Esta es una de las principales conclusiones puesta de manifiesto por el coordinador del Grupo de EPOC de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), el doctor Jesús Recio Iglesias, durante la X Reunión de EPOC.
En opinión de este experto, para intentar solucionar el infradiagnóstico de esta enfermedad es importante acudir al médico ante los primeros síntomas, como disnea o sensación de falta de aire y la tos matutina de los fumadores, ya que “la presencia de esos síntomas no solo se debe al hecho de fumar, sino que puede derivar en una bronquitis crónica y finalmente en EPOC”.
Así, el coordinador del Grupo de EPOC de la SEMI recomienda solicitar consejo antitabáquico al médico de familia y hacerse una espirometría, con el objetivo de conocer un mejor diagnóstico por parte del especialista. Precisamente, los fumadores son uno de los principales grupos de riesgo para padecer esta enfermedad. Por ello, “la estrategia para mejorar el infradiagnóstico actual es identificar a las personas en riesgo”, indica el doctor Recio.
Más aun teniendo en cuenta que aunque el perfil típico del enfermo de EPOC corresponde a varones de más de 73 años (un 20% de fumadores activos y con una elevada comorbilidad), existen cada vez más excepciones en torno a ello, ya que alrededor de un 20% de mujeres padecen EPOC no presentan antecedente del tabaquismo por lo que, según indica el especialista, “es necesario investigar el responsable etiológico en estos casos para conocer el origen de la enfermedad”.
La EPOC es una enfermedad que, de manera frecuente, se asocia a otras patologías. Así, los enfermos suelen presentar entre las principales comorbilidades asociadas a ella hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica y arritmias.
Las infecciones son otro de los problemas asociados a los enfermos de EPOC. En la mayoría de los casos, estas exacerbaciones infecciosas por baterías se identifican y se tratan de manera adecuada. Sin embargo, en los últimos años está aumentando su presencia relacionada con la EPOC, sobre todo, de aquellos gérmenes o bacterias menos habituales.
“Una muestra de ello es la presencia de aspergillus en el esputo de un enfermo con EPOC, ya que genera dudas a los médicos sobre si se trata de una colonización, sobre cuál es el papel que tiene en la exacerbación o en la progresión de la enfermedad, y cuándo debe tratarse”, comenta el doctor Recio.
La mortalidad por enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores como bronquitis o enfisema ha aumentado casi un 39% desde 2012. Para paliar este problema, están apareciendo nuevos broncodilatadores y antiinflamatorios de eficacia demostrada, como los broncodilatadores de acción tanto LABA como LAMA. “Estos fármacos se pueden administrar una vez al día tanto solos como de forma conjunta, y en ambos casos tienen un rápido inicio de acción”, explica el doctor. También existe la posibilidad de administrar un corticoide inhalado de acción prolongada en combinación con un nuevo LABA.
Actualmente se están llevando a cabo, además, varias líneas experimentales de tratamiento que estudian el papel de la inflamación en la EPOC, «lo que demuestra el interés actual por investigar la eficacia de los fármacos antiproteasa, anti-TNF e incluso anticuerpos antimonoclonales en la EPOC”, indica el doctor Recio.