantenerse dentro de su campo visual: su familiar debe verle sin tener que girar la cabeza.
  • Ofrecerle el andador como apoyo.
  • Sostener el andador con una mano.
  • Situar la otra mano sobre la parte baja de la espalda de la persona. Su función será la responsable del desplazamiento.
  • Indicar a la persona que adelante el andador e inicie la marcha.
  • Acompañar simultáneamente esta acción.
  • Favorecer el traspaso de cargas de un pie al otro, a través del estímulo de la mano situada en la espalda.
  • Presionar con los dedos la parte superior de la pierna que tiene que avanzar.
  • La mano situada en la parte baja de la espalda será la responsable del desplazamiento.
  • Será muy importante guiar el movimiento del andador coordinándolo con los pasos.

Técnica para la marcha acompañada de cara

  • Antes de empezar, explicar a la persona a la que cuidáis lo que vais a hacer y en qué os puede ayudar.
  • Colocarse delante de la persona.
  • Ofrecerle los antebrazos como punto de apoyo.
  • Mantener siempre el apoyo por debajo de la cintura de la persona.
  • Es recomendable que apoye los codos sobre la zona pélvica para estabilizar los puntos de agarre.
  • Indicar a la persona que empiece caminar.
  • Utilizar los agarres de los antebrazos para guiar, controlar y acompañar a la persona.
  • Favorecer el traspaso de cargas. El peso del cuerpo debe recae en un pie y el otro de forma alternativa.
  • Adaptarse al ritmo de la persona adelantando los pies al mismo tiempo que ella.
  • Es muy importante utilizar el agarre de los antebrazos para guiar, controlar y acompañar a la persona.
  • Será necesario mantener el apoyo de los antebrazos por debajo de la cintura. 

Técnica para acompañar la subida de escalones en silla de ruedas

  • Sitúe la silla de ruedas de espaldas a la escalera.
  • El cuidador 1 se situará unos escalones más arriba y cogerá fuertemente las asas de la silla presionando hacia abajo, hasta colocarla a dos ruedas.
  • El cuidador 2 se situará delante de la silla y la cogerá a dos ruedas.
  • Subirá la silla deslizándola por los peldaños, nunca a pulso.
  • Se recomienda llevar a cabo este ejercicio siempre de espaldas y si es posible con la ayuda de otro cuidador.
  • Es importante nivelar la posición de la silla entre los dos cuidadores, para no forzar la espalda del cuidador en la parte superior de la escalera.
  • Ambos cuidadores deben realizar el mismo esfuerzo físico.
  • Cuando se trate de escaleras mecánicas, la acción se realizará de cara y solo se requiere un cuidador, aunque debido a la pendiente y al movimiento de las escaleras el cuidador tiene que realizar un gran esfuerzo. No se recomienda realizar esta acción si no se tiene mucha experiencia.
  • Cuando hay que subir un solo escalón, se podrá realizar también de frente, y con la ayuda de un solo cuidador.
  • Coloque la silla delante del escalón.
  • Sujetar fuerte los mangos de la silla de ruedas, presionando hacia abajo y elevando las ruedas delanteras hasta apoyarlas en el escalón.
  • Algunas sillas disponen de un pedal trasero que facilita esta acción al presiónalo con el pie.
  • Impulsar fuertemente y elevar la silla de ruedas hacia arriba, para que las ruedas posteriores suben hasta el pavimento superior.

