A diferencia de los jóvenes, las sustancias más consumidas por estos pacientes son el alcohol, las benzodiacepinas y los opioides analgésicos, aunque “también existe, en menor medida, el consumo de cannabis o cocaína que suele realizarse en el entorno familiar y no solo con amigos”, comenta el doctor.
Los expertos reunidos en este foro destacaron la mayor complejidad a la hora de detectar y diagnosticar estas adicciones en personas de edad avanzada debido a que, en muchas ocasiones, es un hecho que pasa desapercibido. Sin embargo, “una vez que se realiza un buen diagnóstico diferencial en estos pacientes y se les ofrece un tratamiento adecuado, realmente el éxito es superior al de los más jóvenes”, asegura el doctor Roncero. Esto se debe a que cuando el paciente anciano deja de consumir sustancias, sus capacidades cognitivas y la sintomatología afectiva mejoran de manera muy clara y rápida.
Otra de las características de la patología dual en personas mayores reside en que con la edad, el cerebro se vuelve más vulnerable y, por tanto, son más frecuentes efectos como el enlentecimiento cognitivo o la bradipsiquia (síntoma caracterizado por la lentitud psíquica, mental o del pensamiento). Según los expertos, estas alteraciones normalmente mejoran cuando se disminuye el consumo de drogas y, por tanto, la recuperación es más rápida que en otro grupo de pacientes.
En cuanto a los cuadros no adictivos más prevalentes, destacan los trastornos afectivos, las depresiones y la ansiedad. “Aunque en menor medida, también abordamos casos de pacientes que sufren trastornos bipolares o de tipo psicótico como la esquizofrenia”, aclara el Vicepresidente de la SEPD.
Según los profesionales, existen dos perfiles de pacientes tipo. Por un lado, está la persona mayor, adicta de larga evolución, que gracias a los avances de la medicina ha logrado sobrevivir pero que sigue, a pesar de la edad, presentando adicciones de hace 20 ó 30 años. Por otro, tal y como explica el Dr. Roncero, “también tratamos a aquellas personas que han sido consumidores de manera irregular o puntual, pero que por circunstancias asociadas con la edad, como la jubilación, la pérdida de personas queridas, enfermedades, sintomatología depresiva, etc., provocan que se incremente o se comience a consumir sustancias, desembocando en un problema de adicción”.
En ambos casos, para un buen abordaje es necesario realizar una investigación previa.“La patología dual en personas mayores está poco estudiada por los profesionales médicos y es necesario conseguir sensibilizarles para que diagnostiquen de manera correcta y se pueda conseguir un mejor abordaje”, afirma el Dr. Roncero, quien considera que, para ello, es imprescindible tener en cuenta los aspectos diferenciales, considerar las comorbilidades del paciente y hacer una buena evaluación de los consumos de las distintas sustancias, ya sean legales o ilegales.
Otro factor clave es investigar las circunstancias del paciente y saber qué consume, cuándo y cómo lo hace, si es sólo (la mayoría de las veces) o acompañado, ya que es raro que la familia del paciente conozca el consumo total de sustancias.
Así, “normalmente, el entorno del paciente sí que es conocedor de que ingiere alcohol o fuma tabaco o cannabis, pero no tienen conciencia de cuánto y cómo lo consumen”, afirma este experto, que añade que “es clave que los familiares tomen conciencia de que esta realidad existe y que, en muchas ocasiones, por pudor o por vergüenza se esconden y no se diagnostican”.