El tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer supondrá un coste de entre 7.000 y 7.700 millones de euros a la sociedad catalana de aquí a 30 años, tal y como revela un estudio realizado por Fundació ACEBarcelona Alzheimer Treatment & Research, en el que se pone de manifiesto los elevados gastos a los que se enfrenta la sociedad catalana para asumir los costes directos e indirectos derivados del Alzheimer.

Este tipo de demencia es ya el cuarto problema de salud a nivel mundial y se prevé que la población afectada por esta enfermedad vaya en aumento en los próximos años como consecuencia del envejecimiento de la población y del insuficiente esfuerzo en investigación que se hace en este campo, entre otros factores.

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Se prevé que dentro de 30 años habrá, solo en Cataluña, 241.600 personas afectadas por Alzheimer

Desde la Fundació ACE se alerta de que “estamos ante una auténtica epidemia a nivel mundial en los próximos años” y que para hacer frente a esta situación resulta imprescindible adaptar el sistema sanitario, el sistema de servicios sociales y asegurar una mayor inversión en investigación médica.

En este sentido, recuerdan que a pesar de que el Alzheimer es una de las enfermedades más comunes de nuestra sociedad, se continúan dedicando menos esfuerzos que a otras afecciones. Así, Antoni Gelonch, director de relaciones corporativas de Fundació ACE, recalca que “se invierte 30 veces más en investigación sobre el cáncer y 15 veces más en investigación sobre enfermedades cardiovasculares que en Alzheimer”

El envejecimiento de la población es ya una realidad y comportará también un aumento en la incidencia de patologías crónicas, incluyendo demencias, que afectará, necesariamente, a los programas públicos de pensiones, la asistencia sociosanitaria, y tendrá, por lo tanto, un claro impacto económico en los países occidentales. Además de los costes económicos, el Alzheimer tiene un importante impacto psicológico y social en el paciente y en su entorno.

Los cuidadores son quienes sufren las consecuencias más directas del deterioro persistente de las funciones cerebrales que comporta una pérdida de la autonomía del individuo asociada a la demencia. Según un estudio reciente, un 40% de los cuidadores encuestados, familiares del enfermo en su mayoría, indican que tienen problemas económicos y de salud derivados de su tarea.

De hecho, debido a esta situación de sobrecarga, los cuidadores sufren enfermedades psicológicas y físicas con más frecuencia de lo habitual y, por lo tanto, necesitan más atención psicológica y llevan a cabo un consumo más alto de fármacos psicotrópicos que la población general.

El escenario ante el que se encuentra la sociedad para hacer frente a esta problemática creciente es una realidad compleja, señalan desde Fundació ACE, en que se combinan factores sociológicos, como el incremento de la esperanza de vida y la cronificación de la enfermedad, y factores de cariz económico, que tienen que ver con la precariedad laboral o el retroceso de las inversiones públicas en salud y servicios sociales.

Ante este escenario “son ineficaces e inviables las soluciones improvisadas y resulta obligatorio desarrollar estrategias y políticas globales de consenso, preventivas y de largo alcance temporal”, advierte Antoni Gelonch.