Técnica para acompañar la bajada de escalones en silla de ruedas

  • Cuando hay varios escalones por bajar se recomienda realizar la acción siempre de cara y con la ayuda de otra persona.
  • Situar la silla de cara a la escalera.
  • Uno de los cuidadores se situará en los escalones inferiores agarrando los pedales delanteros.
  • La otra persona se situará en el nivel superior, sujetando por las asas.
  • Ambos cuidadores presionarán fuertemente.
  • El cuidador 1 elevará los pedales hasta colocar la silla a dos ruedas.
  • El cuidador 2 presionará las asas hacia abajo, hasta colocar la silla a dos ruedas.
  • Se deslizará la silla, escalón por escalón y nunca a pulso, sujetando por las asas traseras y por los pedales delanteros.
  • Al llegar al nivel inferior se nivelarán las ruedas dejando caer ligeramente la silla hacia delante.
  • Ambos cuidadores deben repartir el esfuerzo físico.
  • Es importante nivelar la posición de la silla entre los dos cuidadores, para no forzar la espalda del cuidador situado en la parte superior de la escalera.
  • En caso de bajar solo un escalón, podrá realizarse con una persona sola y en este caso se recomienda hacerlo de espaldas.
  • Situar la silla de espaldas al escalón.
  • Colocarse en el nivel inferior.
  • Coger fuertemente por las asas y deslizar la silla inclinándola hacia sí mismo.
  • Las ruedas grandes bajarán por la fuerza de la gravedad del escalón.
  • Tirar de la silla hasta que se bajen la ruedas delanteras.

Vídeos de interés:
«Técnicas de ayuda en la marcha» 
«Subir y bajar escaleras con una silla de ruedas» 
«Subir un escalón con silla de ruedas»  
«Bajar escalón con silla de ruedas»  

geriatricarea Higiene Postural
Las alteraciones de la marcha comportan un aumento del miedo a caminar y del riesgo de caída, así como una posible institucionalización de la persona en situación de dependencia.

La inmovilidad prolongada puede producir efectos negativos en el organismo de vuestro familiar, que alteren su estado de salud general y empeoren notablemente su calidad de vida.
Las personas en situación de dependencia pueden estar largos periodos de tiempo con un gran sedentarismo e incluso inmovilismo lo que puede llevar a la aparición de complicaciones en la piel y en las articulaciones.
Será necesario, por tanto, llevar a cabo una serie de cambios posturales y proteger las zonas de riesgo, sobre todo en las prominencias óseas, para:

  • Prevenir la aparición de úlceras por presión.
  • Mejorar la función cardiovascular y respiratoria.
  • Evitar la rigidez articular, la flacidez muscular y las alteraciones posturales.
  • Minimizar las consecuencias de la inmovilidad.
  • Mantener la máxima autonomía de la persona en situación de dependencia.
  • Retrasar el aumento del grado de  discapacidad y dependencia.

Cualquier individuo inmovilizado de forma prolongada corre el riesgo de sufrir alguno de estos problemas, sobre todo, si además, existen factores de riesgo como:

  1. Incapacidad para realizar movimientos voluntarios.
  2. Alteraciones de sensibilidad.
  3. Edad avanzada.
  4. Enfermedades como la diabetes.
  5. Lesiones o enfermedades de la piel.
  6. Trastornos cognitivos o del nivel de conciencia.
  7. Bajo peso o deficiencias nutricionales.
  8. Alteraciones vasculares o de la circulación.
  9. Incontinencia urinaria o fecal.
  10. Posturas incorrectas.
  11. Ausencia o defecto de cambios de postura.
  12. Higiene insuficiente, humedad en la piel…
  13. Deshidratación.
  14. Fijación inadecuada de sondas, sistemas de oxigenoterapia, tracción…o uso inadecuado de materiales como flotadores, tobilleras…
  15. Arrugas o partículas extrañas en sábanas o sillas de ruedas.

Consejos Generales para los Cambios Posturales

  • Si vuestro familiar puede colaborar y está encamado durante todo el día, realizar los cambios posturales cada hora. Si la persona permanece sentada, debe levantarse del sillón durante unos segundos aproximadamente cada media hora.
  • Si no puede colaborar y está encamada los cambios cada 2-4 horas alternando posición boca arriba y de lado. Si permanece sentada se pueden alternar inclinaciones laterales a la derecha y a la izquierda, con ayuda de cojines, para evitar resbalar.
  • Tened mucho cuidado ya que se pueden provocar úlceras por el roce o hematomas por golpes. No arrastrar.
  • Mantened la cama limpia, seca y sin arrugas.
  • Airead la habitación donde se encuentre vuestro familiar.
  • Mantened la alineación corporal y distribuid bien el peso de la persona con ayuda de almohadas o protecciones para dar equilibrio y estabilidad.
  • Utilizad productos de apoyo que amortigüen las zonas de presión: colchones de aire; almohadones; protectores locales, sobretodo en talones y tobillos.
  • Siempre que sea posible, favoreced la posición de pie y la deambulación o marcha por la casa.
  • En personas con escasa o nula movilidad, es recomendable hacer 3 o 4 veces al día movilización pasiva de las articulaciones
  • La postura deberá ser confortable, no debe provocar dolor y debe permitirle respirar y moverse adecuadamente.

