/p>El deterioro de las capacidades físicas y psíquicas propio del proceso de envejecimiento, provoca una desgaste de las relaciones sociales de los mayores, ya que influye en el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana que implican interrelación con otras personas.
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Es recomendable reforzar la red social del mayor para evitar cambios perjudiciales en su entorno

Tal y como señalan los expertos de Sanitas Residencial, las barreras en las relaciones sociales se manifiestan en múltiples estados, como la depresión o la apatía, que implica una situación de indiferencia en la que el individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.
Estas situaciones se producen también debido a la pérdida de memoria o la alteración de la conducta y el comportamiento del individuo, y los síntomas se agravan cuando el mayor presenta un cuadro de demencia, ya que estos se dan con mayor intensidad y de forma más habitual, lo que incrementa la dependencia de los demás.
Esta interdependencia de los cuidadores para realizar determinadas acciones, junto con síntomas concretos, como caídas o incontinencia urinaria, disminuyen en gran medida la confianza de los mayores en sí mismos y pueden desembocar en situaciones de aislamiento debido al miedo de no poder desenvolverse con facilidad.
El Dr. David Curto, jefe de gestión asistencial de Sanitas Residencial, recomienda reforzar la red social del mayor, especialmente si este presenta discapacidad o dependencia con el fin de evitar que experimente cambios severos o repentinos en el rol familiar, social o en sus necesidades de apoyo. Según este experto, en el caso de que la red social del mayor no sea la apropiada “su autoestima puede verse seriamente afectada, lo que puede desembocar en problemas más graves. Una actitud flexible es esencial para que los mayores puedan adaptarse a los diferentes cambios y situaciones de su entorno”.
En este sentido, es esencial que las personas mayores, especialmente si se encuentran en situación de dependencia, se sientan útiles para los demás y así fomentar la interrelación con otras personas, sean familiares, amigos u otros componentes de su entorno.
Sin embargo, este no es siempre un proceso sencillo, ya que “con el paso del tiempo, los mayores desarrollan los llamados ‘síndromes geriátricos’ o patologías de la tercera edad, que favorecen la depresión o el aislamiento, es decir, un incremento de las caídas, dolores crónicos o la aparición de la incontinencia urinaria entre otras complicaciones. Estas enfermedades son comunes y deben gestionarse correctamente para evitar una repercusión negativa en sus relaciones sociales, dando lugar al aislamiento o depresión”, afirma el Dr. Curto.