Este estudio, elaborado por Sanitas y Bupa, y la Alzheimer’s Disease International (ADI) la primera federación mundial de asociaciones de familiares y pacientes con Alzheimer, tiene el objetivo de ofrecer el apoyo y las herramientas necesarias a los responsables políticos de nuestro país para poder afrontar el desafío de salud pública y social que supone la demencia. Y para ello se analizan diversos planes nacionales de demencia o deterioro cognitivo por motivos de la edad ya existentes y se dan recomendaciones para su implementación en otros países.
Y es que en 2013 la incidencia de la demencia o el deterioro cognitivo en personas mayores en España superaba ya los 800.000 casos directos y afectaba a más de 3,5 millones de personas, contando a familiares cuidadores.
Para Pedro Cano, responsable del Programa de Demencia de Sanitas, “existe una necesidad urgente de acordar y ejecutar políticas en torno a la demencia. Contar con un Plan Nacional a estos efectos es la herramienta más potente para transformar los sistemas nacionales de asistencia y apoyo. Los planes ayudan a los gobiernos a garantizar que los sistemas sanitarios y sociales se estructuren y financien adecuadamente con el fin de que dispongan de cuidados y asistencia necesarios ahora y en el futuro.”
En la actualidad, ya son once países (Reino Unido, Australia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Corea del Sur, Estados Unidos, Noruega, los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica) los que han desarrollado o están desarrollando planes nacionales para la demencia.
El informe “Cómo implementar un plan nacional de demencia: Ideas y recomendaciones” analiza siete de estos planes y realiza recomendaciones sobre cómo podría implementarse un plan de demencia en nuestro país. Entre otros aspectos, el informe identifica diez elementos como clave para el desarrollo de un plan nacional para la demencia:
· Sensibilización y formación: la promoción de una mejor comprensión sobre la enfermedad ayuda a afrontar el problema del estigma y a reducir la discriminación y la posible exclusión social relacionada con la enfermedad.
· Mejora del diagnóstico y tratamiento precoz: sólo en España, se calcula que más de 3.800 personas serían diagnosticadas cada año si se introdujese una prueba de detección de la demencia a los 75 años2. Esto permitiría mejorar tratamientos, adecuar recursos y proporcionaría a las personas la posibilidad de tomar decisiones sobre su futuro antes de que enfermedad se lo impida.
· Mejora del apoyo disponible en el hogar: la rehabilitación y la estimulación cognitiva en el hogar desempeñan un papel muy importante para las personas afectadas.
· Fortalecimiento del apoyo disponible para familiares y cuidadores: se estima que uno de cada cuatro cuidadores sufre depresión y que los cuidadores informales tienen un mayor riesgo de mortalidad en comparación con la población en general.
· Mejora de la asistencia residencial/institucional: incluye la creación o la identificación de unidades específicas para diferentes grupos de pacientes y los requisitos para transformar los centros hospitalarios para crónicos a largo plazo.
· Mejora de la integración y la coordinación de la asistencia: es necesario definir opciones de asistencia coordinada, al igual que asignar puntos únicos de contacto o coordinadores individuales
· Mejora de la formación de los profesionales de la salud: incluye la formulación de las competencias básicas de los profesionales que intervienen en la prestación de asistencia, la formación continua y el desarrollo de itinerarios y especificaciones respecto a la formación.
· Control del progreso: incluye actividades de seguimiento y recopilación de información sobre los pacientes, los datos epidemiológicos y los indicadores de calidad de la asistencia.
· Compromiso con la investigación: la investigación continua es un aspecto clave de cualquier plan de demencia y es fundamental que se dediquen los recursos necesarios a este fin.
· Reconocimiento del importante papel de la tecnología innovadora: las mejoras que aporta la tecnología a los enfermos y sus cuidadores son clave para su calidad de vida y el control de su deterioro cognitivo.
Y para lograrlos Fundación Sanitas se ha comprometido a impulsar la creación de un Plan Nacional de Demencia en España, en colaboración con diferentes organismos y entidades del mundo científico, académico y asociativo. El primer paso fue la presentación, conjuntamente con la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), ante la Mesa y Junta de Portavoces de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales del Congreso de los Diputados en octubre de 2013, de la necesidad de crear una política de Estado para el Alzheimer y la demencia.