La pérdida auditiva o hipoacusia se debe a daños y/o disfunciones en una o más partes del oído, que puede ocurrir a cualquier edad y por diferentes razones. Tal y como advierten los especialistas de GAES, cuanto más tarde se diagnostica mayor es la pérdida auditiva, e incluso más difícil resulta prevenirla y adaptarse después a las soluciones auditivas.
La causa general y más común de pérdida auditiva son la edad y la sobreexposición a ruidos fuertes, y en el 90% de los casos hay numerosas soluciones para mejorar la comunicación. La mayoría de los casos de pérdida de audición se desarrollan de forma gradual, y normalmente pasa mucho tiempo hasta que se descubre el problema y se acude al médico.
La pérdida de audición afecta a un gran número de personas en todo el mundo, y de formas distintas. Además, si no se trata puede provocar problemas psicológicos, como ansiedad, depresión, aislamiento y soledad.
Síntomas de pérdida auditiva
Hay diferentes tipos de pérdida de audición, que se experimentan en distintos grados y que se deben a distintas causas. Pero los síntomas de la pérdida auditiva son básicamente los mismos.
Para detectar si existe algún tipo de disfunción auditiva GAES recomienda plantearse las siguientes preguntas:
· ¿La gente siempre comenta que el volumen de su televisor o radio está muy alto?
· ¿Alguna vez no ha oído el timbre de la puerta o el teléfono al sonar? ¿Tiene problemas siguiendo conversaciones en ambientes llenos o ruidosos?
· Durante las conversaciones, ¿tiene la sensación que la gente murmura o no habla claro?
· ¿La gente le dice que habla muy fuerte?
· ¿Frecuentemente le pide a los demás que repitan lo que han dicho?
· ¿Sus amigos o familiares le han sugerido que puede tener un problema auditivo?
· ¿En algún momento le ha resultado difícil comprender las palabras de una canción cuando la escucha en la radio?
Si se contesta afirmativamente a alguna de estas preguntas es posible que exista algún grado de pérdida de audición, en cuyo caso se debe acudir a un doctor especialista otorrinolaringólogo para revisar el oído y determinar a qué se debe la pérdida auditiva, que muchas veces puede estar provocada por un tapón de cera, un resfriado u otros problemas leves.
Otra opción es visitar un centro auditivo y pasar una revisión. Los profesionales de la audiología llevarán a cabo una serie de pruebas para valorar la capacidad auditiva y, en el caso de detectar alguna pérdida pueden asesorar acerca de la ayuda que se precisa para oír mejor.
Niveles de pérdida de audición
Los diferentes niveles de pérdida de audición se conocen como “grados” y dependen de la severidad del daño que causan. La pérdida puede ser leve, media, grave o profunda. En el último caso, quienes la padecen no pueden entender el habla.
Tipos de pérdida
Pérdida auditiva conductiva
Es resultado de enfermedades o trastornos que limitan la transmisión del sonido a través del oído externo o medio, pero puede ser tratada médica o quirúrgicamente. En algunos casos, se recomiendan soluciones auditivas que implican grandes mejoras.
Pérdida auditiva neurosensorial
Afecta al oído interno o a las vías neurales. En este caso, el sonido se transmite correctamente a través del oído externo y medio y el déficit se produce en el oído interno.
Normalmente, este tipo de pérdida se produce por daños en las células ciliadas o en las terminaciones nerviosas de la cóclea, lo que genera una reducción en la percepción de la intensidad y la calidad del sonido. Este tipo de pérdida auditiva suele compensarse con una solución auditiva.
Pérdida auditiva combinada o mixta
Es el caso simultáneo de pérdida auditiva conductiva y neurosensorial, las opciones de tratamiento incluyen tanto soluciones auditivas como intervenciones médicas.