Desde el día 1 de julio las personas con un grado de dependencia moderada puedan incorporarse progresivamente al sistema nacional de prestaciones, un hecho calificado muy positivamente por la Fundación Edad&Vida.

Esta entidad confía en que la integración de estas personas en el sistema de protección contribuya a mejorar la asistencia profesional de proximidad con el objetivo de ofrecer servicios de máxima calidad centrados en las necesidades de la persona.

Geriatricarea dependencia moderada
La atención a cada grado de dependencia requiere de una organización, tipo de cuidados y profesionales diferentes y específicos

Y es que en opinión de la Fundación Edad&Vida la atención a cada grado de dependencia requiere de una organización, tipo de cuidados y profesionales diferentes y específicos, ya que es evidente que las necesidades de una persona en situación de dependencia moderada no son las mismas que las de una persona en situación de gran dependencia y los costes asociados a la atención que requiere tampoco son los mismos.

En este sentido, la Fundación Edad&Vida apuesta por la implantación de un marco de servicios sociales y sanitarios integrados en el que se definan correctamente los perfiles de atención y los recursos materiales necesarios con el objetivo de conseguir la máxima eficacia y eficiencia en la gestión de recursos del sistema de atención a la dependencia.

En su opinión, la persona debe ser el eje principal sobre el que articular todas las políticas y esquemas organizativos destinados a cubrir sus necesidades de atención, y no al revés como sucede en muchos casos. Asimismo, el ciudadano además de exigir sus derechos, debería tomar conciencia de sus obligaciones, utilizando responsablemente el sistema.

Paralelamente desde esta Fundación también se reitera la necesidad de poner en marcha un modelo de acreditación sanitario y social para los servicios de atención a la dependencia, por grados de dependencia, orientado a resultados y que garantice la excelencia y la mejora continua en la calidad de la atención.

En este sentido, es fundamental formar a los profesionales en protocolos de actuación, además de promover la investigación social y la innovación en tecnologías para acercar los servicios a la población en sus domicilios, y facilitar y conectar la asistencia desde diferentes puntos del sistema sociosanitario.