El estudio pone de relieve que la población mayor sorda está compuesta mayoritariamente por personas cuya sordera se debe principalmente a la edad, que muestran pequeñas o medianas capacidades auditivas, un escaso perfil asociativo y mayor dependencia de su entorno. Este colectivo tiende a usar como herramientas de apoyo fundamentalmente la teleasistencia (con bastante camino por recorrer en cuanto a su adaptación a estos perfiles), y el teléfono móvil, especialmente a través de llamadas convencionales con el volumen muy elevado.
Por el contrario, las personas mayores sordas de nacimiento o que se han quedado sordas a edad temprana, utilizan de forma mayoritaria la lengua de signos, y muestran un elevado perfil asociativo, gracias al cual desarrollan un alto grado de autoaceptación. Este perfil no dispone de teleasistencia accesible y sí utiliza el teléfono móvil y ordenador, con una presencia creciente de aplicaciones adaptadas, apoyándose sobre todo en la capacidad de estos dispositivos en las conversaciones escritas, y en mucha menor medida de la videoconferencia, aunque prefieren la comunicación vía vídeo en lengua de signos.
En una etapa vital con más tiempo libre, la comunicación aparece como una de las cuestiones más valoradas por todos los sujetos del estudio. Las personas mayores sordas usuarias de la lengua de signos la valoran de forma muy positiva para fomentar la participación y combatir el aislamiento, mientras que las personas mayores con sordera tardía suelen encontrar más dificultades en materia de comunicación y, por tanto, de autonomía.
En este sentido, el estudio muestra especialmente la necesidad de extender el papel de las asociaciones, en beneficio de las personas mayores con pérdidas auditivas sobrevenidas, apoyados en la difusión e impulso de las soluciones tecnológicas de comunicación, especialmente a través del móvil y la teleasistencia adaptada según necesidades, potenciando el acceso de este colectivos a actividades que mejoren su autonomía y aminoren su situación de aislamiento, razón por la cual solicitan de la Administración apoyo a un plan específico en esta materia.
Así, en el estudio, basado fundamentalmente en encuestas diseñadas e interpretadas por un equipo de trabajo compuesto por especialistas en investigación y profesionales de la CNSE y de la Fundación Vodafone España, se pone de relieve la importancia de seguir avanzando en materia de recursos, programas y servicios adaptados a las personas mayores sordas.
En este sentido, buena parte de los entrevistados consideran como algo positivo contar con recursos humanos y técnicos en las residencias y centros de día, tales como profesionales con conocimientos en lengua de signos, así como con estrategias para facilitar la comunicación y ayudas técnicas, que mejoren su bienestar y su interacción con el entorno y disminuyan el aislamiento.
A destacar también que los participantes en esta investigación perciben la teleasistencia como un instrumento clave para recibir ayuda en situaciones de emergencia. De ahí la importancia de seguir trabajado en la promoción de servicios de teleasistencia accesibles, como la videoconferencia, que además de utilizar el canal de voz y el texto escrito incorporen la lengua de signos, ya que una parte de este colectivo tiene un conocimiento pobre de la lectoescritura. En cualquier caso, la teleasistencia es una asignatura pendiente para todas las personas mayores sordas, ya que todas ellas evidencian la falta de accesibilidad de dicho servicio. por lo que es urgente dar una respuesta social y tecnológica a este problema.
Durante la presentación de los resultados de este estudio, el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, ha anunciado que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad está ultimando un marco de actuación para las personas mayores en el que el desarrollo de determinados servicios como la teleasistencia, la ayuda a domicilio, el uso de tecnologías adaptadas y la mejora de las condiciones de accesibilidad, así como la promoción y la difusión de la lengua de signos, serán instrumentos de gran valor para las personas sordas.
Cabe destacar que en España hay actualmente algo más de un millón de personas con alguna dificultad en su audición, de las que casi el 72% tienen más de 65 años.
Los interesados pueden descargar este informe al completo aquí.