Esta nueva edición sigue la misma “filosofía” de sus predecesoras: elaborar una guía de práctica clínica en asma, dirigida a profesionales sanitarios eminentemente asistenciales, muy práctica, independiente y consensuada entre el mayor número posible de expertos provenientes de las diversas sociedades científicas españolas implicadas en la asistencia de la enfermedad.
Con esta guía se pretende incrementar la formación de los profesionales sanitarios implicados en la atención de las personas afectadas por esta enfermedad. Para ello, tal y como apunta el doctor Vicente Plaza, coordinador del Comité Ejecutivo de la GEMA y jefe del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, “además de la necesaria actualización del contenido científico se han incorporado tres nuevos capítulos con respecto a la última edición, de 2009: ‘Asma y EPOC’ (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), ‘Asma grave no controlada’ y ‘Plan de difusión y de implementación’ (de GEMA4.0)”
Cabe destacar que el asma y la EPOC (enfermedades ambas de elevada prevalencia) pueden coexistir en un mismo paciente. Esta coincidencia se estima en un 12%, y para que esta coexistencia tenga relevancia clínica, debe influir en el pronóstico y en la actitud terapéutica. Los pacientes con EPOC que también tienen asma presentan un mayor riesgo de padecer exacerbaciones.
“Posiblemente en el futuro se superarán los actuales compartimentos estancos que separan pacientes con EPOC y asma, y se avanzará hacia un concepto global de enfermedad de la vía aérea que, en cada paciente, se relacionará con un patrón inflamatorio definido ligado a manifestaciones clínicas, determinantes pronósticos y tratamientos específicos (más eficaces)”, apunta el doctor Vicente Plaza.
Otro aspecto novedoso de la guía tiene que ver con el asma grave no controlada (AGNC), que se estima afecta a cerca del 4% de la población asmática y se asocia a un mayor consumo de recursos económicos en comparación con los casos moderados o leves. Se define al AGNC como la enfermedad asmática que persiste mal controlada pese a haber recibido tratamiento en los últimos 12 de meses. “La evidencia clínica disponible a este respecto resulta de tan baja calidad que la mayoría de las recomendaciones que se proponen –y la GEMA4.0no está exenta- se basan en opiniones de expertos”, según el doctor Plaza.
El doctor Santiago Quirce, coordinador representante de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, aprovechó la presentación de este documento para pedir a la Administración Sanitaria “el desarrollo de un Plan Nacional para el Asma, la creación de más consultas monográficas de AGNC en el Sistema Nacional de Salud y la mejora de la educación y el conocimiento sobre esta enfermedad”.
No en vano el Asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias cuya prevalencia se ha visto incrementada de manera considerable en los últimos años: afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y, en España, al 5% de la población adulta y hasta al 10% de la población infantil.
Por su parte, Soledad Alonso, vicepresidenta de FENAER, recalca que “se ha mejorado de manera importante en los mecanismos de administración de los medicamentos antiasmáticos y hay nuevos fármacos que están demostrando su efectividad” e insiste en la “necesidad inexcusable de aplicar buenas prácticas de fisioterapia respiratoria”.
Para más información: www.gemasma.com