Consciente de la importante transformación que está experimentando la sociedad como consecuencia del proceso de envejecimiento, el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco ha desarrollado su Estrategia de Envejecimiento Activo 2015-2020.
En este documento se plasman las estrategias que las Instituciones Vascas llevarán a acabo durante el próximo quinquenio para abordar el reto demográfico desde la responsabilidad y desde “la perspectiva positiva de que este reto también es una oportunidad y desde el compromiso de construir un nuevo modelo de gobernanza a través de la participación y colaboración de los ciudadanos y ciudadanas, las sociedad civil organizada y los profesionales”.
Para la elaboración de esta Estrategia se ha contado con opiniones de expertos en materia de envejecimiento activo como líderes del movimiento asociativo de personas mayores; responsables de la planificación de programas para mayores en las administraciones territoriales; representantes de la planificación de programas para mayores de los grandes municipios vascos, así como de EUDEL; colegios profesionales y expertos reconocidos en sector gerontológico; responsables de políticas relacionadas en el Gobierno Vasco: Departamentos con competencia en materia de vivienda, salud, educación; y representantes del Instituto Vasco de la Mujer – Emakunde.
Su objetivo es lograr un envejecimiento activo, positivo, saludable e integrado en el contexto de una sociedad comprometida e ilusionada con la permanente construcción de bienestar para su población, bajo la premisas de que “envejecer bien es una tarea para toda la vida, que exige responsabilidad personal y colectiva”.
A diferencia de iniciativas previas en el ámbito de la planificación gerontológica, que han estado dirigidas fundamentalmente a aquellas personas que necesitan ayuda focalizas, sobre todo, en el impacto personal y social que generan las situaciones de dependencia y discapacidad, y a las que es necesario dar respuesta desde los poderes públicos, la presente Estrategia trata de avanzar más en el análisis y elaboración de propuestas para el creciente grupo de población mayor, constituida por las personas que envejecen, con un amplio margen de edad y con características, necesidades y roles sociales distintos a los de las generaciones de 80 y más años.
Tal y con se apunta en este documento “vivimos momentos de cambio y revisión de sistemas y creencias hasta ahora inamovibles. En el mundo gerontológico, también. Quizás, la primera cuestión en proceso de revisión es la edad establecida para la entrada en la vejez, que se corresponde poco con la realidad que se observa cada día: personas mayores, no ancianas, asumiendo responsabilidades de todo tipo, mantenedoras de su hogar y del de sus hijos, con una imagen poco acorde con la que tradicionalmente se asociaba a la vejez, participando en movimientos ciudadanos e iniciativas voluntarias, haciendo ejercicio, cuidando su alimentación, pero también su mente y su mundo afectivo y emocional”
Así, la Estrategia Vasca de Envejecimiento Activo 2015-2020 se sustenta en un marco conceptual y ético centrado en las personas, sus derechos y sus responsabilidades, como parte activa de la sociedad vasca. En consecuencia, tanto el proceso seguido para su elaboración, como el conjunto de propuestas y medidas que realiza, se sintetizan en cuatro principios, por considerar que tienen implicaciones directas para la promoción del envejecimiento activo entre la población vasca:
- Dignidad: Considerado como categoría ética fundamental. De las diversas acepciones en las que se utiliza, se destaca su intrínseca relación con el respeto y la igualdad en la consideración que merece cualquier persona y la consiguiente obligación de que sus derechos de ciudadanía sean reconocidos. Constituye la base del “buen trato” y de la lucha contra los estereotipos asociados a la edad, tan implantados en nuestra sociedad.
- Autonomía: Su aplicación exige el respeto a la autodeterminación de las personas y al derecho a recibir los apoyos necesarios para tomar decisiones libres y voluntarias. Es también un principio intrínseco al buen trato y a la promoción de un envejecimiento activo, entendido como capacidad de elección y construcción de un proyecto de vida propio. Además, lleva implícito el reconocimiento de la heterogeneidad de las personas y de sus preferencias, imprescindible en el abordaje del envejecimiento.
- Participación: La Organización Mundial de la Salud establece este principio como uno de los pilares determinantes del envejecimiento activo, junto a la salud y a la seguridad. Supone un cambio de enfoque radical en la concepción tradicional del envejecimiento, asociada a estereotipos de pasividad y ausencia de un papel social identificado. La participación es un derecho, una vez más anejo al reconocimiento de las personas como ciudadanas protagonistas de la construcción de la sociedad en la que viven. Implica la necesidad de que su voz sea tenida en cuenta en cualquier proceso de toma de decisiones que les implique, así como la obligación de integración e inclusión de las personas que envejecen en las iniciativas en las que deseen participar desde la solidaridad y la responsabilidad ciudadana.
- Corresponsabilidad: Mientras que las leyes generan derechos subjetivos que deben ser garantizados por los poderes públicos, esta Estrategia Vasca de Envejecimiento Activo pretende generar un movimiento ciudadano en el que se impliquen todas las generaciones en la construcción de una sociedad del bienestar para todas las edades. Este objetivo sólo podrá lograrse desde la responsabilidad colectiva e individual, desde la colaboración solidaria que integre los esfuerzos realizados por los diferentes departamentos de todas las administraciones públicas, la iniciativa social con y sin fin de lucro, los movimientos de participación comunitaria y el mundo asociativo.
Los interesados pueden consultar al completo el documento Estrategia Vasca de Envejecimiento Activo 2015-2020 aquí.