/p>Promover iniciativas para lograr un envejecimiento activo es vital para proteger la salud de nuestros mayores y evitar su dependencia prematura. Al margen de potenciar su autonomía personal y mejorar su salud, las actividades y hábitos encaminados a fomentar el envejecimiento activo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también tienen importantes beneficios psicosociales, pues evitan su exclusión social y fomentan vínculos con el entorno que les rodea, contribuyendo a aumentar su autoestima y su percepción de autocuidado.
Bajo la plena convicción de que es necesario un cambio de paradigma que promueva, en mayor medida, un envejecimiento saludable y activo, los centros de día y residencias que gestiona Clece apuestan por incorporar técnicas y terapias innovadoras, como la hortoterapia o actividades de tipo medioambiental, que contribuyen a conservar y potenciar la autonomía personal de sus usuarios, así como sus habilidades y destrezas, mejorando su calidad de vida y su condición psicofísica.
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La hortoterapia es una técnica terapéutica con la que los usuarios pueden mejorar su salud y disfrutar de un momento de ocio y esparcimiento

La Residencia de Tuéjar (Valencia) es un ejemplo de un centro que apuesta por realizar actividades que permiten un contacto directo con la naturaleza. De forma piloto, los usuarios del centro han participado en una visita a los montes de la localidad, que forman parte de la cordillera ibérica y constituyen un paraje natural de alto valor ecológico y medioambiental. 
Los mayores pueden caminar activamente por el monte, comunicarse o coordinarse en grupo. Con este tipo de actividad, al igual que con otras puestas en marcha por este centro, como un acto de plantación de árboles, los usuarios mejoran su condición física y psicológica. Es una terapia excelente para fomentar destrezas relacionadas con la comunicación y también mejorar su coordinación psicomotriz.
Esta apuesta por el envejecimiento activo impregna toda la filosofía del funcionamiento de los centros e instalaciones que gestiona Clece. De entre todas las iniciativas que promueven, una de las que goza de más éxito es la hortoterapia, una nueva técnica terapéutica con la que los usuarios pueden mejorar su salud y también disfrutar de un momento de ocio y esparcimiento.
Y es que el huerto es un lugar idóneo para experimentar y aprender, y una forma de estimular las capacidades y destrezas manuales de los usuarios, así como de reforzar sus funciones cognitivas.
La Residencia de Manises (Valencia) ha sido una de las que ha puesto en marcha un huerto urbano que permite participar a todos en el cuidado del mismo de forma cómoda, con un esfuerzo ajustado y limitado a su condición física. Es accesible, además, para usuarios de silla de ruedas. Mientras participan en las tareas de cuidado y mantenimiento del huerto, los usuarios comparten experiencias, hablan, rememoran historias del pasado cuando iban a cultivar su propio huerto o cuidaban su propio jardin.
Cultivar, regar y mimar la huerta les aporta numerosos beneficios terapéuticos. Por un lado, beneficios derivados del vínculo emocional con el entorno natural, otros relacionados con la propia actividad física, ya que mejoran sus habilidades manuales, además del apoyo social que se brindan unos usuarios a otros al realizar la actividad de manera grupal. Todo ello contribuye a mejorar su estado de ánimo en general.
Asimismo, aquellos mayores que no pueden participar en el cultivo por su condición psicofísica, se implican igualmente en las actividades de hortoterapia, ya que están pendientes de cómo crecen las hortalizas, frutas y plantas y pueden probar los productos recogidos del huerto por sus compañeros. También pueden realizar otras actividades como talleres florales, collages naturales o aprender a elaborar jabones de hierbas. Los beneficios de la hortoterapia, por todo lo expuesto, son numerosos e innegables.