Estamos atravesando los días más fríos del invierno, algo que pude tener graves consecuencias para la salud de los más mayores ya que son especialmente vulnerables a bajas temperaturas a la hora de contraer infecciones víricas como catarros o gripe. A ello hay que unir que las pocas horas de luz aumenta entre los mayores la sensación de aislamiento y el trastorno depresivo.

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El aislamiento y el trastorno depresivo aumenta en invierno

En concreto, los mayores con problemas cardiovasculares, respiratorios y neurodenegenerativos, como pudieran ser demencias, son los que más precauciones deben tomar ante la llegada del frío, advierten desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Tal y como indica el Geriatra Javier Gómez Pavón, “en este tipo de pacientes su sistema de adaptación a los cambios de temperatura es el que está más dañado, lo que contribuye a que su sistema inmunitario se defienda peor ante el frío y pueda dar lugar a un catarro que se convierta en una gripe y la persona mayor acabe ingresando en el hospital”.
Por otro lado, casi dos millones de personas mayores viven solos en nuestro país, muchos de ellos desatendidos, recibiendo tan solo una visita mensual de alguien conocido. “Esta situación conlleva que en muchos casos que nadie se entere si tienen frío o han caído enfermos debido a las bajas temperaturas. Además de suponer un mayor riesgo de caídas y por lo tanto de fracturas”, explica el Dr. Javier Gómez Pavón.
Para evitar contraer catarros o gripe, desde la SEGG se aconseja seguir las siguientes recomendaciones:
 

  • Ventilar de 5 a 10 minutos la casa en las horas de más calor.

 

  • Permanecer acompañado. El trastorno afectivo estacional debido a las pocas horas de luz hace que las personas mayores salgan menos de casa. Por ello, es importante que la persona mayor haga el esfuerzo de ir a centros de mayores, centros culturales y cafeterías; puesto que el aislamiento y el trastorno depresivo son unos de los mayores enemigos de las personas mayores.

 

  • Importancia de la vitamina C y D. En relación a la nutrición, lo mejor para
    combatir a las bacterias de los virus y evitar el mayor riesgo de caídas es ingerir sobre todo vitaminas del grupo C y la vitamina D, y un menú rico en legumbres y frutas, acompañado de carne y pescado. Y siempre, comer acompañado.

 

  • No utilizar braseros. “En cuanto sales de estar en contacto con el brasero el cambio de temperatura es muy fuerte por lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades víricas. Además de que producen varices en las piernas porque la sangre se concentra en las extremidades inferiores lo que produce que al levantarse se produzcan mareos e hipotensión ortostática, lo que puede desembocar en una leve pérdida de conciencia y posibles caídas”, advierte el Dr. Gómez Pavón.