En este encuentro Primitivo Ramos, Secretario General de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología SEGG, pidió un esfuerzo a las instituciones para superar el “divorcio” existente entre las residencias y los familiares en beneficio de una mejor atención a la persona mayor. En su opinión, las instituciones con mayores residenciados deben dejar de ver a la familia como “gente que viene a fiscalizar”, sino que haya que hacerla “partícipe de las decisiones”. Todo lo que no sea cultivar esta sinergia entre residencia y familia sería agravar el modelo “fragmentado y dicotómico” imperante. Y esto se demuestra, entre otras razones, por el mejor funcionamiento que aprecia en los Centros de Día respecto de la plena institucionalización que representa el internamiento en una residencia.
En esta misma línea, el profesor de Cornell University, Karl Pillemer, quien ha aludido median un vídeo al “estrés” que se produce entre el personal de la institución y la familia, ante lo cual urge “construir una visión común” de la cuestión, de forma que ambas partes se sientan más reconfortadas.
Durante toda la jornada se puso de relieve que las residencias de mayores y sus cuidadores profesionales están afrontando nuevos retos y problemáticas al tener que atender el cuidado de personas mayores con enfermedades mentales que hasta ahora eran tratadas en otro tipo de centros.
Así, por ejemplo, Ruben Muñiz, presidente de la Fundación Maria Wolff, resaltó que por parte de los centros y sus gestores se empieza a detectar que con más frecuencia deben atender a pacientes psiquiátricos más jóvenes. Las residencias y sus profesionales se enfrentan a problemáticas psiquiátricas que clásicamente eran atendidas en otros centros como las adicciones, esquizofrenias o trastornos bipolares, entre otras.
A esto se suma que a los centros se derivan personas con edades cada vez menos avanzadas, lo que supone para los profesionales el moverse en nuevos escenarios y el utilizar otro tipo de estrategias terapéuticas. Para un centro de mayores estas incorporaciones exige mayores esfuerzos en los recursos económicos y humanos.
La problemática específica de las personas que sufren Síndrome de Down y Demencia también estuvo presente en este foro. El Dr. Javier García Alba, profesor del Departamento de Psicología evolutiva y de la educación en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, destacó que en las personas con síndrome de Down, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente. Por ello, tanto clínicos como investigadores deben hacer un notable esfuerzo para comprender y atender adecuadamente las necesidades que se presentan en la tercera etapa de la vida en las personas con Síndrome, especialmente las relacionadas con enfermedades como la enfermedad de Alzheimer.
En el marco de estas III Jornada de Actualización en Gerontología se presentó la convocatoria del I Master en Terapias No Farmacológicas para Demencias, el primero de este tipo a nivel nacional respaldado oficialmente por Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) y organizado por la Universidad y la Fundación.
Para Ruben Muñiz, este master está organizado “como una plataforma que aúna investigadores de primera línea en esta nueva especialidad científica con interventores de talento indiscutible”. De este modo “el estudiante podrá profundizar tanto en la línea de aplicabilidad práctica, como en los programas investigativos asociados al Master.”