Las diferentes posturas en las que puede colocarse a la persona y que se debéis ir alternando son: boca arriba, sobre el lado derecho, sobre el lado izquierdo, sentada, y en algunos casos boca abajo.
Decúbito supino

  • La posición «Boca Arriba» es la de máxima descarga para la columna.
  • La cama estará horizontal, reposando la cabeza sobre la almohada, manteniendo el cuerpo bien alineado, con las piernas extendidas.
  • Colocar los brazos en paralelo al cuerpo, ligeramente separados de este, pudiendo situarlos sobre almohadas, con las muñecas y las manos en posición neutra (sin doblar).
  • Para descargar los tobillos y los talones, coloque cojines bajos las pantorrillas.
  • Evitar la caída de los pies poniendo toallas o almohadas entre las plantas de los pies de la cama.
  • Para prevenir problemas como úlceras, vigilar sobre todo la piel que cubre la nuca, las paletillas, los codos , el sacro (parte baja de la columna) y los talones.
  • Si tiene que elevar la cabecera, procure que no exceda de 30º y que nos e mantenga durante períodos largos de tiempo.

Decúbito lateral

  • La persona está tumbada sobre un lado de su cuerpo. La cabeza debe mantenerse en el mismo plano del cuerpo; los hombros apoyados no deben soportar el peso del cuerpo, lo que se evita traccionando la articulación hacia delante. Los brazos en semiflexión.
  • La cama también estará en posición horizontal y la cabeza descansará sobre la almohada manteniéndose alineada con la espalda, colocando
  • Prestar atención a las orejas, el hombro, la cadera, la rodilla y el tobillo del lado apoyado…. Para evitar úlceras.
  • Para evitar el apoyo excesivo sobre el hueso de la cadera, la espalda reposará inclinada de unos 30 o 45º hacia atrás, sobre otra almohada.
  • Sacar el hombro sobre el que se apoya hacia delante para aliviar la presión sobre él.
  • Poner un cojín o almohada entre las piernas (desde el muslo hasta el tobillo) dejándolas semiflexionadas.
  • Al igual que en la posición de boca arriba, no elevar la cabecera más de 30º y evitar mantenerla sí mucho tiempo.

Decúbito Prono

  • Esta postura está contraindicada en situación de insuficiencia respiratoria y cardiaca. No es recomendable salvo prescripción médica.
  • Colocar a la persona boca abajo, con la cama horizontal, asegurando que la cabeza reposa de lado sobre la cama o sobre una almohada pequeña, permitiendo una correcta respiración.
  • Situar una almohada pequeña bajo el abdomen para relajar la zona lumbar.
  • Poner otra almohada bajo las piernas para que los pies queden en ángulo recto.
  • Alternar la posición de los brazos (doblados o estirados) para mayor comodidad de la persona.

Sentado

  • El sillón será cómodo y la espalda descansará sobre una superficie firme, ligeramente inclinada hacia atrás.
  • Si la persona no es capaz de sujetar el tronco, será mejor que la acomode en la cama.
  • La espalda debe quedar bien recta.Si la zona lumbar (parte baja espalda) queda despegada del respaldo, coloque un pequeño cojín o almohada.
  • Los brazos pueden quedar sobre el vientre o pueden descansar sobre una almohada permaneciendo flexionados y alineados con el cuerpo.
  • En las piernas, alternaremos rodillas flexionadas y estiradas.
  • Los pies descansarán sobre el suelo en ángulo recto.
  • Si pasa mucho tiempo sentado, la piel más vulnerable estará en las prominencias óseas que hay bajo los glúteos, los codos y las paletillas.
  • Es frecuente el deslizamiento en la silla , por lo que deberán recolocarse cada poco tiempo, ellos mismos o con ayuda, para mantener la posición correcta. Asimismo, si son capaces, deberán realizar pulsiones cada 15 minutos, apoyándose sobre los reposabrazos y elevando el cuerpo sobre el asiento, para liberar la presión de los glúteos

