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Un artículo de Ekain Rojo del Tío,
Fisioterapeuta en Igurco
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El ejercicio físico favorece un envejecimiento activo de la persona mayor y es una de las mejores medidas para alargar y mejorar las cualidades de vida del paciente mayor, evitando así la pérdida de las capacidades funcionales. Desde la fisioterapia se recomienda la realización de ejercicio físico de una manera regular, integrando el ejercicio físico dentro de las actividades diarias.
Beneficios
El ejercicio mejora muchos procesos fisiológicos que darán a la persona una mayor autonomía y una independencia social, mejorando su calidad de vida. La actividad física mejora la acción del sistema cardiopulmonar, aumentando el aporte de sangre a todo el organismo. El ejercicio contribuye a reducir el riesgo de aparición de patologías cardiovasculares y cerebrovasculares (ictus), digestivas (estreñimiento), metabólicas (resistencia a la insulina), el síndrome de inmovilidad, etcétera.
También se pueden lograr beneficios en el plano psicológico: al constatar la mejora física, el paciente tendrá una mayor motivación (gracias a las endorfinas generadas). De este modo se reduce la probabilidad de desarrollar, por ejemplo, depresión.
La sarcopenia (pérdida de masa muscular), la osteoporosis (pérdida de masa ósea) y el desgaste articular (artrosis), son propias de la vejez y aparecen con la edad. Con un ejercicio adecuado se puede ralentizar ese proceso.
El ejercicio físico estimula la creación de hueso y es beneficioso para la nutrición del cartílago que cubre las articulaciones. Mantener la fuerza muscular favorece la autonomía y la estabilidad del mayor, evitando riesgos innecesarios, como las caídas, que pueden conllevar fracturas, hospitalizaciones, traumatismos, y en general, situaciones que agravarían una situación de dependencia física y social.
Otro campo en el cual también ayuda la actividad física regular, sería a nivel analgésico, ya que el ejercicio estimula la producción de endorfinas. Estas hormonas naturales disminuyen el dolor y generan bienestar en la persona.
Capacidades físicas
Las capacidades físicas que se deben trabajar son todas las implicadas en el mantenimiento de las actividades básicas de la vida diaria. La fuerza y la flexibilidad son importantísimas para realizar los gestos con la mayor eficacia posible, dado que son cualidades necesarias para cualquier movimiento corporal, ya sea de las extremidades o del tronco en general.
El equilibrio es otra cualidad física indispensable a trabajar, ya que reduce problemas de ralentización de la marcha, mareos, inestabilidad, que pueden ser causa de muchas caídas. Por último, actuar sobre la coordinación (debido a pequeños problemas vasculares y/o neurológicos que pueden surgir a una edad avanzada) puede contribuir eficazmente a mantener la capacidad para desarrollar ciertas actividades, como por ejemplo el aseo o labores domésticas.
Ejercicios
Es recomendable realizar un trabajo aeróbico de marcha o bicicleta de unos 15 o 20 minutos diarios que, posteriormente, se puede acompañar de ejercicios de fuerza y movilidad en una silla, o incluso de pie con un apoyo.
En este plan de ejercicios se deberán integrar ejercicios para todas las partes del cuerpo: cuello, tronco, brazos y piernas, añadiéndole algún ejercicio de equilibrio y coordinación.
Para más información: Igurco igurco@nulligurco.es www.igurco.es