La llegada de la primavera resulta beneficiosa para la gran mayoría de la personas mayores. La subida de las temperaturas provoca una disminución del riesgo de patologías respiratorias y esto es positivo para el estado de su salud. Además, el aumento de las horas de luz también repercute positivamente en el ánimo de los mayores.

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El aumento de las temperaturas propio de la primavera disminuye el riesgo de patologías respiratorias y mejora el ánimo en los mayores

Y es que, tal y como destaca David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, “aunque la primavera suele asociarse a alergias o a la denominada astenia primaveral -que se caracteriza por síntomas como somnolencia, irritabilidad, cansancio o apatía- el cambio de estacional trae muchos efectos beneficiosos sobre la salud de los mayores”.
La ampliación de las horas de luz y las temperaturas suaves son dos factores que potencian los efectos beneficiosos. “Es muy positivo para los mayores realizar actividades al aire libre, siempre que lleven la protección térmica adecuada. Aunque las actividades se realicen en el interior, también pueden aprovechar la luz natural”, aconseja el doctor Curto.
Este especialista también resalta la importancia de adaptar la alimentación y otros hábitos, como el sueño y el ejercicio, para sacar el máximo partido a estos efectos positivos. Las personas mayores pueden seguir una serie de rutinas de alimentación concretas basada en productos de temporada para potenciar los efectos saludables de la primavera. “Al tratarse de productos que han crecido de forma natural conservan mejor sus propiedades nutricionales y mantienen su aporte de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales”, indica el doctor Curto, que recomienda:

  • Ingerir alimentos ricos en vitaminas, sales minerales, fibra y líquidos, como frutas, verduras y hortalizas, ayuda a mejorar el ritmo intestinal.
  • Evitar comidas muy calóricas, como carnes o embutidos que son ricos en grasas.
  • Cambiar las sopas y pucheros más típicos del invierno por caldos, cremas frías o gazpacho.
  • Tener cuidado con los huevos, salsas y mahonesas, ya que con el aumento de las temperaturas se incrementa el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
  • Mantener un buen nivel de hidratación, con una ingesta de un mínimo de 8 vasos de agua.

No obstante, a pesar de los evidentes efectos positivos derivados de la llegada de la primavera también hay que estar alerta y prevenir, en la medida de lo posible, los riesgos estacionales más frecuentes. “La astenia suele afectar a personas más jóvenes, entre 22 y 55 años, pero la alergia es una dolencia que afecta a cualquier edad. Picor en los ojos, congestión nasal, lagrimeo y tos son los síntomas más comunes. Y algunos se magnifican por la alta prevalencia de la sequedad ocular”, advierte el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
A la hora de tratar las alergias hay que prestar especial atención a los medicamentos que ya toma el mayor, ya que la mayoría de personas de edad avanzada se medican de forma habitual y podría darse algún efecto secundario fruto de la mezcla farmacológica.