geriatricarea Francisco Olavarría Ramos Serpentina Senior

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Un artículo de Francisco Olavarría Ramos,
Fundador y Director Creativo de la agencia de eventos sorpresa para mayores Serpentina Senior

 
 
En apenas un siglo hemos conseguido alcanzar una notable mayor calidad de vida y sobre todo, que un mayor número de la población disfrute de más años para colaborar, evolucionar y sentir.
La vejez, a pesar de los achaques y las pérdidas, puede ser una excelente etapa donde se equilibran las emociones, se despierta la reflexión y sin duda, se desarrollan nuevos talentos. La clave para una mejor vivencia de ésta, dependerá de la capacidad de adaptación y de los prejuicios con los que carguemos.
Gracias a nuestro trabajo en Serpentina Senior con personas mayores hemos encontrado abuelos libres, pensionistas activos y ancianos felices; y sin embargo, la sociedad aún les contemplan con pena, les tratan con soberbia y les consideran reliquias de un pasado trasnochado.
En numerosas ocasiones he escuchado con amargura lo siguiente: “Total, para lo que les queda”. Desde esta plataforma queremos manifestar nuestra repulsa hacia todos aquellos que por mayores los confundieron con trastos viejos; que por veteranos de vida les trataron como muertos de guerra. Ni anticuados, ni agotados, y en lo que específicamente atañe a nuestro trabajo ni satisfechos con los regalos vacíos con los que hasta ahora se les ha venido obsequiando.

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La fiesta no ha de ser patrimonio exclusivo de los jóvenes

Los mayores merecen más intensidad afectiva y mejor trato, y por ello Serpentina Senior tiene una gran misión: cambiar el modelo de ser agradecidos con aquellos que nos lo entregaron todo: protección, valores y mucho amor.
¿A quién no le gusta que se acuerden de su cumpleaños? Pues los mayores no son distintos. Creemos firmemente que la fiesta no ha de ser patrimonio exclusivo de los jóvenes y que cualquier excusa ha de ser motivo de celebración. Por ello proponemos festejos que son un encuentro de generaciones donde huimos de lo material (incluida la tarta) favoreciendo la atención exclusiva y, sobre todo, considerando las nuevas necesidades del colectivo más agradecido y más leal, las personas mayores.
Efectivamente los ancianos ya no son los que eran, ni en el futuro serán lo que hoy son. Por ello, tratamos de satisfacer este vacío con sorpresas llenas de amistad y cariño, porque nada sustituye al recuerdo del simpático abuelo, nada suple el abrazo prolongado del nieto. Nuestros eventos compartidos perduran, sobre todo, en los corazones de los mayores homenajeados, e incluso de sus familiares y amigos. Disfruta el mayor, disfruta su hij@ y nosotros, contemplándoles las caras de sorpresa y escuchándoles emocionados decir: “Pero, esta fiesta es para mí”. ¡Basta ya de corbatas y marcos de plata!
Y por último añadir un sonoro gracias por hacernos llegar a más corazones y también, por reconocer a los héroes de plata de nuestra sociedad como lo que son, personas viviendo su presente con júbilo. Todos estamos en deuda con ellos.