Un artículo de Laura M. Sen Tarrafeta
Arquitecta responsable de proyectos en Vitaller Arquitectura

Las caídas son un problema mundial de salud pública. La población de edad avanzada se enfrenta a este problema diariamente. La prevención de caídas es fundamental en relación a que contribuye a evitar la discapacidad sobre todo en personas mayores. Una caída se produce cuando ante un acontecimiento involuntario, una persona pierde el equilibrio y acaba golpeándose el cuerpo contra una superficie firme que lo detiene.

Evidencias

Según el informe de la OMS “WHO Global Report on Falls Prevention in Older Age” (1), entre el 28-35% de los mayores de 65 años sufren caídas cada año, aumentando hasta un 42% si la edad supera los 70 años. Las caídas son la segunda causa mundial de mortalidad por lesiones accidentales o no intencionales.
El riesgo de caídas aumenta con la edad. Así, aproximadamente entre el 30-50% de las personas que viven en instituciones de cuidado a largo plazo sufren caídas cada año, mientras que el 40% de ellos las experimentan de forma recurrente.
Cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad requiere atención médica.
El riesgo de sufrir una caída puede provenir de agentes internos o externos. Los internos son los que dependen de características del propio individuo, mientras que los externos dependen de su interacción con el entorno que le rodea.
En general, una caída es el resultado de la combinación de varias causas ya sean internas o externas. Por ejemplo, si uno se encuentra un obstáculo en el suelo, lo ve a tiempo y reacciona con agilidad, no caerá. Si por el contrario a esta persona le falla la vista o la agilidad, tendrá el riesgo de pisarlo y sufrir una caída.

Factores de riesgo y consecuencias

Los factores de riesgo pueden agruparse de la siguiente manera:
 
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Consecuencias
La consecuencia directa que provoca una caída siempre es física. Se produce un trauma inmediato, heridas, contusiones, fracturas y reducción de la movilidad. Pero es tan importante tener en cuenta tanto las consecuencias físicas como las psicológicas, sociales y económicas.
Los efectos psicológicos pueden conducir a la persona que ha sufrido la caída a una depresión, a buscar aislamiento y a tener miedo a una nueva caída. Las consecuencias sociales, se refieren a cambios de comportamiento que puede sufrir la persona afectada que pueden provocar una disminución de las actividades físicas y sociales.
Así mismo, asociado a esto surgen casos de hospitalización o institucionalización, donde hay un aumento del coste económico y de la dependencia.
Desde el ámbito de nuestra práctica profesional, la arquitectura, podemos incidir en la prevención desde el diseño, como a continuación se detalla.

Prevención desde el diseño

Objetivo: Reducir en numero, frecuencia y gravedad
La prevención de caídas debe basarse en la aplicación de estrategias que promuevan la eliminación de los factores de riesgo que provocan las caídas, en impulsar la educación individual y comunitaria y la formación de profesionales sanitarios en materia de prevención.
Desde el diseño es posible reducir los factores externos que combinados con los internos llevan a la persona a sufrir una caída.
A continuación se enumeran una serie de estrategias preventivas en relación al factor de riesgo específico que las promueve:
 
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Sólo con poner el foco en algunos aspectos de diseño se pueden crear espacios que den como resultado una mejora en la calidad de vida.
Desde Vitaller Arquitectura el objetivo de nuestros proyectos es conseguir arquitectura centrada en la persona mediante tres líneas principales, la arquitectura que ayuda a la cura, la funcionalidad y la sostenibilidad. Como parte del eje de la funcionalidad buscamos conseguir espacios seguros que protejan del riesgo de caídas y con ello se logre la reducción del estrés y ansiedad que provocan, aumentando la seguridad, el bienestar y el confort del usuario.
Referencias