Según este estudio, realizado por la Universidad Europea de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la razón de su buen estado de salud se explica porque más de dos tercios de los mayores centenarios han seguido hábitos de vida saludables antes y después de los 65 años. A esto contribuye también que la mayoría tiene o ha tenido un familiar de primer grado (padre, madre o hermano/a) que ha vivido más de 90 años, de modo que tanto la genética como los hábitos de vida juegan un papel importante en la longevidad de las personas.
Tal y como afirma el Dr. Manuel Martínez-Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC y coautor de este estudio, “el objetivo del trabajo ha sido evaluar qué características tiene el corazón de los centenarios para intentar aportar más datos y conocimiento al por qué de su longevidad”.
Y para ello el estudio incluyó a 118 centenarios (28 hombres y 90 mujeres) de nueve centros médicos españoles, con una media de edad de 102 años a los que se les realizó un seguimiento mínimo de seis meses. De todos ellos se determinó su historia clínica y se evaluó el estado cognitivo, el estado nutricional, la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, la comorbilidad y la capacidad para realizar actividad física. Además, se llevaron a cabo estudios analíticos, 103 electrocardiogramas y 100 ecocardiografías.
Los resultados de ambas pruebas mostraron que uno de cada cuatro centenarios sufre fibrilación auricular y que más de la mitad de ellos padece regurgitación aórtica, es decir, presentan un reflujo de sangre hacia la cavidad izquierda del corazón por un mal funcionamiento de la válvula aórtica.
Además, tras el análisis de los electrocardiogramas se observó que un 76% de los centenarios muestran alguna anomalía en la prueba. Los centenarios con electrocardiogramas anormales suelen ser con más frecuencia hombres (un 93% de los hombres tenía alguna anomalía, mientras que solo un 72% de las mujeres se encontraba en la misma situación), quienes además tienen tasas más altas de consumo previo de alcohol (un 24%) y de tabaco (un 14%). Así los centenarios hombres habían puntuado con cifras más bajas el estado de su salud y tenían menos capacidad para andar seis metros, solo un 33% podía hacerlo sin problemas.
El Dr. Martínez-Sellés explica que, “es normal y lógico que el envejecimiento del corazón también se acompañe de algunas anomalías, habitualmente no graves, ya que, a medida que va pasando el tiempo, el corazón de estas personas se vuelve más rígido. Aún así, este puede seguir realizando su función correctamente”, y añade que, “una vez más, se demuestra que el corazón de la mujer es mejor que el del hombre. De hecho, en los hombres centenarios las alteraciones son prácticamente universales, mientras que en el caso de las mujeres esta universalidad no se da y parece que se observa cierta protección”.
El presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC añade también que “el número de centenarios crece año tras año, cada vez es más habitual tener pacientes de avanzada edad en consulta. Precisamente la importancia de este trabajo reside en poder arrojar luz para lograr tratar mejor a estos pacientes. Además, los centenarios son un paradigma de la longevidad, ya que estudiando su corazón podemos ver cómo envejecemos”.