Los expertos alertan del incremento de los problemas que afectan al aparato locomotor y a la columna vertebral derivados del progresivo envejecimiento de la población, ya que a partir de los 25 años, los discos de la columna comienzan a envejecer de forma paulatina y a perder elasticidad.
De hecho, todas las personas mayores de 80 años sufren alguna dolencia asociada a la columna vertebral y por lo tanto, se incrementa la posibilidad de padecer patologías degenerativas de la columna vertebral. “A partir de los 65 años, la estenosis de canal lumbar, las hernias discales, los tumores en la columna vertebral y las fracturas vertebrales causadas por osteoporosis son las dolencias más comunes en la tercera edad y figuran como segunda causa de enfermedad crónica en las personas de entre 65 y 75 años”, afirma el doctor Francisco Villarejo, director de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz y director del Simposio.
Consciente de que la estenosis de canal lumbar, las hernias discales y las fracturas vertebrales causadas por osteoporosis son dolencias habituales en personas de edad avanzada, la evolución de la cirugía de la columna vertebral en la última década ha permitido una menor agresión quirúrgica del paciente y la aparición de la cirugía mínimamente invasiva ha abierto el camino para la nueva cirugía endoscópica de la columna vertebral, que ha mostrado su superioridad frente a la cirugía convencional en numerosas patologías y pacientes.
La aparición de cirugías vertebrales basadas en abordajes tubulares y endoscópicos para descomprimir los nervios y la médula espinal, la implantación percutánea de tornillos y barras para fijar las vértebras o la introducción de materiales específicos para tratar fracturas osteoporóticas han revolucionado el abordaje de las alteraciones de la columna vertebral y han abierto el camino a un abanico de técnicas cada vez más seguras y precisa.
Así, por ejemplo, en los últimos años se han realizado grandes esfuerzos en la búsqueda de nuevos cementos óseos más elásticos y flexibles, que han dado origen a una nueva técnica quirúrgica denominada elastoplastia.
En opinión del doctor Marcelo Budke, especialista del Servicio de Neurocirugía de la Clínica La Luz, “se trata de realizar una cirugía de vertebroplastia o de cifoplastia pero utilizando como relleno un nuevo cemento vertebral, un tipo de silicona flexible y elástica que al ser inyectada en las vértebras fracturadas causa un alivio inmediato y significativo del dolor, estabilizando la vértebra fracturada y evitando el surgimiento de nuevas fracturas en las vértebras adyacentes. Otras ventajas son el tiempo quirúrgico reducido, ya que la intervención no supera los 30 minutos, y la posibilidad de que los pacientes puedan ser dados de alta a las 24 horas de la cirugía”.
Los expertos señalan que el éxito de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva se asocia a su capacidad para reducir la respuesta inflamatoria y la pérdida de sangre postquirúrgicas, un menor riesgo de infecciones y de complicaciones en la herida y una disminución del dolor postoperatorio y del tiempo de recuperación del paciente. “Estas cirugías, por ser menos agresivas, pueden realizarse en pacientes de mayor riesgo como las personas obesas y de la tercera edad y también en pacientes jóvenes en quienes se busca mantener durante el mayor tiempo posible la funcionalidad e integridad de la columna vertebral”, aclara el doctor doctor Fernando Carceller, experto del Servicio de Neurocirugía del Hospital La Paz de Madrid.