Técnica de Vuelta Lateral en la Cama

  • Si la cama es articulada y graduable elevar   has­ta aproximadamente la altura de vuestra cadera. No olvidéis, si es el caso, activar los frenos de las ruedas.
  • Colocaros lo más cerca posible del cuerpo de vuestro familiar y en el lado contrario a la dirección del giro; con la espalda recta, piernas flexionadas y pies separados. Esta posición la mantendréis durante la realización del movimiento, estirando las piernas al finalizar el mismo.
  • Vuestro familiar partirá de la posición de decúbito supino (boca arriba). El brazo más próximo a vuestro cuerpo se colocará sobre el abdomen. La pierna del mismo lado se cruzará por encima de la otra. Podéis colocar una almohada entre las rodillas y otra al lado que vais a girarlo para que queden colocadas una vez adoptada la postura lateral.
  • Colocaréis las manos planas en la cadera y el hombro más próximos.
  • Empujad hacia delante, estirando las piernas hasta que la persona esté de lado. El movimiento se consigue utilizando el peso de vuestro cuerpo, pasando de la postura de flexión de rodillas a la extensión de las mismas.
  • Una vez de lado, aseguraos de que esté estable sobre la cama, recolocando la pelvis y después el hombro para ofrecer más comodidad.
  • Para realizar esta técnica, podéis hacer uso de una sábana para facilitar el desplazamiento.
  • Es importante asegurarse de que las almohadas eviten cualquier punto de presión.

geriatricarea Higiene Postural
En gran número de ocasiones para ayudar a la marcha se hace necesario la utilización de un medio auxiliar como un bastón

Vídeos de interés:
«Cambios Posturales»
«Técnica de vuelta lateral en la cama»
 
