De hecho, las enfermedades crónicas suponen el principal motivo de muerte y discapacidad en todo el mundo, y en España son responsables de ocho de cada diez consultas en atención primaria y de hasta el 60% de los ingresos hospitalarios.
En términos generales, se estima que las personas mayores de 65 años constituyen el grupo de población con más riesgo de padecer estas patologías y, según las estimaciones de Naciones Unidas para 2050, se espera que el 35% de la población española supere dicha edad y, por tanto, se incrementen notablemente las enfermedades crónicas.
Según los expertos reunido en este foro, se calcula que la cronicidad se situaría en torno al 40-50% de la población mayor de 45 años, que tiene, al menos una enfermedad crónica, y alrededor del 20% de mayores de 70 años, que tienen 5 o más enfermedades crónicas concomitantes. En cifras globales, entre el 5 y el 10% de la ciudadanía requiere atención en materia socio sanitaria como crónicos, frecuentemente por la circunstancia de tratarse de enfermos pluripatológicos y polimedicados.
Ante esta realidad se están llevando a cabo interesantes avances. En este sentido, el presidente de la SEMI, el doctor Emilio Casariego, destaca que “en el abordaje de los pacientes crónicos, en los últimos ocho años se ha avanzado en los modelos asistenciales y la coordinación entre las diferentes estructuras que atienden a este tipo de paciente y, por lo tanto, ofrecemos mejores resultados en su abordaje. Aunque nos encontramos ante un modelo en progresión y continua mejora, puesto que se trata de un reto creciente y que los pacientes aumentan, no sólo en número sino también en complejidad”.
En esta misma línea, el presidente de la semFYC, el doctor Josep Basora, afirma que “el perfil del paciente crónico ha cambiado y seguirá cambiando en las próximas décadas. En su momento se constató la existencia de un paciente crónico que presentaba, cada vez más, varias patologías crónicas al unísono, y esta tendencia se va a multiplicar dado el progresivo envejecimiento de la población”.
De hecho, al tratarse de pacientes complejos, es importante disponer de las herramientas necesarias para un abordaje multidisciplinar y global y de una colaboración entre los diferentes niveles asistenciales que participan en su abordaje.
Tal y como comenta la coordinadora del Grupo de Atención al Mayor de la semFYC, la doctora Pilar Regato, “con cada perfil de paciente se requiere un abordaje socio sanitario y comunitario, pero estamos aprendiendo que cada vez dan mejores frutos los abordajes individualizados. En este sentido, la innovación sanitaria comprende no sólo la innovación tecnológica sino también la innovación organizacional y la coordinación entre niveles asistenciales”.
Precisamente, la propia OMS ha determinado que la atención centrada en la persona funciona mejor que aquella que se presta en base a protocolos, que se aplican sin personalización. Este razonamiento es muy social y de comunidad, pues apunta que el profesional sanitario no sólo atiende lo físico, también atiende a lo emocional, los social, lo funcional y a las preferencias personales.
En este Congreso también se ha tratado los modelos implantados en cada Comunidad Autónoma, con el objetivo de informar de qué modelos asistenciales son más eficientes, qué gastos ocultos existen en la gestión sanitaria de los pacientes crónicos y ver si existen desigualdades de género, sociales y geográficas en la atención a estos pacientes.
“Para ello hemos revisado las iniciativas propuestas en el debate sobre el modelo de atención a la cronicidad iniciado en Toledo en 2008, reforzado con la declaración de Sevilla de Enero de 2011 y el posterior desarrollo por parte del Ministerio de la Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el sistema nacional de salud en el año 2012; y observado que se han ido implementando, de forma desigual, en las distintas comunidades autónomas, modelos o proyectos asistenciales en patologías crónicas. Lo importante es ver qué dificultades han supuesto su puesta en marcha e intentar darles solución”, afirma el vicepresidente de la SEMI, el doctor Antonio Zapatero.
En este sentido, Madrid, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y País Vasco están a la cabeza en materia de despliegue de buenas prácticas en la gestión integral de pacientes crónicos. Estas comunidades destacan en aspectos como, por ejemplo, el apoyo a la toma de decisiones clínicas, los procesos de empoderamiento de pacientes, modelos y planes de prevención y promoción, y en sistemas de financiación de la atención integral de los pacientes crónicos.
Por o que respecta al gasto oculto en atención al paciente crónico, un estudio de la Universidad de Castilla La Mancha cuantifica en hasta el 5% del PIB español y hasta 1,3 millones de personas ocupadas en la atención a pacientes crónicos dependientes. Este estudio pone de manifiesto la existencia de un “gasto oculto” en la gestión sanitaria de los pacientes crónicos que, generalmente, no aparece en las estadísticas y que, desde el punto de vista del abordaje integral de los cuidados de las personas dependientes, se hace necesario incluir la valoración económica del papel del cuidador principal del dependiente y su reconocimiento social.