/p>La medicina moderna ha sido capaz de aprender de los mecanismos de defensa naturales del pulmón y desarrollar fármacos cuya estructura química, forma de presentación (partículas microscópicas) y sistemas de dispensación (aerosoles) están diseñados para atravesar sus barreras defensivas y depositarse en el tejido bronquial o alveolar. Esta “Gran Paradoja Neumológica” fue el tema central de una jornada médica organizada recientemente en Oviedo por AstraZeneca.
inhaladores
El Instituto Nacional de Silicosis de Oviedo celebró, recientemente, la jornada «La Gran Paradoja Neumológica» con la colaboración de AstraZeneca

Allí, Jordi Giner Donaire, enfermero del Servicio de Neumología del Hospital de la Sta. Creu i de Sant Pau (Barcelona), señaló que “la vía inhalatoria es la piedra angular para la administración de fármacos empleados habitualmente en el tratamiento de las enfermedades pulmonares obstructivas como el asma o la EPOC”.
No obstante, el principal inconveniente de esta vía es la dificultad de los pacientes para utilizar correctamente los diferentes dispositivos para su administración, lo que puede ocasionar un control subóptimo tanto del asma como de la EPOC.
Y es que el proceso de inhalación es complejo si no se conoce, lo que explicaría que “hasta un 60% de pacientes cometa algún error en la técnica de inhalación, lo que repercutirá negativamente en la evolución de la enfermedad”. De hecho, “se calcula que los pacientes que utilizan incorrectamente los inhaladores doblan las visitas no programadas al médico respecto a los que tienen una buena técnica de inhalación”.
La formación y educación del paciente en el uso de los inhaladores por parte del profesional de enfermería es, por tanto, fundamental pero la facilidad de uso del dispositivo también ayudaría a reducir errores.
“Mientras más mecanismos de autocontrol disponga el dispositivo mucho mejor para el paciente. Por ejemplo, el inhalador Genuair es un dispositivo que cuenta con mecanismos de este tipo. Cuando la inhalación ha sido correcta se oye un clic. Además, dispone de una ventana de color que indica que la dosis está preparada para ser inhalada, así como si la inhalación ha sido efectiva. Cuando el dispositivo llega a la última dosis, marcada por un contador, este se bloquea, con lo que el paciente no puede utilizarlo más porque está vacío”, explicó Giner Donaire.
De hecho, la facilidad de uso es un factor decisivo para muchos pacientes y profesionales sanitarios a la hora de escoger un inhalador entre las diferentes opciones. “De entrada hay que señalar que, pese a las diferencias que existen entre los diferentes inhaladores, bien utilizados todos son eficaces. Turbuhaler, que es uno de los dispositivos comercializados actualmente con una mayor utilización, se viene usando desde la década de los ochenta. En cuanto al dispositivo presurizado, es hoy por hoy el más utilizado”, concluyó el enfermero.