Las alteraciones posturales son deformidades y posturas viciadas que se producen en las articulaciones. Aparecen por la inmovilización prolongada y por la posición incorrecta de las articulaciones.
Los cambios en los músculos y articulaciones que no se mueven, empiezan a desarrollarse pasada la primera semana, y si no se frenan, pueden conducir a la pérdida total del movimiento articular.
Es muy importante aprovechar, siempre que sea posible y dentro de sus posibilidades, las capacidad de la persona en de moverse por sí misma, fomentando la movilidad y la actividad física.
En personas que no son capaces de realizar movimientos de forma voluntaria, y siempre que el médico lo autorice, hay que mover de forma pasiva las articulaciones al menos 2 o 3 veces al día, aprovechando por ejemplo, la hora del aseo o los cambios posturales.
Para ello, moved suavemente sin forzar y sin producir dolor, todas las articulaciones del cuerpo (cuello, hombros, codos, muñecas y manos, caderas, rodillas, tobillos y pies).
Giros de la cabeza
Situar las manos a ambos lados de la cara de la persona colocada boca arriba. Girar la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda.
Inclinaciones de la cabeza
Situar las manos a ambos lados de la cara de la persona colocada boca arriba. Llevar la cabeza hacia un hombro y luego hacia el otro.
Flexoextensión del cuello
Con una mano en la nuca y otro en la barbilla de la persona, mover la cabeza hacia delante y hacia atrás. No forzar la extensión.
Separación del hombro
Poner el brazo estirado a lo largo del cuerpo con la palma de la mano mirando hacia arriba. Luego, mover lateralmente arrastrándolo por la cama y separándolo del tronco e intentar tocar la cabeza de la persona. Mantener el codo estirado durante la maniobra. Para terminar, bajar el brazo poco a poco por el lateral hasta volver a dejarlo junto al costado. Repetir la maniobra con el hombro por el otro lado de la cama.
Rotaciones de hombro
Separar el brazo de la persona del cuerpo y con una mano mantenerlo fijo en la cama…con la otra sujetar la mano de la persona hacia arriba flexionando el codo.
Desde esta posición, descender el antebrazo hasta que la persona toque la cama con la palma de la mano. Después, llevarlo hacia atrás intentando acercar el dorso de la mano a la cama. Repetir el ejercicio con el hombro desde el otro lado de la cama.
Flexión del hombro
Poner el brazo de la persona estirado a lo largo del cuerpo.
Levantar el brazo estirado por delante y hacia atrás intentando acercar el dorso de la mano a la cama. Si el cabecero de la cama lo impide, flexionar el codo ligeramente. Volver poco a poco a la posición inicial bajando el brazo por delante de la persona. Cambiar de lado y repetir con el otro hombro.
Flexoextensión del codo
Separar el brazo del cuerpo hacia un lado con el codo estirado. Fijar una mano el brazo de la persona contra la cama y con la otra sujetar la muñeca y guiar la mano hasta que toque el hombro. Luego estirar el codo. Repetir el movimiento con el otro codo, situándose al otro lado de la cama.
Giros de la muñeca
Levantar ligeramente el brazo de la cama flexionando el codo. Fijar con una mano el antebrazo de la persona y con la otra, mover la mano haciendo círculos amplios, primero hacia fuera y luego hacia dentro. Repetir con la otra mano.
Flexión de la cadera
Con la persona boca arriba, colocar una mano bajo la rodilla y otra bajo el talón. Levantar la pierna manteniendo la rodilla estirada. Terminar bajando de nuevo la extremidad hasta que repose sobre la cama.
Repetir con la otra pierna desde el otro lado de la cama.
Flexión de la cadera y la rodilla
Desde la misma posición anterior, doble ahora la rodilla de la persona levantando el talón de la cama, llevándole el muslo ligeramente hacia el pecho. Después bajar y estirar la pierna para dejarla reposar de nuevo sobre la cama. Desde el otro lado, repetir con la otra pierna.
Extensión de la cadera
Con la persona boca abajo y las piernas estiradas, situar una mano bajo la rodilla de la persona y la otra sobre el glúteo (nalga). Seguidamente levantar la pierna de la persona tanto como sea posible para bajarla después. Desde el otro lado, repita el movimiento con la otra extremidad.
Flexoextensión del tobillo
Con la persona boca arriba y las piernas estiradas, situar a los pies de la cama. Poner una mano bajo el talón y con la otra empujar el pie hacia arriba. Después colocar la mano en el dorso del pie y empujar hacia abajo. Repetir con el otro pie.
Giros de tobillo
Desde posición anterior, situar una mano por encima del tobillo y con la otra mover el pie haciendo círculos amplios hacia fuera y luego hacia dentro. Hacerlo con el otro pie.
Vídeos de interés:
«Movilización pasiva completa»
«Movilización pasiva de miembros superiores»  
«Movilización pasiva de miembros inferiores» 
«Movilización pasiva cabeza/cuello»   
En definitiva, es de vital importancia promover la movilización en las personas con algún grado de dependencia, sobre todo, en aquellas que por su patología, pasan mucho tiempo encamadas o sentadas.
Como cuidadores, e intentando evitar riesgos en vuestra salud y en la de las personas a las que cuidáis, debéis estar lo mejor preparados posibles para poner en práctica este tipo de técnicas, por lo que, como os dije antes, consultad siempre las dudas con profesionales y si tenéis la oportunidad de formaros o recibir alguna clase práctica en relación a estas técnicas no lo dudéis, ya que la calidad en los cuidados aumentará y con ella vuestra calidad de vida.
 

Sobre la autora: Eva Lorenzo Eva-Lorenzo

Eva Lorenzo es Trabajadora Social y gran parte de su vida laboral y formación han girado en torno a la atención de personas mayores y personas con diversidad funcional en situación de dependencia, que necesitaban la ayuda de un cuidador, siendo este, en la mayoría de los casos, de su entorno familiar.

Cuenta también con conocimientos y experiencia en otros ámbitos en los que un trabajador social puede desempeñar su labor (orientación laboral, mujer, inmigración, familia, menores…). En la actualidad se encuentra en búsqueda empleo y ha decidido que no hay una forma mejor de ocupar su tiempo que ayudando a los demás a través de su blog Mi rincón de apoyo al cuidador
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