Esta nueva normativa, que establece el nuevo marco normativo sobre la autorización y la acreditación de los centros de carácter social para personas mayores, no sólo está enfocada a mejorar la calidad de la atención que reciben las personas mayores que están en residencias sino que también busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores en general, de aquellos que residen en sus domicilios y que necesitan apoyos a su vida independiente, a través de los centros multiservicios o los centros de día.
La nueva normativa establece para todos los centros requerimientos relativos a la calidad de vida de las personas usuarias. Una de las grandes novedades es la necesidad de que las personas usuarias de centros residenciales y de estancias diurnas cuenten con un ‘proyecto de vida’ como garante del derecho de autodeterminación de los usuarios, que debe garantizar así mismo el control de su propia vida y deberá contener el ‘plan de apoyos’ para conseguir hacer efectivos sus deseos.
Además, el plan de apoyos será el instrumento de intervención de carácter técnico en el que quedarán reflejados los apoyos que se van a proporcionar a la persona usuaria de los centros para conseguir el desenvolvimiento de la persona en su cotidianeidad e inclusión social.
Durante su diseño y ejecución se deben visibilizar ante la propia persona, su familia y el equipo profesional, las habilidades, destrezas y capacidades que la persona conserva, y, apoyándose en ellas, ofrecer los cuidados, estímulos y apoyos que en cada caso se requieran.
Otra interesante novedad es que a toda persona usuaria de centros residenciales y estancias diurnas se le asignará un ‘profesional de referencia’, profesional que establecerá con la persona mayor una relación de apoyo, constituyendo para él una figura de referencia en el centro para la atención, canalización y resolución de sus problemas y demandas.
El profesional de referencia se encargará de facilitar la coordinación diaria de todas las actuaciones relativas a la persona mayor, la ejecución y el desarrollo de las actividades en las que participe, adecuándolas a los objetivos previstos según el desarrollo de su proyecto de vida.
Además, los profesionales deberán informan y proponen a la persona usuaria las intervenciones que estiman como más convenientes para su atención, pero será la propia persona quien toma la decisión sobre su futuro hacia un envejecimiento deseable.
Otro pilar es un nuevo concepto de relación entre las personas mayores y sus familias y los centros. El nuevo modelo cambia un sistema de atención basado fundamentalmente en el mantenimiento de la salud, por un modelo integral de atención centrada en la persona. Por ello, la actividad principal en los centros residenciales se orienta a asimilar la vida cotidiana a la del entorno familiar.
En este sentido, en los centros nuevos o en las ampliaciones de los existentes el espacio se organiza en unidades de convivencia, con un máximo de 16 plazas, que permiten acercarse lo máximo posible al concepto del hogar familiar y dar un paso más en la personalización de la atención. Con relación a los centros existentes, será opcional su adaptación en unidades de convivencia, y se establece un sistema viable de adaptación, en su caso, para atender a las personas dependientes.
Por otra parte, se aglutinan en una única categoría los tipos de plazas residenciales, la de aptas para atender a personas en situación de dependencia, que responde a la mayoría de personas usuarias de los centros residenciales.
Con estas medidas la Junta de Castilla y León apuesta por un nuevo modelo de atención centrada en la persona que quiere responder a las demandas de las personas mayores en atención y servicios, que prioriza conceptos como la autodeterminación, las relaciones personales, la inclusión social y las expectativas y deseos de las personas.
En definitiva, este modelo, denominado ‘En mi casa’, aportará a las personas mayores y a sus familias avances como la introducción en los centros residenciales y estancias diurnas de una planificación centrada en la persona a través del ‘proyecto de vida’ y de una atención personalizada a través de la figura del ‘profesional de referencia’.
Se trata de un modelo novedoso en España que pretende avanzar en la calidad de la atención en la línea de los países europeos más avanzados en esta materia. Y sobre estos fundamentos se ha generado consenso con los representantes de las personas mayores, los de los partidos políticos, que solicitaron por unanimidad de las Cortes, que el modelo ‘En mi casa’ fuera el fundamento sobre el que se asentara la nueva regulación de los centros para personas mayores.
La nueva normativa, que se basa sobre el concepto ‘calidad de vida’, se ha gestado mediante el pilotaje y posterior evaluación en un centenar de experiencias en centros residenciales y en unidades de estancias diurnas de toda la Comunidad desde mediados del año 2012.
Castilla y León cuenta en la actualidad con una red con 45.783 plazas para mayores en 687 centros residenciales y 5.261 en 221 centros de día con unidades de estancia diurna.