En este sentido, entre los objetivos generales de la terapia logopédica en pacientes con Esclerosis Múltiple se encuentran la mejora de la comunicación y de la deglución, factores ambos que influyen de manera directa en la calidad de vida.
Y es que, según diversos estudios, el 44% de las personas diagnosticadas de Esclerosis Múltiple sufren problemas de disfagia (alteración de la capacidad de tragar) a lo largo de la evolución de la enfermedad. No obstante, los profesionales advierten de que se trata de un problema que está infradiagnosticado y que se suele detectar cuando ya existen complicaciones graves (infecciones respiratorias, desnutrición, deshidratación…).
Es más, la situación es incluso peor en los casos de afectación del habla y del lenguaje. De hecho, Celia Delgado, logopeda de la Fundación Esclerosis Múltiple de Madrid (FEMM) y miembro del Colegio Profesional de Logopedas de Madrid (CPLCM), advierte que “Een ocasiones, vienen pacientes que han sido derivados por su neurólogo. Normalmente son casos en los que el trastorno del habla y del lenguaje es más evidente y, por tanto, el daño es mayor”.
Esta especialista recalca que los pacientes con esclerosis múltiple pueden sufrir disartrias, que son alteraciones de la articulación de la voz debido a la afectación sensitiva y/o motora de la musculatura orolinguofacial, lo que produce un habla distorsionada y más difícil de entender. Asimismo, puede tener disfonías o dificultades en la capacidad respiratoria, lo que va a provocar que la voz suene más débil, las frases sean más cortas y que la fatiga durante el discurso sea mayor. Y también problemas para construir el discurso y evocar palabras.
Aunque en las sesiones de logopedia se realizan ejercicios que van encaminados a la mejora de todos estos aspectos de la comunicación y deglución, Celia Delgado reivindica mayor información y conciencia para que el logopeda pueda actuar en etapas anteriores y el resultado sea más efectivo: “La intervención logopédica debería de ser más temprana de lo habitual, ya que si se realiza un tratamiento preventivo o un tratamiento cuando los daños son más leves, el pronóstico de la enfermedad va a ser mucho mejor”, asegura.
Y es que los beneficios de la logopedia para la calidad de vida de estos pacientes son indiscutibles. En lo que respecta a la disfagia, esta logopeda especializada en Esclerosis Múltiple sostiene que siguiendo unas pautas y con tratamiento rehabilitador “se consigue manejar la disfagia sin llegar a grandes complicaciones, retrasando o eliminando, en algunos casos, la necesidad de realizar una adaptación en la dieta”. Asimismo, a través del trabajo deglutorio, “vamos a conseguir un adecuado aporte de nutrientes e hidratación, disminuir el riesgo de infecciones respiratorias. Por tanto, habrá menor progreso de la enfermedad y la calidad de vida será mayor”.
En lo referente al habla y lenguaje, el tratamiento logopédico logra que la comunicación del paciente con su familia y el entorno sea más óptima “y, si el tratamiento es continuo, que exista una barrera de protección que genere mantenimiento en esta área”, señala la logopeda de FEMM, que insiste que, al mejorar la comunicación, “se conseguirá disminuir la dependencia del entorno, se logrará mayor interacción con el mismo y, por tanto, la autoestima y el bienestar serán mayores”.
Por todo ello, la necesidad de la asistencia de un logopeda está más que justificada en estos pacientes, sin embargo, como expresan desde el CPLCM, la realidad es que la intervención del logopeda es meramente testimonial, ya que no se contempla la inclusión del colectivo como lo están otros profesionales. No obstante, los pacientes tienen derecho a ser asistidos por logopedas y deben reclamarlo, destacan desde el Colegio Profesional de Logopedas de Madrid.