Un artículo de Upimir
Unió de petites i mitjanes residències
Ya llega Septiembre. Acaba para la mayoría de ciudadanos de a pie el periodo vacacional por excelencia que es Agosto, y nuestro sector por si alguien lo olvidó no ha dejado de trabajar y funcionar como es nuestra obligación sin conocer días festivos ni vacaciones estivales, abierto 24 horas los 365 días del año, así somos las residencias, no desconectamos nunca ni podemos relajarnos jamás.
Ha sido un verano marcado por noticias ultrajantes por su contenido para un sector sometido a recortes, aumento de copago, deuda aún pendiente del año 2.013 y, sobre todo, un sector de atención a los más necesitados que está siendo puesto al límite de su capacidad financiera. Entre tanta penuria leer cada día la prensa y suponer que algunos de nuestros gobernantes si algo son es insolidarios con nuestros usuarios, hace que nuestra temperatura suba y no solo por el calor ambiental, sino por el sofoco interno que nos provoca tan solo pensar que fuese cierto que del alquiler de 6.000 € al día que se pagaba por la antigua sede de la Conselleria de BiF en Palau de Mar, alguien se llevase una “mordida”, que falta de pudor y de hombría.
Alguien explicó a quien escribe estas líneas, en un despacho del Parlament, que la situación actual es similar a la cañería que transporta el agua a nuestra casa, mientras hubo caudal y salió por los grifos nadie se quejó, cuando sale poca y se revisa la tubería se descubren agujeros laterales que hacen no fluir caudal en el grifo final, son orificios antiguos muy antiguos, pero que en época de plenitud de la tubería nadie revisó, ahora al inspeccionarla, pues falta presión de agua en nuestros grifos, nos sorprendemos de su presencia y el abundante escape de agua que generan, lo mismo parece pasar con las finanzas de nuestra administración.
Desde el sector social, un sector cuya Consellera hace piruetas financieras para poder cada mes cumplir sus compromisos, un sector que llena la boca de muchos políticos en según qué foro, pero del que la mayoría solo ven gasto y déficit, un sector no dignificado y difícil de entender para los que no lo trabajan, tenemos este curso académico esperanzas, sí, esperanzas e ilusiones, ganas de trabajar con nuestra Conselleria para cambiar cosas, para sentar las bases de una sostenibilidad duradera y ante todo para que nuestro sector social sea justo y equitativo con quienes lo utilizan, los más débiles y dependientes de nuestra ciudadanía.
Esperanza en que las PEVS sean reinstauradas cuanto antes y alcancen a cuantos más beneficiarios mejor, que puedan así ser atendidos en los momentos de mayor necesidad para ellos
Esperanza en que las plazas vacías en los centros sean ocupadas por quienes las precisan cumpliendo así con el objetivo para el que están concebidas, atender y cuidar
Esperanza en que nuestra Honorable Consellera pueda hacernos salir del déficit que cada mes arrastra el Departament de BSiF haciendo valer nuestra impronta asistencial en el Consell Executiu y demostrando que somos un sector que crea empleo, paga impuestos y atiende a los dependientes ahorrando costes asistenciales a otras Consellerias
Esperanza que no suframos más recortes ni tijeretazos en nuestros centros.
Esperanza en, entre todas las patronales, UPIMIR la primera, gestionar ideas, proyectos y aires de cambio a un sistema residencial que no durará mucho tal como ahora está concebido. Hay que cambiar el modelo, todos lo sabemos, pero nadie lo hace y por desidia y/o desatención estamos llegando a extremos insostenibles. Desde UPIMIR tenemos las ideas claras y los conceptos asumidos, jamás nos tembló la voz al enorgullecernos de ser centros sociales no sanitarizados y de representar para nuestros usuarios la sustitución de su hogar (ardua tarea), no estructuras pseudos-hoteleras.
Esperanza de convencer a toda la estructura de gobierno de la GENCAT que precisamos liderazgo así como trabajo honrado y que solo así el sector privado y el público podrán hacer viable un futuro sectorial.
Esperanza en legislar sin poner parches, sin caer en decretos y normas kafkianas, buscando la aplicabilidad y la congruencia en nuevas iniciativas legislativas, siendo trasparentes y sencillos pero a la vez útiles y pioneros.
Como veis tenemos muchas y variadas esperanzas, algunas más difíciles que otras, pero todas con fundamento y conocimiento de causa, somos realistas y tocamos con los pies en la tierra sabemos de la situación que como país tenemos y que es el momento de demostrar cada uno quien es y cómo se comporta.
Pero como colofón y a modo de aviso que no de amenaza, si tenemos claro que “ a la puerta de mi casa no me vengas a llorar, ya que no me quitas penas no me las vengas a dar” ensalzando una vez más lo certero de nuestro refranero popular.
¡¡¡Feliz inicio de curso!!!